Living Stream Ministry

EL ENFOQUE CENTRAL DE LA BIBLIA
ES EL ESPÍRITU

No es problema decir que la Biblia es un libro de doctrinas. Sin embargo, en la Biblia las así llamadas doctrinas no son huecas ni vacías. Antes bien, las verdades bíblicas sirven como explicaciones y guías, y también imparten revelaciones. Por consiguiente, no debemos entender la Biblia como un libro de doctrinas. ¿Qué es lo que la Biblia explica y revela? En palabras sencillas, nos muestra que Dios es el Dios Triuno: que el Padre está en el Hijo, el Hijo está en el Espíritu, y el Espíritu como Dios Triuno nos alcanza y entra en nosotros para ser nuestra vida. Por tanto, en última instancia, el enfoque central de toda la Biblia es que el Dios Triuno viene a nosotros como Espíritu para ser nuestra vida.

Además, toda la Biblia nos muestra que el hombre es el centro de todo lo que Dios creó, así como los sabios chinos dicen que “el hombre es el espíritu de todas las criaturas”. Siempre he pensado que esta frase es muy significativa. ¿Por qué el hombre es el espíritu de todas las criaturas? Porque entre las criaturas, el hombre es ciertamente extraordinario y demasiado maravilloso. El hombre es el centro. Dios no escogió otras criaturas para que fuesen Sus vasos que le contuvieran a Él. Él únicamente escogió al hombre para que se uniera a Él. Además, Dios no decidió llegar a ser ninguna otra clase de ser vivo. Antes bien, Él decidió hacerse un hombre. Por esta razón, el hombre ocupa un lugar especial en el universo.

Hoy en el cristianismo, cuando los teólogos hablan de la caída del hombre, ellos sólo recalcan que el hombre pecó, ofendió a Dios, perdió las bendiciones de Dios y sufrió la perdición. Ellos no han visto que la caída del hombre dañó el vaso que Dios había creado para Sí mismo. Dios nos creó para que fuésemos Sus vasos. La destrucción de Satanás consiste en dañarnos, a nosotros los vasos de Dios, de modo que ya no seamos aptos para que Dios nos use como Sus vasos. Por tanto, cuando Dios viene para redimirnos y recobrarnos, Él no sólo nos redime del pecado y nos libera de nuestros padecimientos, sino que también nos recobra para que seamos nuevamente Sus vasos. Además, el enfoque de Su obra creadora y redentora es nuestro espíritu. En Su obra creadora Dios creó un espíritu en nosotros, y en Su obra redentora Él restaura nuestro espíritu. Cuando Dios nos regenera, Él restaura el espíritu en nosotros.

Así pues, vemos que el Dios Triuno es Espíritu, el cual hemos de recibir, y que tenemos en nuestro ser un espíritu que fue creado y regenerado por Él. Por tanto, hay dos espíritus. En la Biblia podemos encontrar al menos tres o cuatro versículos donde estos dos espíritus son mencionados juntos. Por ejemplo, el Señor Jesús dijo: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren” (Jn. 4:24). Esto indica que nuestro espíritu adora a Dios, quien es Espíritu. El Señor también dijo: “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (3:6). El primer Espíritu es el Espíritu de Dios, y el segundo espíritu es nuestro espíritu. Además, Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. Este versículo nos dice que hay dos espíritus que juntamente dan testimonio. Luego 1 Corintios 6:17 dice: “El que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. Un solo espíritu indica que inicialmente eran dos espíritus, que ahora se han unido.

En la Biblia tenemos al menos estos cuatros versículos que nos muestran los dos espíritus. Nuestra regeneración y la vida que posteriormente llevamos, incluyendo el hecho de vencer, alcanzar la madurez, ser santificados, el servicio que rendimos y aun la transfiguración de nuestro cuerpo en el futuro, dependen del espíritu. Por consiguiente, debemos tener un conocimiento adecuado acerca del espíritu. Vemos que la Biblia se enfoca en el espíritu y se refiere enfáticamente al espíritu. Pero cuando leemos la Biblia, le ponemos atención a muchas otras cosas en vez de este asunto. Esto se debe a que las otras cosas son muy parecidas a nuestros conceptos, mientras que el asunto del espíritu está ausente de nuestro concepto. Por esto, aun durante los pasados quinientos años del recobro, se le ha prestado una atención inadecuada al espíritu. Creemos que en estos últimos días Dios recobrará gradualmente este asunto. Partiendo de esto como nuestro punto de vista, estudiemos ahora el Nuevo Testamento.