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Estudio-vida de Hechospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1419-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 44 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE HECHOS

MENSAJE CUARENTA Y CUATRO

LA PROPAGACION
EN ASIA MENOR Y EUROPA MEDIANTE
EL MINISTERIO DE LA COMPAÑIA DE PABLO

(10)

Lectura bíblica: Hch. 16:6-10

En este mensaje, estudiaremos Hechos 16:6-10. Este pasaje describe la manera en que Dios condujo a Pablo y a sus colaboradores a Macedonia, una provincia del Imperio Romano ubicada en el sudeste de Europa. Daremos especial atención al Espíritu Santo, el cual se menciona en el versículo 6, y al Espíritu de Jesús, en el versículo 7.

EL ESPIRITU SANTO LES PROHIBIO

Leamos Hechos 16:6: “Y atravesaron la región de Frigia y de Galacia, habiéndoles prohibido el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia”. Al igual que en la obra evangélica de Felipe (8:29, 39), el avance del apóstol Pablo y de sus colaboradores en cuanto a la propagación del evangelio, no se llevó a cabo por la decisión y preferencia de ellos, ni de acuerdo con ningún programa hecho por algún concilio humano, sino por el Espíritu Santo conforme al consejo de Dios. Como vemos, aunque ellos quisieron predicar la palabra en Asia, el Espíritu Santo se los prohibió. La prohibición es otra forma en que el Espíritu Santo nos guía.

EL ESPIRITU DE JESUS NO LES PERMITIO

Hechos 16:7 declara: “Y cuando llegaron a Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió”. El hecho de que el Espíritu Santo les prohibiera que hablasen, y que el Espíritu de Jesús no les permitiera ir a cierto lugar, indicaba que Pablo y sus colaboradores debían avanzar en línea recta. Si observamos un mapa, veremos que ellos debían moverse rumbo a Europa oriental, y más específicamente, hacia Macedonia y Acaya. Como Pablo no tenía planes de ir a esa región, fue necesario que el Señor le mostrara una visión durante la noche, en la cual vio que un varón macedonio lo llamaba (v. 9).

El hecho de que el Espíritu Santo les prohibiera ir a la izquierda, a Asia (v. 6), y que el Espíritu de Jesús no le permitiera ir a la derecha, a Bitinia, sólo les dejaba una opción a Pablo y a sus colaboradores: avanzar en línea recta con rumbo directo a Macedonia, pasando por Misia y Troas (v. 8).

DOS TITULOS DIVINOS QUE NO SE
MENCIONAN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Debemos prestar especial atención a dos títulos divinos que aparecen en los versículos 6 y 7: El Espíritu Santo y el Espíritu de Jesús. El Espíritu de Jesús y el Espíritu Santo, mencionado en el versículo precedente, se usan de modo intercambiable, lo cual revela que el Espíritu de Jesús es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es un título general del Espíritu de Dios en el Nuevo Testamento; mientras que el Espíritu de Jesús es una expresión particular acerca del Espíritu de Dios, y se refiere al Espíritu del Salvador encarnado, quien como Jesús, pasó por el vivir humano y la muerte de cruz. Esto indica que el Espíritu de Jesús no sólo contiene el elemento divino de Dios, sino también el elemento humano de Jesús, con los elementos de Su vivir humano y de Su muerte. Tal Espíritu, el Espíritu todo-inclusivo, era necesario para que Pablo cumpliera su ministerio de predicación, un ministerio de sufrimiento llevado a cabo entre los seres humanos y para ellos en la vida humana.

Hemos visto que en Hechos 16, Lucas habla primeramente del Espíritu Santo y luego menciona al Espíritu de Jesús. En el Antiguo Testamento, leemos acerca del Espíritu de Dios en Génesis 1:2b: “El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. El Espíritu de Dios se movía sobre las aguas de la muerte. En otra parte del Antiguo Testamento, al Espíritu de Dios se le llama el Espíritu de Jehová (Jue. 3:10; Ez. 11:5). Pero vemos que el título “Espíritu Santo” no aparece en el Antiguo Testamento. En Salmos 51:11 y en Isaías 63:10-11, el título “Santo Espíritu”, debería traducirse más bien “Espíritu de Santidad”. Por consiguiente, los principales títulos dados al Espíritu en el Antiguo Testamento son, el Espíritu de Dios y el Espíritu de Jehová. En ningún lugar de la Biblia el Espíritu de Dios es llamado el Espíritu de Elías o el Espíritu de David. Por consiguiente, vemos que Lucas al escribir Hechos 16 usó dos títulos del Espíritu de Dios que no se encuentran en el Antiguo Testamento.

El título “Espíritu Santo” se menciona por primera vez en la Biblia en relación con la concepción del Señor Jesús. Este título comenzó a usarse en el momento de alistar el camino para la venida de Cristo, y de preparar un cuerpo humano para El, a fin de dar inicio a la economía neotestamentaria (Lc. 1:15, 35; Mt. 1:18, 20). Si hemos de entender el uso del título Espíritu Santo, debemos ver que este título se usó en conexión con la encarnación del Señor. Por tanto, según el principio de la primera mención, concluimos que el Espíritu Santo se relaciona con la encarnación y el nacimiento de Cristo.

En Hechos 16:7, Lucas pasa a hablar del Espíritu Santo al Espíritu de Jesús. El Señor Jesús como hombre primero llevó una vida humana y luego fue crucificado. Después, resucitó y ascendió a los cielos, y fue hecho Señor y Cristo. Debido a esto, el Espíritu de Jesús conlleva más significado que el Espíritu Santo. El Espíritu Santo solamente incluye los elementos de la encarnación y nacimiento del Señor Jesús, pero el Espíritu de Jesús abarca Su humanidad, vivir humano, muerte, resurrección y Su ascensión.


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