Información del libro

Estudio-vida de Apocalipsispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1446-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 3 de 68 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE APOCALIPSIS

MENSAJE TRES

EL TESTIMONIO DE JESUS
ES ESPECIFICO Y CONSUMADO

El libro de Apocalipsis revela primeramente a Cristo, y luego el testimonio de Jesús. En otras palabras, este libro trata de Cristo y la iglesia. En Apocalipsis Cristo y la iglesia se revelan de una forma única y específica. En el mensaje anterior dijimos que en Apocalipsis se revelan muchos aspectos de Cristo que no se encuentran en los demás libros de la Biblia. Lo mismo sucede con la iglesia. El Apocalipsis presenta la iglesia de una manera muy específica. En este mensaje presentaremos una síntesis de los aspectos de la iglesia hallados en Apocalipsis, y en los siguientes mensajes abarcaremos los detalles.

I. LOS CANDELEROS

En primer lugar, en Apocalipsis las iglesias son reveladas como candeleros (1:11-20). En ningún otro libro del Nuevo Testamento se usa este término con respecto a la iglesia. En otros libros se nos dice que la iglesia es la asamblea de los escogidos de Dios, el cuerpo de Cristo y también la casa de Dios. Con excepción de Apocalipsis, no se nos dice que la iglesia es un candelero. Como candeleros, las iglesias brillan en la obscuridad. La palabra candelero nos permite entender mucho sobre la iglesia y su función. La iglesia no es la lámpara, sino el candelero, lo que sostiene la lámpara. Sin la lámpara, el candelero es vano y no tiene utilidad. El candelero sostiene la lámpara que resplandece. Como vimos en el mensaje anterior, Dios es la luz, y el Cordero es la lámpara (21:23). Por consiguiente, Cristo es la lámpara, y la iglesia es el candelero que sostiene la lámpara. Dios está en Cristo, y Cristo, la lámpara, es sostenido por el candelero, de modo que emana la gloria de Dios. Este es el testimonio de la iglesia.

A. Son de oro (el elemento divino)

Los candeleros, las iglesias locales, son de oro, o sea divinidad, la naturaleza de Dios. Todas las iglesias locales son divinas en naturaleza; están constituidas de la naturaleza de Dios. Decir esto es perfectamente bíblico, pues el libro de Apocalipsis dice que las iglesias locales son candeleros de oro (1:20). Estos candeleros no están hechos de barro, madera u otro material inferior; están hechos de oro puro. Esto significa que todas las iglesias locales deben ser divinas. Sin divinidad, la iglesia no puede existir. Aunque la iglesia está compuesta de humanidad y divinidad, la humanidad no debe ser la naturaleza básica de las iglesias locales. La naturaleza básica de las iglesias locales debe ser la divinidad, que es la naturaleza de Dios. Con estas dos expresiones —los candeleros y el oro— podemos comprender muchas cosas sobre la iglesia: que en la iglesia resplandece Cristo y que ella está constituida de la naturaleza divina.

B. Resplandecen en las tinieblas

Los candeleros resplandecen en la oscuridad. Si no hubiera oscuridad, no sería necesario que alumbrara la luz de la lámpara. El resplandor de la lámpara es muy particular. Para que la lámpara brille, debe arder el aceite que contiene. Si el aceite arde dentro de la lámpara, la luz brillará y penetrará las tinieblas. Esta es la función de la iglesia. La función de la iglesia no es simplemente predicar o enseñar doctrinas. En la noche oscura de esta era, la iglesia debe resplandecer y expresar la gloria de Dios. Este es el testimonio de la iglesia.

C. Son idénticos

Todos los candeleros son idénticos entre sí. Muchos cristianos, basándose en un concepto erróneo, desean ser diferentes de los demás cristianos. Cuando llegué a este país hace catorce años, conocí a algunos amados cristianos que estaban preocupados porque todas las iglesias locales eran iguales. Dijeron que harían lo posible por ser diferentes de los demás. Esto no es correcto. Todas las personas tienen una cabeza, dos hombros, dos brazos, dos manos y cinco dedos en cada mano, y todas las cabezas humanas tienen siete orificios: dos oídos, dos ojos, dos fosas nasales y una boca. Es absurdo decir: “No quiero parecerme a los demás. Para ser diferente, quisiera tener sólo cinco orificios en mi cabeza”. ¡Qué absurdo sería esto! Aquellos que proclaman que cada iglesia local debe ser única basan sus conceptos en las diferencias de las Algunos han dicho: “Note que las siete iglesias son diferentes”. En mis primeros años, cuando aún era muy joven, fui afectado por este concepto y enseñaba lo mismo. Pero un día fui iluminado y vi que todas las diferencias de las iglesias locales de Apocalipsis dos y tres eran negativas, y no positivas. Efeso perdió su primer amor, lo cual es algo negativo; Pérgamo era una iglesia mundana, lo cual es negativo; Tiatira era demoníaca, que también es algo negativo; y Laodicea estaba en tibieza e indiferencia, lo cual es negativo. Sin embargo, todas las iglesias locales eran idénticas en lo positivo, pues vemos que todas ellas son candeleros de oro. Si pusieran los siete candeleros sobre una mesa delante de usted, no podría diferenciarlos, a menos que los numerara. Los siete candeleros son iguales.

No obstante, desde 1962 algunas personas en este país han declarado con vehemencia que ellas nunca se parecerán a la iglesia en Los Angeles. ¿Dónde están esas personas hoy? Se han desvanecido, y todos los conceptos extraños que sostenían fracasaron. No estoy diciendo que todos deben seguir la iglesia en Los Angeles. Pero si la iglesia en Los Angeles tiene siete “orificios”, sería absurdo insistir en que otros tengan cinco. Por el lado positivo, todas las iglesias locales deben ser idénticas. Sin embargo, por el lado negativo, son diferentes. Si la iglesia en Los Angeles adora ídolos, debemos rehusar seguirla. En asuntos de esta índole, debemos ser diferentes. Pero no es correcto decir que en el aspecto positivo las iglesias locales deben ser diferentes. No debemos tratar de hacernos peculiares ni diferentes, esto es orgullo. Un día el Señor me mostró que los cuatro lados de la Nueva Jerusalén son exactamente iguales. Cada lado del muro es construido del mismo material, de jaspe. Un lado no está construido de jaspe y otro de bronce. No, los cuatro lados son iguales. De la misma manera, universalmente, todas las iglesias deben ser iguales. No necesitan ser iguales en organización, pero sí deben ser idénticas en apariencia. Por ejemplo, las iglesias de Nueva Zelandia deben ser iguales a las iglesias de Japón. Todas las iglesias de la tierra deben ser universalmente iguales debido a que todos nosotros somos una sola iglesia. Localmente, somos las iglesias; universalmente, somos la iglesia. Este es el testimonio de Jesús.


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