Información del libro

Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

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ESTUDIO-VIDA DE EXODO

MENSAJE CIENTO SETENTA Y OCHO

EL TIEMPO QUE MOISES PASO CON DIOS
(1)

Lectura bíblica: Ex. 34

El capitulo treinta y cuatro de Exodo no es fácil de entender. Después de leer todo este capítulo, tal vez no entendamos su contenido porque abarca tantos puntos. Por consiguiente, quisiera empezar este mensaje señalando dos asuntos que nos pueden ayudar a entender este capítulo.

LOS TIPOS, LAS FIGURAS Y LAS SOMBRAS

El primer asunto que quisiera señalar es éste: nosotros los creyentes neotestamentarios, debemos darnos cuenta de que el Antiguo Testamento contiene tipos, figuras, y sombras de las cosas divinas y espirituales reveladas en el Nuevo Testamento. Lo divino y lo espiritual son algo misterioso , que va más allá de nuestra mente natural. No obstante, podemos entender estos asuntos divinos, espirituales y misteriosos por las tipologías, figuras, y sombras en el Antiguo Testamento. De todos modos existe un problema: podemos leer todas los tipos, figuras y alegorías del Antiguo Testamento y tener dificultades para ver el significado de estas cosas.

Si queremos conocer el significado de las tipologías del Antiguo Testamento, debemos entender que este relato en el Antiguo Testamento no es simplemente la historia de un pueblo antiguo. Este relato se relaciona también con nosotros. Por consiguiente, cuando leemos el Antiguo Testamento, estamos leyendo algo relacionado con nosotros y no solamente algo acerca de los hijos de Israel. No deberíamos leer el libro de Exodo como si fuera une simple historia. Debemos vernos a nosotros mismos en este libro. El libro de Exodo no relata solamente la historia de un pueblo antiguo; también es nuestra historia. Es la historia de nuestra vida cristiana presente. Además este libro tipifica muchas cosas espirituales y divinas relacionadas con nuestra experiencia cristiana. Es muy importante que nos demos cuenta de eso.

EL RECOBRO DEL PACTO QUEBRANTADO

Segundo, al considerar este capítulo treinta y cuatro de esta manera, debemos ver también que presenta un pleno recobro del pacto quebrantado. Esta es la razón por la cual este capítulo repite muchas cosas que vimos anteriormente. El capítulo treinta y cuatro de Exodo es un capítulo repetitivo, pues repite lo que Dios ha dicho anteriormente. Casi todo lo que contiene este capítulo es repetitivo.

El pacto que Dios había hecho con Su pueblo durante la primera estancia de Moisés con El en el monte había sido quebrantado. Las dos tablas del testimonio, las cuales representaban este pacto, fueron quebrantadas y desechadas. Este pacto no fue quebrantado por Dios, quien dio la ley, sino que fue quebrantado por Aquel que recibió las tablas de la ley. Hemos visto que si no hubiera sido por Moisés, el compañero de Dios, todo se hubiera acabado allí con el quebrantamiento del pacto. La relación especial que mantenía Dios con Su pueblo hubiera sido gravemente perjudicada. Afortunadamente este compañero de Dios conocía el corazón de Dios, y él sabía que Dios no abandonaría jamás Su propósito para con los hijos de Israel. Moisés sabía que este Dios de propósito tenía una intención muy firme, y que nadie podría impedir la realización de Su deseo. Podemos retrasar momentáneamente a Dios o frustrarlo, pero jamás lo pararemos.

Para mantener Su posición, Dios necesitaba un compañero, un mediador entre El y Su pueblo. Este mediador podía hacer propiciación en el nombre del pueblo y apaciguar la ira de Dios en esta situación. Ya hemos visto que Moisés se presentó a Dios como mediador. En esta ocasión, todas las palabras de Moisés estaban relacionadas con lo que se encontraba en el corazón de Dios. Por esta razón, Dios respondió a la petición de Moisés y se la concedió.

Dios se apaciguó. Después de eso, el pacto quebrantado necesitaba ser recobrado. Las tablas que representaban el pacto habían sido quebrantadas. Ahora este pacto quebrantado debía ser recobrado para normalizar la situación entre Dios y Su pueblo. Por lo tanto, el capítulo treinta y cuatro está relacionado con el recobro del pacto quebrantado.

Leamos Exodo 34:1 “y Jehová dijo a Moisés: prepara dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste.” El Señor tenía el terreno para hablar de esta manera a Moisés porque El había sido apaciguado y porque Moisés había hecho propiciación en nombre del pueblo. Moisés no fue el autor de la propuesta en Exodo 34:1, fue el Señor. La propiciación que hizo Moisés por el pueblo tenía mucho significado a los ojos de Dios. Sin esta propiciación, Dios no hubiera tenido el terreno para recobrar el pacto quebrantado.

En Exodo 34:2, el Señor sigue hablando a Moisés: “Prepárate, pues, para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante Mí sobre la cumbre del monte.” Era necesario que Moisés subiera a la cumbre del monte para reunirse con el Señor. El Señor no podía bajar donde se encontraba Moisés. La cumbre del monte fue el lugar de reunión para Dios y Moisés. La reunión en la cumbre del monte significaba que Moisés subía y que Dios bajaba.


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