Información del libro

Estudio-vida de 1 y 2 Tesalonicensespor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2821-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 23 de 31 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE 1 TESALONICENSES

MENSAJE VEINTITRÉS

LA NECESIDAD DE SER SANTIFICADOS
POR COMPLETO Y DE QUE NUESTRO ESPIRITU,
ALMA Y CUERPO SEAN GUARDADOS PERFECTOS

(1)

Lectura bíblica: 1 Ts. 4:9, 13; 5:8, 16-24; 2 Co. 7:1; 1 Jn. 1:6; 1 Ti. 1:5; Ro. 6:6, 19; 7:24; 8:10-11; 12:1; 1 Co. 6:13b, 15a, 19-20

UN BREVE REPASO

En 1 Tesalonicenses 5:23 Pablo dice: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y vuestro espíritu y vuestra alma y vuestro cuerpo sean guardados perfectos e irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. Para poder entender este versículo, debemos hacer un breve repaso de todo el libro de 1 Tesalonicenses. El capítulo uno nos muestra que la estructura de la vida santa para la vida de iglesia se compone de la fe, el amor y la esperanza. Llevando tal vida, uno se vuelve de los ídolos a Dios, sirve al Dios vivo y espera la venida del Señor. Ésta es la idea principal que se revela en el capítulo uno. El capítulo dos nos dice que los apóstoles, como madres que amamantan y padres que exhortan, hicieron lo posible por fomentar el desarrollo de dicha vida. Ellos tomaron cuidado de esta vida y la alimentaron de manera que ello redundara en un andar digno del reino y en la gloria de Dios.

¿Cómo es que tal vida puede llegar a ser digna del reino de Dios y de la gloria de Dios? No hay otra forma que ser santificados. Es por eso que el capítulo tres nos dice que esta vida debe ser perfeccionada en fe y que también debe crecer y abundar en amor para que el Señor pueda afirmar nuestro corazón, el delegado o representante de nuestro ser, irreprensible en santidad. Así es afirmada la parte interna de nuestro ser, nuestro corazón, nuestro delegado.

En el capítulo cuatro, Pablo hace notar que no sólo necesitamos que nuestro corazón, la parte interna de nuestro ser, sea afirmado en santidad, sino que además nuestro cuerpo, la parte externa de nuestro ser, necesita ser guardado en santificación, o sea, en el proceso de ser hecho santo. Además, es preciso que nuestro cuerpo sea guardado no sólo en santificación delante de Dios, sino también en honor ante los hombres. En este capítulo Pablo también habla acerca de los santos que han muerto, los cuales duermen. Él habla de este asunto dentro del contexto de la esperanza. En el capítulo tres Pablo dice que la vida santa para la vida de iglesia debe ser perfeccionada en fe y que debe crecer y abundar en amor, y luego, en el capítulo cuatro, nos muestra que la resurrección de los santos que han muerto es un asunto relacionado con la esperanza.

En 5:8 Pablo abarca tres asuntos, a saber: la fe, el amor y la esperanza: “Mas ya que nosotros somos del día, seamos sobrios, vistiéndonos con la coraza de fe y de amor, y con el yelmo de la esperanza de salvación”. En una guerra, las dos partes de nuestro cuerpo que más necesitan ser guardadas son: la cabeza y el pecho. El pecho debe estar cubierto y la cabeza necesita ser protegida. De ahí que se mencione la coraza de la fe y del amor, la cual cubre nuestro pecho, y el yelmo de la esperanza de salvación, el cual cubre nuestra cabeza. En nuestro estudio de Cantar de los Cantares dijimos que los pechos de la buscadora representan la fe y el amor en Cristo. Es por esta razón que se nos dice que la coraza es de fe y de amor. Nuestra cabeza, o sea nuestra mente —el órgano con el cual pensamos— necesita ser protegida con el yelmo de la salvación de Dios. Por esta razón, en el capítulo cinco vemos que al pelear la batalla espiritual, necesitamos estar cubiertos con la armadura de Dios, la cual incluye la coraza de fe y del amor y el yelmo de la esperanza de salvación. En el capítulo cinco también se incluyen la fe, el amor y la esperanza, los tres elementos básicos de la vida cristiana.

Finalmente, en 5:23, Pablo expresa su deseo de que el Dios de paz santifique por completo nuestro ser, y no solamente nuestro corazón o nuestro cuerpo. Interiormente, tenemos el corazón, y exteriormente, tenemos el cuerpo. El corazón y el cuerpo constituyen la estructura básica de una persona viva y activa.

Como personas vivas, tenemos un corazón, interiormente, y un cuerpo, exteriormente. El corazón es el delegado, el agente que dirige nuestras acciones, actividades y movimientos. El cuerpo es el medio, el órgano, por el cual llevamos a cabo nuestras acciones. Así que, es a través de nuestro cuerpo que nuestro corazón actúa, y nuestro cuerpo actúa bajo la dirección de nuestro corazón. Ésta es la razón por la cual el capítulo tres trata de la santificación del corazón, y el capítulo cuatro, de la santificación del cuerpo.

¿Qué podemos decir, entonces, de nuestro espíritu y de nuestra alma? Aunque el alma es muy similar al corazón en las partes que la componen, aún existe una diferencia entre el alma y el corazón. En lo que a la composición de nuestro ser se refiere, tenemos un espíritu, un alma y un cuerpo. Pero en lo que respecta a nuestro proceder, a nuestro vivir, tenemos un corazón y un cuerpo. De manera que cuando hablamos de nuestro ser, debemos hacer referencia al espíritu, al alma y al cuerpo; pero cuando hablamos de nuestro vivir y de nuestras acciones, debemos hablar del corazón y del cuerpo. Nuestro vivir diario depende de nuestro corazón y nuestro cuerpo. Es por ello que en 1 Tesalonicenses, Pablo hace una distinción entre lo que somos y lo que hacemos. Con respecto a nuestras acciones, tenemos un corazón y un cuerpo; y con respecto a nuestro ser, es decir, con respecto a lo que somos, tenemos un espíritu, un alma y un cuerpo.

En el capítulo tres de 1 Tesalonicenses, la santificación se aplica a nuestra parte interna, esto es, a nuestro corazón; mientras que en el capítulo cuatro, la santificación se aplica a nuestra parte externa, a nuestro cuerpo. Luego, en el capítulo cinco, y como conclusión a este libro, la santificación abarca todo nuestro ser. Por esta razón, Pablo aquí dice que el Dios de paz nos santificará por completo. Al decir “por completo”, Pablo se refiere a nuestro espíritu, alma y cuerpo. Así, él expresa el deseo de que el espíritu y el alma y el cuerpo de los santos sean guardados perfectos. Esto es lo que significa ser santificado por completo.

La cláusula adverbial “por completo” que aparece en 5:23 es cuantitativa. Se refiere al hecho de que cada parte de nuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— necesita ser santificada y guardada. Además, el adjetivo “perfectos” es cualitativo. De este modo, Pablo, un escritor excelente, indica de manera breve que, en un sentido cuantitativo, debemos ser santificados por completo, y que, en un sentido cualitativo, debemos ser guardados perfectos. Debemos ser guardados no parcialmente ni superficialmente, sino completamente, incluso de manera absoluta y perfecta. Espero que este breve repaso de 1 Tesalonicenses les ayude a entender lo que abarcaremos en este mensaje y en el siguiente.


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