Información del libro

Estudio-vida de Efesiospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0334-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 25 de 97 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE EFESIOS

MENSAJE VEINTICINCO

VESTIRNOS DEL NUEVO HOMBRE

En este mensaje diremos algo más en cuanto a la manera de vestirnos del nuevo hombre.

CREADO Y RENOVADO

La manera en que el Nuevo Testamento presenta el nuevo hombre puede sonar raro a nuestra mentalidad natural. Según 4:24 el nuevo hombre es creado en la justicia y santidad de la verdad, mientras que Colosenses 3:10 dice que el nuevo hombre se va renovando. ¿Cómo puede el nuevo hombre ser creado, lo cual implica que no tiene nada que ver con lo viejo, y al mismo tiempo ser renovado, lo cual lo vincula a lo viejo? Esto se debe a que una cosa es la creación del nuevo hombre y otra muy distinta, nuestra experiencia de él. Desde la perspectiva de Cristo, el nuevo hombre ya fue creado; pero desde la nuestra, conforme a nuestra experiencia, el nuevo hombre se va renovando. Conforme a la nueva creación, el nuevo hombre fue creado por la obra de Cristo, mientras que por el lado de nuestra experiencia, el nuevo hombre está en el proceso de ser renovado de día en día. En este mensaje, mi carga consiste en señalar de qué manera se renueva el nuevo hombre. De hecho, esta renovación equivale a vestirnos del nuevo hombre. Como mencionamos en el mensaje anterior, el nuevo hombre ya fue creado, pero ahora necesitamos vestirnos de él en nuestra experiencia.

UNA RENOVACION INTERNA

La palabra griega traducida vistáis se usa con relación a la ropa. Supongamos que un hermano tiene un traje, el cual se hizo a su medida. Podemos decir que el traje ya está terminado, pero ahora el hermano debe ponérselo y debe hacerlo correctamente. El no puede ponérselo todo a la vez; más bien, debe vestirse prenda por prenda.

Sin embargo, el ponerse el traje no es un ejemplo tan exacto de lo que es vestirse del nuevo hombre. Lo del traje es una acción objetiva, mientras que vestirse del nuevo hombre supone una renovación interna. Nosotros no nos vestimos del nuevo hombre de una manera externa y objetiva; más bien, este proceso empieza en nuestro interior; está relacionado con una renovación interna y subjetiva.

Cuando fuimos regenerados, el nuevo hombre fue puesto en nuestro espíritu, o sea, nació en él. Ahora el nuevo hombre debe extenderse a todas las partes de nuestro ser. El hecho de que el nuevo hombre se extienda en nosotros equivale a que nos vistamos de El. Esto también es la renovación. Vemos así que vestirse del nuevo hombre no es un asunto externo, un asunto objetivo, sino una experiencia interna.

Hemos mencionado que en la cruz, Cristo abolió las ordenanzas con el fin de producir el nuevo hombre en resurrección. Por ende, el nuevo hombre fue creado en la resurrección de Cristo. Cuando creímos en el Señor Jesús, el Espíritu vivificante entró en nuestro espíritu y trajo consigo al nuevo hombre como producto terminado. Fue así que el nuevo hombre nació en nuestro espíritu. Así que, desde el momento de nuestra regeneración, el nuevo hombre ha estado en nuestro espíritu. Lo que se necesita ahora es que se extienda y sature cada parte de nuestro ser. Por medio de esta extensión, nos vestimos del nuevo hombre y somos renovados. Como lo indica Colosenses 3:10, debemos revestirnos del nuevo hombre, el cual se está renovando. La medida en que nos vestimos del nuevo hombre está en proporción a la medida en que somos renovados.

DESPOJARNOS DE LA PASADA MANERA DE VIVIR

Efesios 4 y Colosenses 3 muestran que para revestirnos del nuevo hombre, primero debemos despojarnos del viejo hombre. Efesios 4:22 dice que: “En cuanto a la pasada manera de vivir, os despojéis del viejo hombre”. La frase “manera de vivir” tiene mucho significado. Antes de ser salvos, teníamos cierta manera de vivir. Quizás trabajábamos cinco días a la semana y dedicábamos las noches y los fines de semana para divertirnos en lugares mundanos. Para algunos, la manera de vivir tal vez consistía en apostar, mientras que para otros, en frecuentar ciertos lugares o disfrutar de ciertas comidas. Todo esto forma parte de la manera de vivir. Cada nación y cada pueblo tiene su propia manera de vivir.

Si realmente deseamos ser renovados, debemos despojarnos de la pasada manera de vivir. Al despojarnos de nuestra manera de vivir, nos despojamos del viejo hombre de una manera práctica. Sepultar la pasada manera de vivir casi equivale a sepultar el viejo hombre. Por tanto, mi carga en este mensaje no es simplemente alentarles a que se despojen del viejo hombre, sino a que específicamente se despojen de su pasada manera de vivir.

En el recobro del Señor muchos santos todavía se aferran a su vieja manera de vivir. No me tilden de legalista, conservador o pasado de moda porque les pido que se despojen de su vida pasada. Tener tal actitud con respecto a lo que digo es una señal de alguien que ha sido atrapado en la corriente maligna del sistema satánico actual. No debemos ser arrastrados por la corriente de este siglo; antes bien, debemos sepultar nuestra pasada manera de vivir e incluso celebrarle un funeral. Hablar simplemente de despojarnos del viejo hombre es demasiado doctrinal. La única manera de despojarnos del viejo hombre es despojarnos de nuestra pasada manera de vivir, en la cual están incluidas las ordenanzas.


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