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Estudio-vida de Romanospor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2929-3
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ESTUDIO-VIDA DE ROMANOS

MENSAJE SESENTA Y DOS

LA VIDA DEL DIOS TRIUNO
IMPARTIDA EN EL HOMBRE TRIPARTITO

Antes de abordar el tema de la vida del Dios Triuno impartida en el hombre tripartito, debemos decir algo más acerca de la impartición del Dios Triuno, la cual se lleva a cabo en conformidad con Su justicia, por medio de Su santidad y para Su gloria. Hemos visto que la justicia es el procedimiento de Dios, la santidad es la naturaleza de Dios y la gloria es la expresión de Dios. Por lo tanto, la impartición de Dios se lleva a cabo en conformidad con el procedimiento justo de Dios, por medio de Su naturaleza santa y con el fin de expresar a Dios mismo. La expresión de Dios se halla principalmente en la iglesia. Así que, la meta de la impartición del Dios Triuno es que Dios sea expresado en la iglesia.

LA JUSTICIA SUPREMA

En el mensaje anterior hicimos notar que la justicia de Dios se relaciona con la muerte de Cristo, la cual dio fin a todas las cosas negativas. Por causa de la caída del hombre, todas las cosas de la creación se volvieron injustas. Por ejemplo, es injusto que los mosquitos nos molesten. Además, existe injusticia en cada aspecto de la sociedad. Dado que Adán era la cabeza de la antigua creación, cuando él cayó, todo lo que estaba bajo Su autoridad como cabeza se volvió injusto a los ojos de Dios. La muerte de Cristo puso fin a todas esas cosas injustas y cumplió con los requisitos de la justicia de Dios. Por lo tanto, la muerte de Cristo es la justicia suprema.

Cuando Cristo murió en la cruz, nosotros también morimos, pues morimos en Él. Fuimos identificados con Cristo en Su muerte. Esto significa que no solamente la muerte de Cristo es justa, sino también nuestra muerte en Cristo es justa a los ojos de Dios.

LA SANTIDAD EN ACCIÓN

Sin embargo, la muerte de Cristo no fue el final, pues ésta abrió paso para la resurrección mediante la cual Dios nos hace germinar y nos genera. Además, junto con la resurrección de Cristo se halla la función de la santificación, la cual incluye la transformación y la conformación. Finalmente, mediante el proceso de la santificación somos conformados a la imagen del Hijo de Dios, lo cual constituye la experiencia subjetiva de la santificación. La santificación es la actividad subjetiva realizada por la santidad; es la santidad misma en acción. La santificación es en realidad el Cristo resucitado que forja en nuestro ser la naturaleza santa de Dios. Esto es completamente distinto al concepto de santidad que existe entre aquellos del llamado Movimiento de santidad.

LA GLORIFICACIÓN: EL RESULTADO
DE LA SANTIFICACIÓN

El fruto de la santificación es la glorificación, es decir, la expresión de Dios. Así que, la impartición del Dios Triuno tiene como objetivo la gloria de Dios. El resultado final de esta santificación es la glorificación.

La glorificación empezó en el día de Pentecostés. La iglesia no nació el día de Pentecostés, sino que nació el día de la resurrección de Cristo. En 1 Pedro 1:3 se nos dice que fuimos regenerados cuando Cristo resucitó. Cuando Él resucitó, el único grano de trigo llegó a ser los muchos granos que conforman el único pan, la iglesia (Jn. 12:24; 1 Co. 10:17). Por consiguiente, la iglesia fue producida el día de la resurrección. ¿Qué fue entonces lo que sucedió en el día de Pentecostés? En aquel día la iglesia fue glorificada. Si nosotros hubiésemos estado en la reunión de la iglesia el día de Pentecostés, habríamos exclamado: “¡Qué gloria es ésta!”. Ciertamente no habríamos hablado acerca de la justicia ni de la santificación, porque nos habría invadido una profunda sensación de gloria.

El Señor Jesús empezó Su oración en Juan 17 con las palabras: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a Tu Hijo, para que Tu Hijo te glorifique a Ti” (v. 1). ¿Cómo glorifica el Hijo al Padre? Él lo glorifica por medio de la unidad. La unidad mencionada en Juan 17 es la iglesia. La unidad de los santos es la vida apropiada de iglesia. Cuando la unidad se hace realidad de manera cabal, el Hijo glorifica al Padre en la iglesia. Esto indica que dondequiera que hay una vida de iglesia apropiada, el Padre es glorificado, porque la vida de iglesia expresa al Padre. Por lo tanto, si nos reunimos como iglesia de una manera normal, percibiremos la gloria que llena nuestras reuniones. La vida de iglesia está estrechamente relacionada con el asunto de la glorificación. La iglesia es la meta de Dios, y no solamente el procedimiento de Dios ni el medio que Él utiliza para lograr Su objetivo. La intención de Dios es ser glorificado en Su iglesia.


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