Información del libro

Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1203-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 71 de 79 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE LUCAS

MENSAJE SETENTA Y UNO

LA RESURRECCION DEL SALVADOR-HOMBRE

(2)

Lectura bíblica: Hch. 2:24; 3:15; Ro. 4:25; Hch. 10:41; Jn. 10:15, 17-18; He. 2:14; 1 Co. 15:52-54; Jn. 13:31-32; 17:1; Lc. 24:26; Jn. 12:24.

En este mensaje continuaremos estudiando el aspecto objetivo de la resurrección del Salvador-Hombre. Vimos que cuando el Señor resucitó, Dios vindicó y aprobó a Su persona y Su obra redentora, la cual es todo-inclusiva. Ahora necesitamos ver que la resurrección de Cristo también fue el éxito que el Salvador-Hombre tuvo en todos Sus logros.

EL EXITO QUE EL SALVADOR-HOMBRE
TUVO EN TODOS SUS LOGROS

Las personas a menudo se jactan de sus éxitos. Pero no importa cuanto éxito haya tenido alguien en la vida, cuando muere lo pierde todo, es decir, la muerte es el fin del éxito.

Ciertamente éste fue el caso del hombre rico de la parábola relatada en 12:16-21. Este hombre se dijo para sí: “Derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí juntaré todo mi trigo y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate” (vs. 18-19). Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te reclaman el alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?” (v. 20). Este hombre rico tuvo mucho éxito, pero cuando murió, su éxito terminó.

El Señor resucita de entre los muertos

El hecho de que El Salvador-Hombre resucitó de entre los muertos confirma el éxito que El tuvo en Sus logros. El Nuevo Testamento dice por un lado que Dios levantó a Jesús de entre los muertos (Hch. 3:15), pero por otro dice que Cristo mismo resucitó (Hch. 10:41). Según el Nuevo Testamento, el Señor como hombre fue levantado por Dios de entre los muertos (Ro. 8:11), pero en calidad de Dios, El mismo resucitó de entre los muertos (Ro. 14:9). El hecho de que Dios resucitó a Cristo confirma que El vindicó y aprobó a Su Persona y Su obra, pero el hecho de que el Señor Jesús mismo resucitó de entre los muertos, confirma el éxito de Sus logros.

En Hechos 10:41 Pedro dice que los discípulos comieron y bebieron con Cristo después de “que resucitó de los muertos”. Después de que el Señor fue crucificado y sepultado, Pedro y los discípulos se decepcionaron profundamente. Es posible que se dijeron entre sí: “¿Qué podemos hacer? Ahora que el Señor ha sido crucificado y sepultado, no podemos hacer nada. Todo terminó”. Los discípulos se sintieron así porque el éxito de una persona termina en su sepultura. Sin embargo, el Señor Jesús no permaneció en el sepulcro. Al tercer día resucitó y se le apareció a los discípulos.

Cuando el Señor Jesús se les apareció a los discípulos, según consta en Lucas 24, les dijo: “¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado. Y El lo tomó, y comió delante de ellos” (vs. 41-43). Es posible que el Señor dijera: “Me gustaría comer con vosotros. ¿Tenéis algo de comer? También quiero que comáis”.

Según el Nuevo Testamento, el Señor Jesús apareció a Sus discípulos en el día de Su resurrección para hacer dos cosas importantes: primero, impartirles el Espíritu al soplar en ellos (Jn. 20:22); y segundo, comer con ellos (24:41-43). Pedro, al no poder olvidarse de lo que sucedió en el día de la resurrección, les dijo a los que estaban en la casa de Cornelio que el Señor Jesús resucitó, y que los discípulos comieron y bebieron con El. Tuvieron un banquete con el Salvador-Hombre resucitado. La resurrección del Señor demostraba claramente Su éxito y los discípulos no tenían por qué decepcionarse.

El Señor pone Su vida

Desde el capítulo diez de Juan vemos que, en realidad no se le dio muerte al Señor Jesús, sino que El mismo puso Su vida. En Juan 10:15 El dijo: “Pongo Mi vida por las ovejas”. Luego, en Juan 10:17 y 18 El añadió: “Por eso me ama el Padre, porque Yo pongo Mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que Yo de Mí mismo la pongo. Tengo potestad para ponerla, y tengo potestad para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de Mi Padre”. Cuando el Señor apareció a los discípulos después de Su resurrección, posiblemente dijo: “Mi resurrección confirma Mi éxito. No me dieron muerte, sino que Yo puse Mi vida. Si Yo no estuviera dispuesto a poner Mi vida, nadie podría hacerme nada. Yo puse Mi vida según el mandamiento de Mi Padre, y después de tres días la volví a tomar. El Padre me mandó que pusiera Mi vida por vosotros, y lo hice. Luego, me mandó resucitar y lo hice. Ahora el hecho de que estoy aquí con vosotros confirma Mi éxito”.


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