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Estudio-vida de Hebreospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3845-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 42 de 69 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE HEBREOS

MENSAJE CUARENTA Y DOS

LAS DOS MANIFESTACIONES DE CRISTO

Hoy en día, los cristianos necesitamos profundizar en el libro de Hebreos. Agradezco al Señor que, en Su soberanía, permitió que durante el primer siglo hubiera un grupo de cristianos hebreos que estaba titubeando. Si no fuese por ello, el libro de Hebreos probablemente jamás habría sido escrito. No pensemos que el libro de Hebreos fue dirigido solamente a ellos. Nosotros necesitamos este libro hoy mucho más de lo que ellos lo necesitaron en ese tiempo. En los once mensajes anteriores hemos abarcado los capítulos 7, 8 y 9 del libro de Hebreos. Si yo les pidiera que escribieran una conclusión de estos capítulos, podría parecerles una tarea muy difícil de realizar. Pero al final del capítulo 9, el libro de Hebreos nos provee un resumen, una conclusión, de estos tres capítulos. Esta conclusión será precisamente lo que abordaremos en este mensaje: las dos manifestaciones de Cristo y el intervalo entre éstas dos. Estas tres cosas: las dos manifestaciones de Cristo y el intervalo entre ellas, constituyen la economía de Dios.

Ha sido difícil para muchos cristianos entender el verdadero significado de las dos manifestaciones de Cristo. Las dos manifestaciones de Cristo se refieren a Sus dos advenimientos. Cristo vino una vez, y regresará de nuevo. Durante el largo período entre estas dos manifestaciones, Él ha permanecido en la presencia de Dios. Han pasado casi dos mil años desde la primera manifestación de Cristo. Aunque tal vez nos parezca un periodo muy largo, para el Señor han pasado menos de dos días (2 P. 3:8). Necesitamos ver el significado de las dos manifestaciones de Cristo y el intervalo comprendido entre éstas.

Antes de la primera manifestación de Cristo, ya existía el plan de Dios, la promesa de Dios y un tipo o figura de la economía de Dios, sin embargo, aparte de la creación, Dios no había realizado nada más. Cuando edificamos un local de reuniones, podemos tener un plan y un modelo del edificio. Pero el simple hecho de tener estas cosas no significa que ya exista el edificio. Del mismo modo, antes de la encarnación de Cristo, hombres como Abraham, Moisés y David vinieron y se fueron, pero nada se llevó a cabo en lo que a la economía de Dios se refiere. Aunque con Moisés se erigió un modelo del tabernáculo y con Salomón se construyó el templo, nada real se produjo hasta la primera manifestación de Cristo.

I. LA PRIMERA MANIFESTACIÓN DE CRISTO

Cristo tardó treinta y tres años y medio para completar Su primera manifestación. Durante ese periodo, Él llevó a cabo todo lo que se necesitaba para cumplir el propósito de Dios, es decir, Él realizó todo lo que Dios requería y lo que nosotros necesitábamos.

A. Cristo se manifestó para quitar de en medio
el pecado al ofrecerse a Sí mismo a Dios
como el sacrificio por los pecados

Cristo se manifestó la primera vez para quitar el pecado. El versículo 26 dice que “una sola vez en la consumación de los siglos se ha manifestado para quitar de en medio el pecado por el sacrificio de Sí mismo”. La frase griega traducida “en la consumación de los siglos” puede también traducirse como “conclusión de las edades”, o “el final de las edades”. Aquí se refiere al fin de la era antiguotestamentaria, mientras que la consumación del siglo mencionada en Mateo 28:20 se refiere al final de la era de la iglesia. Cristo fue ordenado de antemano para nosotros antes de la fundación del mundo (1 P. 1:20), y fue inmolado desde la fundación del mundo (Ap. 13:8). De hecho, fue inmolado una vez por todas en la consumación de los siglos, al ofrecerse a Dios, en Su primera manifestación, para quitar de en medio el pecado.

Cristo quitó el pecado hace más de diecinueve siglos y medio. Antes de que Él hiciera esto, los sacerdotes ofrecían día tras día ofrendas por el pecado. Pero esto en realidad no quitaba el pecado, sino que más bien era un tipo, una figura. El pecado fue quitado verdaderamente por Cristo en la cruz. Tal vez usted haya nacido hace sólo veinte o treinta años atrás, y durante ese tiempo haya cometido muchos pecados, como robar y mentir. Sin embargo, el pecado fue quitado hace diecinueve siglos y medio, mucho antes de que usted cometiera pecados. Por consiguiente, el hecho de que nuestros pecados hayan sido quitados es un legado. Primero fue dada la promesa; luego, vino la sombra, el cubrir los pecados; y finalmente, tanto la promesa como la sombra, fueron completamente cumplidas por Cristo en la cruz cuando se ofreció una vez para siempre como el sacrificio por los pecados. Él fue “ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos” (9:28, 14; 10:12). Por lo tanto, a los ojos de Dios, el pecado ya ha sido anulado y ha pasado a la historia. No le crea a Satanás ni crea en sus sentimientos y fracasos. Todos ellos son mentira. Más bien, dígales: “Cristo quitó el pecado en Su primera manifestación”.


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