Información del libro

Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 82 de 120 Sección 1 de 5

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE OCHENTA Y DOS

TRANSFORMADO

(5)

f) La acción de Jacob

(1) Construye una columna

En este mensaje seguiremos hablando de la experiencia de Bet-el. En Génesis 35:14 vemos que en Bet-el Jacob finalmente erigió una columna de piedra como lo había hecho después de recibir el sueño la primera vez que estuvo allí (28:18). En ese entonces, la columna de piedra se llamó la casa de Dios (28:22). Si Jacob no hubiera llamado a esta piedra la casa de Dios, nunca nos daríamos cuenta de que esta columna de piedra tenía como fin la edificación de la casa de Dios. Pensaríamos simplemente que era una roca. Pero ahora sabemos que esta piedra puede convertirse en casa. Esto indica que la columna se convertirá en un edificio, la casa de Dios.

En el libro de Génesis vemos dos clases de columnas: la columna de piedra (28:18; 35:14) y la columna de sal (19:26). ¿Qué clase de columna desea ser usted? Obviamente, todos deseamos ser columnas de piedra. La columna de piedra denota la edificación con fortaleza. Salomón erigió dos columnas en el pórtico del templo (1 R. 7:21). La primera columna fue llamada Jaquín, que significa “El establecerá”, y la segunda, Boaz, que significa “en ella está la fuerza”. La columna de piedra no denota simplemente edificación, sino edificación con fuerza. La columna de sal indica vergüenza, pues una columna de sal es inútil para el propósito de Dios. La mujer de Lot, que era uno de los llamados de Dios, se convirtió en columna de vergüenza. Ella debió haber sido material de edificación, pero debido a su degradación, se convirtió en material de vergüenza.

En el transcurso de este estudio-vida, hemos visto repetidas veces que casi todo lo que contiene este libro constituye una semilla de la verdad, la cual se desarrolla en los demás libros de la Biblia. La manera de estudiar Génesis consiste en comparar todos estos puntos con los subsecuentes libros de la Biblia. La manera de estudiar el libro de Apocalipsis es exactamente lo opuesto, o sea, compararlo con los libros que lo preceden. Si usted desea entender Apocalipsis, debe devolverse a los libros anteriores. En este mensaje vamos a seguir el desarrollo de la semilla de la columna.

(a) Un bosquejo general

aa. Para el templo

Después de que Salomón construyó el templo, añadió adrede dos columnas. Según nuestro concepto natural, pensamos que él primero debía construir las columnas, y luego el templo. Pero él construyó dos columnas y las puso enfrente del templo después de acabarlo (1 R. 7:15-22). Si hubiéramos podido ver ese templo, nuestros ojos se habrían fijado en estas dos columnas antes de ver el templo. El tamaño de estas columnas aparentemente era desproporcionado en comparación con el templo. El tamaño exagerado de las columnas es significativo. Indica que las dos columnas del templo son como una enorme pancarta. Hoy en día, cuando nos acercamos a cierto edificio, vemos una pancarta que informa lo que es el edificio. Del mismo modo, en frente del templo se hallaban dos columnas que decían: “Dios establecerá” y “en ella está el poder”. Estas dos columnas declaran a todo el universo, incluyendo a la humanidad, a Satanás y a todos los ángeles caídos, que el Señor establece y que la fortaleza está en el edificio. La Biblia recalca que la primera columna se llama Jaquín y la segunda Boaz. Ya hicimos notar que Jaquín significa “El establecerá”, y que Boaz significa: “En ella se halla la fortaleza”. Esto revela claramente que la edificación de la casa de Dios depende totalmente de la columna. Esta es la razón por la cual Jacob no construyó la casa de Dios, sino que sólo estableció una columna.

En el capítulo veintiocho, Jacob aún era un suplantador. Pero este suplantador recibió la visión y también la interpretación de la misma. El interpretó su visión, su sueño, al erigir una columna y llamarla la casa de Dios. Esta interpretación fue mucho mejor que la interpretación que hizo Daniel de los sueños de Nabucodonosor. Daniel simplemente interpretó, pero no estableció nada ni actuó. Pero Jacob no sólo interpretó su sueño verbalmente, diciendo: “Esta es la casa de Dios”, sino que también erigió una columna y la llamó la casa de Dios. ¿Cómo pudo Jacob, un suplantador que no se había arrepentido, que no era regenerado ni transformado, haber hecho semejante cosa? Cualquiera que sea el caso, lo hizo, y todos debemos decir: “Gracias, Jacob, por abrir los cielos para que veamos la casa de Dios”.

Un suplantador abrió los cielos para que se edificara la casa de Dios. Creo esto porque la Biblia lo enseña. No confío en mis opiniones, pues según mi concepto, un suplantador no podría hacer esto. Fácilmente creería que una persona piadosa como Daniel, un hombre que oraba cada día, podía haber interpretado un sueño espiritual. Pero no me parece ni justo ni lógico que un suplantador hiciese esto. Sin embargo, él lo hizo espontáneamente. Todo este asunto está relacionado con la gracia. Como lo indica Romanos 9:11: “No por las obras sino por el que llama”. Romanos 9:13 añade: “A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí”. La gracia no es cuestión de equidad. No interrogue a Dios, diciendo: “Dios, ¿por qué aborreces a Esaú? En mi opinión Esaú es mejor que Jacob. No es justo que ames a Jacob y aborrezcas a Esaú”. A esto Dios contestaría: “Yo simplemente amo a Jacob y aborrezco a Esaú. ¿Qué tienes que decir al respecto? Cuando Yo aborrezco, estoy en la posición de aborrecer, y cuando amo, tengo la gracia de amar”. ¿Quién es usted, Esaú o Jacob, un buen hombre o un suplantador? Todos debemos confesar que somos Jacob, que tomamos por el calcañar, que somos suplantadores. La iglesia está llena de tomadores de calcañares. Si usted no toma calcañares, perderá la gracia de Dios. Nosotros somos verdaderamente personas que se asen del calcañar, pero lo somos en gracia. Nadie puede negar esto. Yo puedo gritar y declarar: “Alabado sea el Señor porque soy un agarrador de calcañares en gracia. La gracia me hace diferente”.

En el capítulo veintiocho Jacob era un suplantador, pero cuando llegamos al capítulo cuarenta y ocho, vemos que este suplantador fue totalmente transformado en un hombre de Dios. Este hombre de Dios es una columna. En cierto sentido, la casa de Dios fue establecida con esta columna. Cuando usted entra en el templo universal de Dios, lo primero que ve es este Dios-hombre, este Israel firme delante del edificio de Dios. Después de que Jacob fue transformado en Israel, permaneció delante del edificio de Dios como una pancarta de la casa de Dios.


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