Información del libro

Estudio-vida de Hebreospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3845-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 22 de 69 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE HEBREOS

MENSAJE VEINTIDÓS

EL REPOSO SABÁTICO
QUE QUEDA PARA EL PUEBLO DE DIOS

(5)

La Biblia es la revelación de Dios. Para entender cualquiera de los aspectos más importantes de esta revelación, debemos prestar atención a los principios que rigen dichos aspectos, los cuales se hallan establecidos y revelados en la Biblia. El principio que rige sobre toda la Biblia es que Dios, en la eternidad pasada, concibió un propósito, un plan, el cual consistía en expresarse a Sí mismo con Su autoridad. Este plan, el propósito eterno de Dios, se revela totalmente en los dos primeros capítulos de Génesis y en los dos últimos capítulos de Apocalipsis. En Génesis 1 y 2 vemos que el hombre es el centro del universo creado. Aunque Dios creó los cielos, la tierra y millones de cosas más, la figura central es el hombre. Dios hizo al hombre de una manera muy particular, pues lo formó del polvo de la tierra (Gn. 2:7) y a Su propia imagen (1:26). Por lo tanto, el hombre, un ente individual, porta dos cosas: la tierra y la imagen de Dios. En sustancia el hombre es terrenal, pero en expresión, es divino. En el hombre podemos ver un principio maravilloso: una criatura que porta la sustancia terrenal y la imagen divina. Cuando el hombre expresó la imagen de Dios y ejerció Su autoridad en Su dominio, Dios halló reposo. Como hemos visto en mensajes anteriores, éste es el significado del reposo sabático. Éste es el cuadro que encontramos desde el comienzo de la Biblia.

Cuando avanzamos al final de la Biblia, podemos ver la consumación: el cielo nuevo y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén. En el cielo nuevo y la tierra nueva, la tierra será más útil que el cielo porque en ella estará la Nueva Jerusalén. Si leemos Apocalipsis cuidadosamente, veremos que la Nueva Jerusalén no se refiere a un edificio físico, sino a una entidad viviente compuesta de personas vivientes, tal como los doce apóstoles del Cordero y las doce tribus de Israel (Ap. 21:12, 14). Esta ciudad, la Nueva Jerusalén, tendrá la semejanza de Dios y le expresará de una manera plena. Además, el trono de Dios estará en esa ciudad, y la autoridad de Dios se ejercerá plenamente en ella. Éste es el reino eterno de Dios. Por lo tanto, en la Nueva Jerusalén Dios tendrá completo descanso y obtendrá Su Sábado eterno. Este asunto es el principio que rige en toda la Biblia.

XIX. LOS TRES PERIODOS DEL UNIVERSO

Para conocer la Biblia, es necesario obtener una vista panorámica de la misma. ¿Sabía usted que el universo está compuesto de tres grandes periodos? El primer periodo fue el tiempo antes de Adán, al que se le denomina la era preadamítica. Como vimos en el Estudio-vida de Génesis, antes de que Adán fuera creado, el universo ya existía. Nadie puede decir con certeza cuán largo fue ese primer periodo. El segundo periodo por el que atraviesa el universo se extiende desde Génesis 1:2 hasta el final del milenio venidero, desde el tiempo en que Adán fue creado hasta el final del milenio. Este lapso es muy breve, tal vez no dure más de siete mil años. Aunque a nosotros nos parezca mucho tiempo, a los ojos de Dios estos siete mil años son como siete días, ya que para Él mil años son como un día (2 P. 3:8). Después de este segundo periodo, vendrá el tercer periodo del universo, esto es, cuando venga el cielo nuevo y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén. Este periodo durará por toda la eternidad. A fin de conocer la Biblia cabalmente, debemos conocer estos tres periodos del universo.

El primer periodo del universo fue el periodo de la caída. Dios creó, Satanás dañó y Dios intervino para juzgar el universo. En Génesis 1:2 vemos el comienzo de la re-creación que Dios realiza. Hablando con propiedad, solamente el versículo 1 se refiere a la creación de Dios, ya que a partir del versículo 2 comienza la narración de la re-creación de Dios. En medio de esta re-creación se efectuó una creación adicional. El hombre, por ejemplo, no constituyó una re-creación, sino una creación. Desde el tiempo de la re-creación hasta la plena consumación del propósito de Dios habrá un periodo aproximadamente de siete mil años. Ya que es durante ese lapso que Dios realiza Su propósito eterno, podemos llamar a este periodo el periodo de realización.

El periodo de realización empezó con la creación del hombre. El hombre constituía una creación de Dios. La re-creación sólo recobró el universo caído a una condición propicia en la que el hombre pudiera ser creado y tener su existencia. La segunda venida del Señor Jesús no concluirá este período de realización, ya que el cielo viejo y la tierra vieja seguirán existiendo por otros mil años después de Su regreso. Durante este tiempo de mil años continuará el período de realización. La segunda venida del Señor será sólo un paso adicional en el cumplimiento del propósito de Dios. Así pues, el cumplimiento del propósito de Dios empezó con la creación del hombre, y se consumará, no cuando el Señor venga por segunda vez, sino al final del milenio.

Después del periodo de realización, vendrán el cielo nuevo y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén. Ése será el periodo del Sábado eterno, del pleno reposo sabático. Este periodo futuro será eterno, será un Sábado sin fin. Nuestro Padre, nuestro Salvador y todos los redimidos estarán allí. Éste es nuestro destino, nuestro futuro. Nuestro futuro es participar del Sábado eterno donde nuestro Padre, nuestro Salvador y todos nosotros, nos hallaremos en reposo por la eternidad.


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