Información del libro

Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
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Actualmente disponible en: Capítulo 84 de 120 Sección 1 de 4

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE OCHENTA Y CUATRO

TRANSFORMADO

(7)

En este mensaje seguiremos dedicando nuestra atención a las dos columnas del templo. Vimos que cuando Jacob estuvo por primera vez en Bet-el, erigió como columna la piedra que había usado de almohada y la llamó la casa de Dios (28:18, 22). Hemos hecho notar repetidas veces que casi todo el contenido del libro de Génesis consta de semillas que se desarrollan en los siguientes libros de la Biblia. El pleno desarrollo de la semilla de las columnas se halla en Apocalipsis 3:12, donde el Señor Jesús dice: “Al que venza, Yo lo haré columna en el templo de mi Dios”. Entre Génesis y Apocalipsis, hay muchos pasajes de la Palabra acerca de las columnas. Cada vez que se mencionan las dos columnas del templo, vemos más detalles acerca de ellas. Ninguna porción de la Palabra describe todos los aspectos de las columnas.

Los cristianos de hoy se preocupan muy poco por el edificio de Dios, el cual cumple la economía de Dios. La mayoría de los cristianos descuida eso, pero la Biblia lo subraya claramente. Si deseamos conocer el edificio según la Biblia, primero debemos ver la columna, pues ésta es una pancarta del edificio de Dios. Si vemos lo que es la columna y decidimos llegar a ser columnas, estamos en el camino del edificio de Dios. La columna es tan crucial que la Biblia la menciona repetidas veces. Por no entender el edificio de Dios, la mayoría de los cristianos no presta atención a estas porciones de la Escritura que mencionan la columna; mas por la misericordia del Señor, hemos recibido una profunda impresión de lo que es la columna, hasta el punto de no poder alejarnos de este tema. La Biblia no derrocha palabras. Por lo tanto, todo lo que revela tiene significado y es crucial para nosotros. Debemos considerar cuidadosamente lo que es la columna y cómo podemos convertirnos en una columna, porque en estos postreros tiempos, Dios está completando Su edificio.

Ahora quisiera hacer hincapié en tres aspectos positivos y dos aspectos negativos de las columnas mencionadas en el mensaje anterior. Los tres aspectos positivos son el bronce, el lirio y las granadas. Las columnas mismas fueron hechas de bronce. Sobre los capiteles se encontraban los lirios, y alrededor de los capiteles se encontraban las granadas. Dudo que a algún diseñador humano se le hubiera ocurrido combinar estas cosas. Sin embargo, ¡cuán crucial y significativo es todo esto para nosotros! El bronce representa la muerte bajo el juicio. Todos debemos someternos al juicio, y darnos cuenta de que no servimos para nada más que para ser crucificados (Gá. 2:20). Además, todos fuimos sepultados en el bautismo (Ro. 6:4). Por tanto, somos un pueblo que está bajo el juicio de muerte. Pero después de la muerte viene la resurrección, y el lirio crece sobre nosotros en resurrección. Las granadas rodean los capiteles y representan la expresión de las riquezas de la vida. Por consiguiente, en las columnas vemos la muerte, la resurrección y la expresión de vida. Alabado sea el Señor porque muchos de nosotros podemos testificar que día tras día somos el bronce que cultiva los lirios y expresa las granadas. ¿Acaso no es usted una persona así? De no serlo, usted no está calificado para ser una columna y no tendrá nada que ver con el edificio de Dios.

Los dos aspectos negativos de las columnas son las trenzas (a manera de red) y las coronas a manera de cadenillas. Las trenzas a manera de red y las coronas a manera de cadenilla representan la situación complicada y confusa. Las trenzas son una malla compuesta de varas entrecruzadas. Esto indica que en nuestra experiencia, a diario somos crucificados. Al pasar por eso, somos asidos por una cadena. A menudo, nosotros los hermanos nos encontramos bajo la cruz de nuestras queridas esposas. Aunque deseemos escapar, somos asidos por las cadenas y no podemos huir. Podemos ser despedazados, pero ningún pedazo puede escapar. Las hermanas pueden dar testimonio de lo mismo en relación con sus maridos. En la vida de iglesia, algunos dicen que no pueden soportar ser crucificados por los ancianos. Sin embargo, las cadenas también están allí. En la vida de iglesia, tenemos tanto las redes como las cadenas. Alabado sea el Señor por estas dos cosas negativas, porque el bronce, el lirio y las granadas sólo pueden ser conectados entre sí por ellas.

Poco después de ser salvo, supe que había sido crucificado juntamente con Cristo. Pero no sabía cómo esta crucifixión podía aplicarse a mí de un modo práctico. Es aplicada por el trenzado, las redes. Sin las redes y las cadenas, el ser juntamente crucificados con Cristo y tener Su vida en nosotros no pasaría de ser una doctrina. Podemos conocer la doctrina de que fuimos crucificados juntamente con Cristo y recitar Gálatas 2:20 continuamente, y aún así descubrir que tal cosa no nos aprovecha. Yo lo hice repetidas veces pero sin éxito. Repetí las palabras: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. Más tarde, experimenté la red y las cadenas en la vida de iglesia. Por medio de estas dos cosas negativas, la crucifixión y la resurrección de Cristo han sido aplicadas de manera práctica a mi vida. Finalmente, las tres cosas positivas y las dos negativas forman una sola unidad. Tenemos el bronce, los lirios y las granadas, unidos por el trenzado y las cadenas. Los cinco artículos se unen en la columna.


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