Información del libro

Estudio-vida de Apocalipsispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1446-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 10 de 68 Sección 1 de 6

ESTUDIO-VIDA DE APOCALIPSIS

MENSAJE DIEZ

LA IGLESIA EN EFESO:
AMOR, VIDA Y LUZ

El libro de Apocalipsis está muy bien escrito. Después del primer capítulo, los dos capítulos siguientes nos presentan una vista práctica y clara de las siete iglesias. Las siete iglesias son un excelente ejemplo que revela las iglesias locales, no en doctrina, sino en la práctica. Al considerar estas siete iglesias podemos ver claramente lo que es una iglesia local y lo que debería de ser.

Las siete epístolas que aparecen en los capítulos dos y tres presentan la crónica de la situación que existía entre las siete iglesias del tiempo en que fueron escritas. Sin embargo, puesto que este libro se caracteriza por señales proféticas, las situaciones de las siete iglesias también son señales y tienen un significado profético del progreso de la iglesia en siete etapas. La primera epístola, dirigida a la iglesia en Efeso, presenta un cuadro de la iglesia de finales de la primera etapa, durante la última parte del siglo primero. La segunda epístola, escrita a la iglesia en Esmirna, es figura de la iglesia que sufrió bajo la persecución del Imperio Romano, etapa que va desde la última parte del siglo primero hasta la primera parte del siglo cuarto, cuando Constantino el Grande, el césar del Imperio Romano, atribuyó a la iglesia el favor imperial. La tercera epístola, a la iglesia en Pérgamo, representa la iglesia mundana, la iglesia que se une con el mundo; esta etapa abarca desde el día en que Constantino acogió el cristianismo hasta cuando el sistema papal fue establecido durante la última parte del siglo sexto. La epístola a la iglesia en Tiatira muestra proféticamente la iglesia apóstata, que es la etapa abarcada desde el establecimiento del sistema papal, a fines del siglo sexto, hasta el fin de esta era, cuando Cristo venga. La quinta epístola, a la iglesia en Sardis, representa la iglesia protestante, desde la Reforma, en la primera parte del siglo dieciséis, hasta que Cristo venga. La sexta epístola, a la iglesia en Filadelfia, predice la iglesia del amor fraternal, el recobro de la vida apropiada de iglesia, que existió desde principios del siglo diecinueve, cuando surgieron los Hermanos en Inglaterra y sacaron la práctica de la vida de iglesia del sistema divisivo de las denominaciones, y estará hasta la segunda venida del Señor. La séptima epístola, a la iglesia en Laodicea, es una sombra de la decadencia de la iglesia de los Hermanos en el siglo diecinueve; abarca desde la última parte de ese siglo hasta que el Señor regrese. En este mensaje y en los siguientes seis, trataremos de cada una de estas iglesias.

En este mensaje veremos la iglesia en Efeso (2:1-7). Las palabras cruciales de este mensaje son amor, vida y luz. El requisito básico para la vida de la iglesia es nuestro amor hacia el Señor. Obviamente no hay ningún problema con el amor del Señor hacia nosotros. El nos ha amado y nos sigue amando. El problema está en nuestro amor hacia El. Aunque lo hayamos amado en el pasado, y lo sigamos amando en la actualidad, existe el peligro de que nuestro amor por el Señor se desvanezca. La epístola a la iglesia en Efeso nos previene al respecto. Esta carta también nos revela claramente el origen de la degradación de la vida de iglesia: el desvanecimiento del primer amor. Como veremos, el amor nos da la posición, la base, el derecho y el privilegio de comer del árbol de la vida. El amor nos suministra la vida. Si amamos al Señor, tenemos pleno derecho a disfrutarlo como el árbol de la vida, como nuestro suministro de vida. La luz siempre acompaña a la vida, y es producida por el abundante suministro de vida. La vida nos da luz. En el tabernáculo el candelero viene después de la mesa del pan de la proposición, lo cual indica que cuando disfrutamos a Cristo como nuestro suministro de vida, recibimos la luz de la vida. Es de vital importancia que amemos al Señor. Si tenemos amor, tendremos la vida, simbolizada por el árbol de la vida, y la luz, simbolizada por el candelero.

En síntesis, el problema de la iglesia en Efeso consistía en que el primer amor hacia el Señor se había desvanecido. Por esta razón el Señor tuvo que juzgar a esta iglesia, y le advirtió que si no se arrepentía, su candelero sería quitado. Todo aquel que se arrepintiera en medio de ellos y regresara al primer amor, sería un vencedor delante del Señor. El Señor prometió a los vencedores el derecho a disfrutarle a El como el árbol de la vida. Por supuesto, el candelero siempre permanecerá entre aquellos que han vencido. Sin embargo, si no nos arrepentimos de haber dejado nuestro primer amor hacia el Señor, perderemos el derecho de comer del árbol de la vida, y nuestro candelero será quitado. Si éste es el caso, estaremos sin amor y sin luz. ¡Que condición tan lastimosa sería!


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