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Estudio-vida de Génesispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

Actualmente disponible en: Capítulo 53 de 120 Sección 1 de 3

ESTUDIO-VIDA DE GENESIS

MENSAJE CINCUENTA Y TRES

VIVIR EN COMUNION CON DIOS:
UNA COLUMNA DE SAL

El mensaje anterior estaba relacionado con Lot, un justo derrotado. En este mensaje llegamos a la mujer de Lot, que se volvió una columna de sal (19:26). Génesis 19 probablemente es el único pasaje que habla de una columna de sal en la historia humana, y debemos considerar eso con mucha atención. Esta columna de sal no fue creada por Dios. Es muy significativo ver que en las duras palabras que el Señor Jesús pronunció en Lucas 17, El les dijo a quienes le preguntaba acerca de la venida del reino: “Acordaos de la mujer de Lot” (Lc. 17:32). En cierto sentido, el Señor parecía decir a Sus discípulos: “No habléis del reino. Más bien, debéis reconocer cómo será la era cuando venga. Será semejante a los días de Noé y a los días de Lot. Ambas épocas prefiguran los días de Mi venida”. Por consiguiente, en las palabras duras, solemnes y sobrias del Señor, se mencionan tres eras: la era de Noé, la de Lot y la del regreso del Señor.

Cuando hablamos de Noé en mensajes anteriores en este estudio-vida, hicimos notar que él vivía en una era confusa, y que la gente de su era estaba confundida, embotada y aturdida por sus apetitos y placeres perversos. No obstante, en Lucas 17:27, al referirse a los días de Noé, el Señor mencionó el matrimonio; pero cuando habló de los días de Lot, no mencionó el matrimonio, porque en Sodoma el matrimonio se había deteriorado totalmente, y la gente se complacía en sus apetitos sodomitas. En Lucas 17:28 y 30 el Señor dijo: “Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban ... así será el día en que el Hijo del Hombre sea revelado”. Después de decir esto e inmediatamente antes de exhortarnos a recordar la esposa de Lot, el Señor dijo: “En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva a las cosas que dejó atrás” (Lc. 17:31). En Palestina las casas tenían techos planos. El Señor estaba diciendo en otras palabras: “Si estáis en la terraza de vuestra casa cuando Yo vuelva, no descendáis para tomar vuestras posesiones. Si lo hacéis, os quedaréis. Si trabajáis en el campo, no regreséis a casa. Debéis olvidaros de todo, excepto de Mí”. Inmediatamente después de estas palabras, el Señor dijo: “Acordaos de la mujer de Lot”.

Hoy en día, así como los contemporáneos de Noé y los de Lot, muchos cristianos están embotados y confusos, pues han perdido el sentido de las cosas de Dios. Incluso algunos enseñan que los creyentes pueden ser arrebatados mientras juegan fútbol. Pero la Palabra santa enseña que cuando el Señor vuelva, El no tomará a ningún santo que siga participando en las diversiones mundanas. Los cristianos somos la labranza de Dios, la cual crece con Cristo como la simiente de vida (Mt. 13:3-8, 18-23). Ningún cristiano maduro en vida sigue participando en los esparcimientos mundanos. El Señor no cosechará en el campo a los cristianos que siguen participando en las diversiones mundanas, puesto que no han madurado y todavía están verdes y crudos. Los cristianos confusos de hoy deben escuchar esta sobria palabra.

4) Una columna de sal

Encontramos el relato de la esposa de Lot, la cual se convirtió en columna de sal, en la sección sobre vivir en comunión con Dios. Esta sección de Génesis abarca los capítulos del dieciocho al veinticuatro y es el relato de una vida en comunión con Dios, pero incluye el relato oscuro de un salvo derrotado, de su esposa y sus dos hijas. Lot tenía más hijas además de las dos que aquí se mencionan, pero cuando los ángeles llegaron a Sodoma, no pudieron encontrar a las demás. Dice en Génesis 19:15: “Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad”. Los ángeles parecían decir: “Lot, sólo pudimos encontrar a dos de tus descendientes. Dios nos mandó para rescatarte a ti y a toda tu familia, pero sólo encontramos a éstas. Nuestra misión es destruir la ciudad. Ahora tú, tu esposa y tus hijas deben escapar”. El versículo siguiente dice que Lot se demoraba. El original nos muestra que no sólo Lot se demoraba, sino que vacilaba, sin intención de abandonar la ciudad. Su vacilación condujo a los ángeles a asir de su mano, y de la mano de su mujer, y de las manos de los dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Cuando los ángeles sacaron a estos cuatro de la ciudad, dijeron: “Escapa por tu vida; no mires tras ti” (v. 17). Pero el versículo 26 dice que “la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió columna de sal” (heb.). La esposa de Lot fue salva, pues fue librada de la ciudad y se salvó de la destrucción. A pesar de ser salva, se convirtió en columna de sal. Es evidente que no es bueno convertirse en columna de sal; al contrario, es una vergüenza.

Como he dicho repetidas veces, el libro de Génesis contiene las semillas de casi todas las verdades divinas. La columna de sal mencionada en Génesis 19:26 también puede ser considerada como una semilla. El desarrollo de ésta se halla en Lucas 17:32, donde el Señor nos exhorta a recordar la esposa de Lot, y en 1 Juan 2:28, donde vemos que podemos ser avergonzados cuando aparezca el Señor. La cosecha se encuentra en Apocalipsis 16:15, donde el Señor dice: “He aquí, Yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza”. El Señor vendrá como ladrón, sin previo aviso. Si en aquel tiempo nuestra desnudez queda expuesta, seremos avergonzados. Por consiguiente, la semilla de ser avergonzado se siembra en Génesis 19, se desarrolla en Lucas 17 y 1 Juan 2, y se cosecha en Apocalipsis 16. En este mensaje tengo la carga de que ustedes reciban una vívida impresión de que el libro de Génesis no tiene solamente la semilla de Abraham, sino también de Lot y de su esposa, que se convirtió en una columna de sal, una señal de vergüenza.

El concepto fundamental de este mensaje se resume en que una persona salva y genuina enfrenta la posibilidad de quedar avergonzada. No hagan caso a las enseñanzas confusas de esta era. En el cristianismo actual, muchas enseñanzas aturden a la gente, y los que absorben estas enseñanzas ni son sobrios en su mente ni viven en su espíritu. En este mensaje debemos oír una palabra seria de parte del Señor, una palabra que modere nuestra mente y vivifique nuestro espíritu.


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