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Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 45 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE MATEO

MENSAJE CUARENTA Y CINCO

LA SENDA QUE CONDUCE A LA GLORIA

(4)

A medida que seguimos al Señor por la senda que conduce a la gloria, experimentamos rechazo, escasez, y tormentas en el mar. Después de esto, enfrentamos las acusaciones de parte de la religión. En este mensaje veremos la manera en que el Señor dominó las acusaciones de los religiosos tradicionales (15:1-20).

V. ALEJADOS DE LA TRADICION RELIGIOSA

A. La acusación de parte de
los fanáticos religiosos

Mateo 15:1-2 dice: “Entonces vinieron a Jesús de Jerusalén unos fariseos y escribas, diciendo: ¿Por qué Tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan”. Aunque el Señor había abandonado a los fanáticos religiosos que lo habían rechazado, ni aun así cesaron de causarle problemas. Ellos venían a El de su centro religioso, Jerusalén, a fin de criticarlo. Sin embargo, esta actitud de crítica proporcionó al Señor la oportunidad de revelar la verdad acerca de la limpieza genuina (vs. 10-11, 15-20). Los escribas y fariseos preguntaron al Señor Jesús por qué Sus discípulos transgredían la tradición de los ancianos. Esto revela que al seguir al Señor los discípulos no guardaban las tradiciones; sólo les importaba la presencia del Rey celestial, y nada más.

Los ancianos a que se refiere el versículo 2 no eran los ancianos dirigentes del pueblo, sino las personas de antigüedad, aquellos de las generaciones anteriores. En el pasado, algunos de los que proclamaban llevar una vida para Dios tenían ciertas prácticas, las cuales con el tiempo se convirtieron en las tradiciones que observaban los judíos cuando el Señor Jesús estaba en la tierra. Por ejemplo, una de las prácticas adoptada por estos ancianos era lavarse las manos siempre que comían. Cuando el Señor Jesús vino a la tierra, ésta era una tradición, pero no era un mandamiento bíblico. Ningún mandamiento de Dios podría convertirse en una tradición porque la palabra de Dios es siempre fresca. Por el contrario, una tradición es algo inventado o iniciado por el hombre.

Algunos de nuestros opositores han dicho que nos deberíamos volver a la llamada iglesia histórica y seguir sus prácticas tradicionales. Recientemente, un grupo de cristianos fundamentalistas publicó un artículo diciendo que todos los cristianos deberían regresar a la iglesia histórica. Sin embargo, la iglesia histórica ha adoptado muchas prácticas que no son escriturales, y ha tomado decisiones acerca de asuntos que no tienen ningún fundamento bíblico. Veamos por ejemplo la adoración a María, la cual fue sancionada por el Concilio de Efeso. Existen más tradiciones en el cristianismo de hoy que las que existían en el judaísmo en el tiempo en que el Señor Jesús estaba en la tierra. Las tradiciones son muy prevalecientes en la cristiandad de hoy. La tradición de celebrar la Navidad es un ejemplo de ello. Un crítico aseguró que el origen de la Navidad no es pagano. Incluso negó el hecho de que el árbol de Navidad sea de origen pagano. Ciertamente el árbol de Navidad es pagano, maligno e instrumento de idolatría. No puede haber ninguna reconciliación entre el testimonio viviente del Señor y la iglesia tradicional. La razón por la que hoy enfrentamos oposición es porque somos los discípulos que en la actualidad seguimos al Señor sin guardar dichas tradiciones.

B. La hipocresía de los fanáticos religiosos

1. Quebrantan los mandamientos de Dios
por causa de la tradición

El versículo 3 dice: “Respondiendo El les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por causa de vuestra tradición?” Los judíos fanáticos acusaron a los discípulos del Señor diciendo que habían quebrantado su tradición, pero el Señor los condenó a ellos por quebrantar el mandamiento de Dios a causa de su tradición. Ellos prestaban atención a su tradición, pero no hacían caso del mandamiento de Dios. En principio, hoy en día la gente religiosa hace lo mismo. La Iglesia Católica Romana y la mayoría de las denominaciones protestantes invalidan la Palabra de Dios por causa de sus tradiciones.

En el versículo 4 el Señor añadió: “Porque Dios dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’; y: ‘Quien hable mal de su padre o su madre, que muera’ ”. Aquí el Señor no sólo condenó a los fariseos y los escribas por haber invalidado la palabra de Dios por causa de su tradición, sino que al hacerlo también dejó implícito que el hombre debe honrar a sus padres. Dios, en Su gobierno entre los hombres, ha ordenado que el hombre honre a sus padres. De los Diez Mandamientos, éste es el primero que Dios dio con respecto a las relaciones humanas (Ex. 20:12). No obstante, la naturaleza caída del hombre siempre le incita a no hacer caso a sus padres, es decir, a rebelarse contra el gobierno de Dios. Para hacer que el hombre regresara al gobierno de Dios, el Señor como el Rey celestial recalcó que el hombre debe honrar a sus padres. Esto corresponde a Su palabra en la constitución del reino de los cielos con respecto al cumplimiento de la ley (5:17-19). Así que, también el apóstol Pablo recalcó este asunto contundentemente (Ef. 6:1-3; Col. 3:20). Nosotros, el pueblo del reino, debemos honrar a nuestros padres sin buscar pretextos para no hacerlo, como los judíos fanáticos lo hacían. Presentar cualquier excusa indica que no estamos bajo el gobierno celestial, sino que vivimos según nuestra naturaleza caída y seguimos la corriente rebelde de la generación actual.

En el encuentro que el Señor Jesús tuvo con los fariseos, el Señor no prestó atención a las tradiciones de ellos. Por el contrario, les refirió la palabra de Dios. En principio, sucede lo mismo hoy en día. Los hombres continúan invalidando la palabra de Dios por causa de sus tradiciones, y nosotros somos acusados por no guardar tales tradiciones. Recientemente uno de nuestros opositores torció el significado de 1 Tesalonicenses 5:23, un versículo que habla de las tres partes del hombre: el espíritu, el alma y el cuerpo. El dijo que en este versículo la palabra griega traducida como “y” podría también traducirse “aun”. Pero si utilizamos “aun” para traducir la conjunción griega en este versículo, el espíritu, alma y cuerpo serían iguales entre sí. Esto sería como si un doctor afirmara que las piernas de una persona fueran lo mismo que su estómago y el estómago que el corazón. ¡Qué clase de médico charlatán sería éste! En la cristiandad muchos continúan insistiendo en las tradiciones, y en las llamadas iglesias tales tradiciones son muy prevalecientes. Pero el Señor ha levantado Su recobro para regresar a la Palabra pura. No nos interesan las tradiciones, enseñanzas ni prácticas de los hombres. Esto ha ofendido a muchos, por lo que hemos sido acusados de dañar la “iglesia”. Pero la “iglesia” que se nos acusa de perjudicar no es realmente la iglesia, sino la iglesia tradicional, las denominaciones y las sectas.

¡Gloria al Señor por la narración de Mateo 15! Todos los aspectos de dicha narración coinciden con nuestra situación actual. El Señor Jesús y Sus seguidores fueron acusados por los religiosos tradicionalistas, al igual que nosotros hoy somos acusados por los que se aferran a la religión. Al contestar a los que acusaban a Sus discípulos, el Señor parecía decir: “Vosotros fariseos acusáis a Mis discípulos de quebrantar vuestras tradiciones. Pero necesitáis ver que vosotros mismos habéis quebrantado los mandamientos de Dios por causa de éstas, y lo seguís haciendo”. De esta manera el Señor los trajo de regreso a la Palabra pura, mostrándoles la diferencia entre los mandamientos de Dios y las tradiciones de los hombres. Es lo mismo que sucede hoy en día. Nosotros somos acusados de no seguir la iglesia histórica, esto es, de no seguir las tradiciones. Nosotros contestamos que debemos volver a la Palabra pura y no prestar atención a las tradiciones de la iglesia histórica. En los diferentes concilios y credos de la iglesia histórica no encontramos ninguna mención de los siete Espíritus. Esto significa que si seguimos el concepto tradicional de la Trinidad, descuidaremos los siete Espíritus. Los que nos critican dicen: “Ustedes no honran a los concilios antiguos que formularon los credos relacionados con la Trinidad”. Nuestra respuesta es: “Nosotros no seguimos los credos porque son enseñanzas y tradiciones de los hombres. En cambio, hemos regresado a la Palabra pura de Dios. En la Biblia encontramos más de lo que los credos incluyen, porque la Biblia habla de los siete Espíritus. ¿En sus credos se encuentra alguna palabra acerca de los siete Espíritus?” Este es simplemente un ejemplo de la diferencia que existe entre el recobro del Señor y el cristianismo tradicional. La razón de esta diferencia es porque el recobro se basa completamente en la Palabra pura, mientras que la cristiandad está llena de tradiciones.


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