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Estudio-vida de 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemónpor Witness Lee

ISBN: 0-7363-2769-X
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Actualmente disponible en: Capítulo 8 de 28 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE 1 TIMOTEO

MENSAJE OCHO

UN BUEN MINISTRO DE CRISTO

Lectura bíblica: 1 Ti. 4:6-16

En 1 Timoteo 4:6 Pablo usa la expresión “buen ministro de Cristo Jesús”. Un ministro de Cristo es uno que sirve Cristo a otros, ministrándoles a Cristo como Salvador, vida, suministro de vida y como todas las cosas positivas. Tal persona difiere de aquel que enseña la ley y otras cosas (1:7, 3).

I. EXPONER ESTAS COSAS A LOS HERMANOS

La expresión “ministro de Cristo” no denota principalmente a un ministro que pertenece a Cristo, sino a una persona que ministra a Cristo a los demás. Se trata de alguien que sirve a Cristo a las personas. Por ejemplo, si dijéramos que un hombre es servidor de cierta comida, por supuesto, no querríamos decir que él pertenece a esa comida, sino más bien que él sirve esa comida a los demás. Del mismo modo, aunque es cierto que un ministro de Cristo pertenece a Cristo, la idea principal aquí es que él sirve a Cristo a los demás, es decir, que él les ministra a Cristo. No sólo él pertenece a Cristo, sino que además sirve a Cristo a los demás.

Actualmente en el cristianismo hay muchos ministros que pertenecen a Cristo, pero son muy pocos los que ministran a Cristo a los demás. Ser un ministro de Cristo no consiste principalmente en predicar a Cristo, en enseñar acerca de Cristo ni en hablar a las personas acerca de Cristo. El significado principal de esta expresión es ministrar a Cristo a los demás.

El versículo 6 confirma este entendimiento de la expresión “buen ministro de Cristo“, pues allí Pablo declara: “Si expones estas cosas a los hermanos, serás buen ministro de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la fe y de la buena enseñanza que has seguido fielmente”. Al decir “estas cosas”, Pablo se estaba refiriendo a todo lo que había abarcado anteriormente en esta epístola. Al igual que un camarero sirve diversos platillos a los invitados en una cena, un buen ministro de Cristo debe exponer “estas cosas” a los creyentes. Además, al usar la palabra “nutrido”, Pablo indicó que el concepto que tenía era el de suministrar vida a otros. Es muy significativo que aquí Pablo no dice “instruido”, sino “nutrido” con las palabras de la fe. Si hemos de ministrar a Cristo a los demás, primero nosotros mismos tenemos que ser nutridos. Una vez que seamos nutridos de Cristo, tendremos a Cristo como alimento, como suministro de vida, a fin de poder ministrarlo a otros. La palabra “nutrido” nos permite afirmar que un buen ministro de Cristo no sólo enseña a los demás acerca de Cristo, sino que además les ministra al Cristo que es alimento para ellos. Así, otros podrán testificar que los hemos nutrido con Cristo.

En todos estos años, el objetivo en mi ministerio ha sido el de nutrir a los santos. Sin duda alguna, también he transmitido bastante conocimiento; pero puedo testificar que en cada mensaje ejercito mi espíritu para no simplemente transmitir conocimiento, sino para que, a medida que imparto cierto conocimiento, pueda suministrar algo nutritivo al pueblo del Señor. Mi deseo es ministrar las riquezas de Cristo en forma de alimento para que los santos puedan ser nutridos. Últimamente muchos santos me han escrito cartas, en las que me cuentan cómo han sido ricamente alimentados con Cristo por medio de estos mensajes.

Si su interés es cuidar de otros en el recobro del Señor, no debe impartirles solamente enseñanzas. Al tener comunión con otros acerca de Cristo, es probable que les imparta algún conocimiento; pero mientras esté enseñándoles, usted debe ejercitar su espíritu para ministrarles el alimento espiritual para que sean nutridos. Si hace esto, usted será un buen ministro de Cristo.

Pablo y Timoteo nos proveen un modelo excelente. Como hemos señalado, Pablo le pidió a Timoteo que expusiera “estas cosas a los hermanos”, refiriéndose a las cosas de que había escrito en esta epístola. No obstante, antes de poder exponerlas a los demás, Timoteo debía nutrirse primero con ellas, es decir, tenía que digerirlas, asimilarlas y permitir que ellas saturaran su interior. Sólo entonces él podría exponerlas a los hermanos. Hoy en día debemos seguir el ejemplo de Timoteo y exponer a los santos las cosas con las cuales el Señor nos ha nutrido por medio del ministerio. ¡Cuán maravillosa sería la vida de iglesia si todos hiciéramos lo mismo! Sin embargo, si nos apartamos del ministerio y procuramos producir algo diferente, es probable que demos lugar a enseñanzas diferentes. Timoteo no tenía el menor interés en enseñar algo distinto de lo que enseñaba Pablo; al contrario, su deseo era exponer a los hermanos lo que había recibido de Pablo.

Ahora, quisiera compartirles un poco de cuál ha sido mi carga con respecto a la publicación de los mensajes de estudio-vida. El objetivo de estos mensajes es el de producir víveres para las iglesias locales. Mi carga no consiste principalmente en “cocinar” estos víveres espirituales, sino producirlos y suministrarlos a las iglesias, a fin de que cada iglesia local sea como un supermercado bien abastecido, lleno de toda clase de alimentos nutritivos. Si los que toman la delantera en la iglesia local exponen a los santos las riquezas contenidas en los estudios-vida, ellos serán nutridos ricamente. He recibido muchas cartas, en las que se da testimonio de esto.

Un hecho que hemos comprobado en la historia del recobro del Señor es que toda iglesia que sigue el ministerio es una iglesia fortalecida y bendecida. Por otra parte, aquellas iglesias que no han dado importancia al ministerio, y en vez de ello han intentado hacer algo propio, se han hundido en el fracaso. No obstante, al decir esto, quiero dejar muy claro que de ninguna manera insisto en que las iglesias o los santos lean los mensajes de estudio-vida. Mi carga, les repito una vez más, es la de “producir víveres”. Las iglesias y los santos tienen libertad para usarlos o rechazarlos. Pero si los santos desechan el alimento que se encuentra en estos mensajes, me pregunto entonces de qué se van a alimentar. Nosotros somos lo que comemos. Si nos alimentamos de los “víveres” que se producen en la religión de hoy en día, vendremos a formar parte de la religión. Permítanme decirles con toda franqueza y sinceridad que los hermanos que toman la delantera en las iglesias debieran nutrirse de “estas cosas” y luego exponerlas a los santos para que éstos sean nutridos.

La expresión de Pablo “si expones estas cosas a los hermanos” es muy significativa. Quisiera recalcarles que esto lo dice la Biblia, la Palabra de Dios. Yo no exhortaría a nadie a que expusiera mis palabras a los santos. Nunca acostumbro a mandar a las iglesias a que hagan algo. Todos los que se hallan reunidos aquí en representación de centenares de iglesias, pueden testificar que no les he pedido que hagan nada. Yo ni siquiera me entero de muchas de las cosas que suceden aquí mismo en la iglesia en Anaheim, donde vivo. De hecho, me siento muy contento de que los ancianos tomen decisiones con respecto a muchas cosas sin consultármelo. Esto es una prueba contundente de que no soy un “papa”. Todo lo contrario, yo soy un humilde siervo del Señor, un agricultor cuyo único interés es el de producir víveres para los santos. Lejos de dar órdenes a las iglesias, simplemente anhelo que ellas se alimenten de las riquezas espirituales que el Señor nos ha dado. No expongan las enseñanzas de Witness Lee a los hermanos; más bien, preséntenles las riquezas, los víveres, que el Señor nos ha mostrado en la Palabra.

Siento una gran carga debido a que muchos que aman al Señor Jesús y le buscan, han sido engañados y se han quedado estancados. Debemos buscar cómo compartir con ellos las riquezas espirituales que el Señor nos ha provisto. Muchos de los que aman sinceramente al Señor están muriendo de hambre. Debemos asumir la responsabilidad de proporcionarles alimento. Todos debemos ser buenos ministros de Cristo, que sirven Sus riquezas a los demás. Nutrámonos primero nosotros y luego ministremos este alimento a todo el pueblo de Dios.

Queremos recalcar que la finalidad de ser nutridos es que crezcamos en vida. Éste es un asunto relacionado con la vida, y difiere del mero hecho de ser instruidos, lo cual tiene que ver con el conocimiento. Para ministrar Cristo a otros se requiere que primero nosotros mismos seamos nutridos con las palabras de vida relacionadas con Cristo.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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