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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 8 de 185 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE OCHO

LAS TRES SEÑALES

Hemos visto que el relato acerca del llamamiento de Moisés es el más completo en la Biblia en cuanto al llamamiento de Dios. Cuando Moisés fue a la parte más lejana del desierto y se encontró allí con Dios, él vio una señal. la cual era una zarza que ardía sin ser consumida. Esta señal era algo maravilloso, pero muy objetivo. En este mensaje, examinaremos las tres señales del capítulo cuatro, que son muy subjetivas.

Es importante que veamos la razón por la cual se dieron estas tres señales subjetivas. Al final del capítulo tres, el llamamiento de Dios a Moisés parecía completo. Moisés había visto la señal objetiva de la zarza ardiente, y él había oído la voz de Dios. Dios dio a Moisés una revelación plena de Sí mismo. Por tanto, en cuanto a Dios, el llamamiento de Moisés era completo, pero, por el lado de Moisés no era así. Exodo 4:1 dice: “Moisés respondió diciendo: he aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: no te ha aparecido Jehová”. Esto indica que aunque Moisés había recibido una señal maravillosa y había oído la voz de Dios, él no había sido inspirado ni conmovido. Por esta razón, se dieron las tres señales del capítulo cuatro. Estas señales serían evidencia concluyente de que Moisés había sido verdaderamente llamado por Dios. El principio es el mismo con los llamados de Dios hoy en día. Todo aquel que pretende ser llamado por Dios debe tener la marca de estas tres señales subjetivas.

Es significativo que el Señor mostró tres señales a Moisés, no dos ni cuatro ni otra cantidad de señales. En la Biblia, el número tres es significativo. Puesto que Dios es Triuno, el número tres está relacionado con la economía de Dios, con Su dispensación. En Lucas 15 vemos tres parábolas relacionadas con el Hijo, el Espíritu y el Padre. Pero en Exodo cuatro hay tres señales, acerca de la serpiente, la lepra y la sangre.

Como todo lector de la Biblia sabe, la serpiente representa a Satanás. En Génesis 3 vemos a Satanás como la serpiente sutil. La serpiente en Exodo 4 es la misma serpiente que en Génesis 3 aquella que es llamada “la serpiente antigua” en el libro de Apocalipsis (12:9; 20:2). Toda persona llamada no solo debe conocer a Dios, sino también a la serpiente. No solamente debemos saber cómo hablar con Dios, tener contacto con Dios, cómo tener comunión con El, y confiar en El; también debemos ser capaces de vencer a la serpiente.

La lepra es la segunda señal y es un asunto de putrefacción, corrupción, inmundicia de la carne de pecado. Según el Antiguo Testamento, cada leproso tenía que declarar abiertamente que él era inmundo. El pecado representado por la lepra no es el pecado exterior, sino el pecado subjetivo, el pecado en nuestra carne. La putrefacción, corrupción e inmundicia proceden de este pecado.

La tercera señal es la del agua que se vuelve sangre. Aquí la sangre representa la muerte introducida por el mundo con sus deleites. Por tanto, la sangre en la tercera señal está relacionada con el mundo.

La serpiente, la lepra, y la sangre están relacionadas respectivamente con Satanás, el pecado en la carne y la muerte introducida por el mundo. Los que han sido llamados por Dios no deben tener solamente la señal objetiva de la zarza ardiente, sino las señales subjetivas de la serpiente, la lepra y la sangre. Como llamados, necesitamos algunas experiencias subjetivas, algunas evidencias subjetivas, para mostrar a los demás que hemos sido verdaderamente llamados por Dios y mandados por El. Estas evidencias son la capacidad de vencer al diablo, la carne pecaminosa y la muerte introducida por el mundo. Suponga que cierta persona acude a usted pretendiendo ser enviada por Dios. Si esta persona no sabe cómo vencer a Satanás, a la carne y al mundo, usted no debe creer que es un enviado. La señal de una zarza ardiente no es una prueba adecuada para demostrar que alguien ha sido llamado por Dios. Una persona llamada debe ser capaz de vencer a la serpiente, la lepra y la sangre.

Hemos señalado que Exodo es un libro de cuadros. ¡Qué cuadros maravillosos tenemos en el capítulo cuatro! En estos cuadros, vemos a Satanás, la carne pecaminosa, y el mundo de muerte. Si sabemos cómo vencer estas cosas, entonces seremos verdaderamente los enviados de Dios. Es crucial que todos sepamos el significado de las tres señales subjetivas en este capítulo y que tengamos estas experiencias.


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