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Estudio-vida de Hechospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1419-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 17 de 72 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE HECHOS

MENSAJE DIECISIETE

LA PROPAGACION EN JERUSALEN,
JUDEA Y SAMARIA MEDIANTE EL MINISTERIO
DE LA COMPAÑIA DE PEDRO

(12)

Lectura bíblica: Hch. 4:32—5:12

En Hechos 4:32—5:11, se narra la continuación de la vida de iglesia, y en 5:17-42 vemos la persecución por parte de los religiosos judíos. En cuanto a la primera sección, vemos una escena positiva en 4:32-37 y una escena negativa en 5:1-11. En este mensaje examinaremos la vida de iglesia como se presenta en 4:32—5:11.

LA CONTINUACION DE LA VIDA DE IGLESIA

La escena positiva

Tenían todas las cosas en común

En Hechos 4:32 dice: “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común”. Como vimos en 2:44, tener todas las cosas en común no era una señal de amor, sino de la salvación dinámica efectuada por Cristo, la cual salvó a los creyentes de la avaricia y del egoísmo. Solamente se practicó por poco tiempo al comienzo de la economía neotestamentaria de Dios, pero no continuó como una práctica obligatoria en la vida de iglesia durante el ministerio de Pablo.

Testigos del Cristo resucitado

El versículo 33 dice: “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos”. Los apóstoles fueron testigos del Cristo resucitado no sólo en palabra, sino también por lo que ellos vivían y hacían, especialmente en cuanto a dar testimonio de la resurrección del Señor.

Abundante gracia sobre todos los creyentes

Hechos 4:33 revela que la gracia abundaba sobre todos los creyentes. La ley hace exigencias al hombre conforme a lo que Dios es; la gracia le suministra al hombre lo que Dios es para que satisfaga lo que El exige. En realidad, la gracia es Dios mismo disfrutado por el hombre. Es el Cristo resucitado que se hizo el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45), para, en resurrección, introducir en nosotros al Dios procesado, para que sea nuestra vida y suministro de vida a fin de que nosotros vivamos en resurrección. Así que, la gracia es el Dios Triuno que llega a ser nuestra vida y nuestro todo.

Leamos Hechos 4:34-35: “Porque no había entre ellos ningún necesitado; porque cuantos eran dueños de heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad”. Como vimos también en 2:45, la venta de heredades o casas fue una evidencia de la salvación dinámica que el Señor efectuó, la cual permitió que los creyentes vencieran el control que ejercen las posesiones terrenales, que ocupan, poseen y usurpan a toda la humanidad caída (Mt. 19:21-24; Lc. 12:13-19, 33-34; 14:33; 16:13-14; 1 Ti. 6:17).

El ejemplo de Bernabé

En 4:36-37, Lucas presenta un ejemplo positivo de alguien que vendió su tierra, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles: “Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, que tenía una heredad, la vendió y trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles”. Bernabé, un levita natural de Chipre, vendió su heredad y trajo el dinero de la venta y lo puso a los pies de los apóstoles para que fuera distribuido entre los santos conforme a las necesidades. Esto forma parte de la escena positiva de 4:32-37.

La escena negativa

Las dos personas
que residían en Ananías y Safira

Después de la escena positiva al final del capítulo cuatro, Lucas presenta la escena negativa en 5:1-11. Esta escena se relaciona con una pareja, Ananías y Safira: “Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y se reservó parte del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo una parte, la puso a los pies de los apóstoles” (vs. 1-2). Ananías y Safira tramaron un plan maligno y mintieron al Espíritu que moraba en los apóstoles. “Mas dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que engañases al Espíritu Santo, reservándote parte del precio de la heredad?” (v. 3). Aparentemente Ananías le había mentido a los apóstoles, pero en realidad le mintió al Espíritu Santo, quien es Dios (v. 4), porque el Espíritu y los apóstoles eran uno.

Al leer estos versículos, vemos que dos personas residían en esta pareja. Primero, indudablemente, el Espíritu moraba en ellos, pues eran salvos. Segundo, Satanás moraba en ellos, pues había llenado sus corazones para que mintieran al Espíritu Santo. Por lo tanto, en Ananías y Safira moraban dos personas: el Espíritu Santo y Satanás.

Debemos darnos cuenta de que en nosotros como creyentes también habitan estas dos personas. Algunos maestros de la Biblia no creen que Satanás more en los creyentes, ni que éstos puedan ser poseídos por demonios. Jessie Penn-Lewis habló en su libro War on the saints [Guerra contra los santos] de casos en los que creyentes fueron poseídos por demonios; por esta razón, algunos se atrevieron a llamarla “bruja”. Aunque algunos niegan el hecho de que los creyentes puedan ser poseídos por demonios, es evidente que ciertos creyentes genuinos han sido poseídos. En el capítulo cinco de Hechos, vemos quizás el primer caso de cristianos que han sido poseídos o engañados por Satanás. Pedro le preguntó a Ananías: “¿Por qué llenó Satanás tu corazón?” Esto indica que Satanás no estaba simplemente fuera de ellos sino en sus corazones, engañándoles y seduciéndoles.


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