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Nuestro espíritu humanopor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-259-8
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CAPITULO OCHO

EL ESPIRITU CON
LAS FACULTADES DEL ALMA

Lectura bíblica: Mt. 16:24-26; Lc. 9:23-25; Lv. 11:43-44; 1 Co. 2:14; Ro. 8:6; 1 Co. 2:11; 2 Co. 7:13b; Hch. 19:21

EL ESPIRITU Y EL ALMA

Hasta aquí, hemos visto que el espíritu y el alma son dos partes distintas del ser del hombre (1 Ts. 5:23; He. 4:12; Lc. 1:46-47). El cuerpo es la parte más exterior del hombre y su espíritu es su parte más profunda (Jn. 7:38). Entre estas dos partes está el alma como un medio. Un ser humano es tripartito, de tres partes: el espíritu, el alma y el cuerpo. La Biblia también revela que el alma es algo bastante contrario al espíritu.

En 1 Corintios 2:14 se nos dice que “el hombre del alma no recibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente” (lit.). El alma no puede entender las cosas de Dios. Es el espíritu que conoce, que discierne las cosas de Dios. Estas dos partes dentro de nosotros son absolutamente diferentes. No podemos entender las cosas de Dios meramente por el alma porque el alma en sí tiene la capacidad de conocer las cosas psicológicas, y no las cosas espirituales. El alma no es capaz de conocer las cosas de Dios, pero es el espíritu el que conoce las cosas de Dios. Muchos cristianos no saben la diferencia entre el espíritu y el alma. Algunos cristianos hasta insisten en decir que el espíritu y el alma son sinónimos, pero en las Escrituras se nos dice que el espíritu y el alma son dos entidades absolutamente diferentes y distintas.

NEGANDO AL ALMA

Mateo 16:24-26 nos muestra que el alma es algo que debemos rechazar y negar. “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niegúese a sí mismo, y tome su cruz y sígame”, (v. 24). Hay que negar, renunciar y rechazar al yo. “Porque todo el que quiera salvar su alma la perderá; y todo el que pierda su alma por causa de mí la hallará” (lit., v. 25). Si usted gana todo el mundo y pierde su alma, ¿cuál es el provecho?

EL ALMA SIENDO EL YO

Lucas 9:23-25 dice: “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su alma, la perderá, y todo el que pierda su alma por causa de mí, éste la salvará. Porque ¿qué aprovecha al hombre si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?” (lit.). En Mateo dice “perdiere su alma” (16:26). En Lucas dice “se pierde a sí mismo” (9:25). Esto prueba que el alma es el yo.

El Antiguo Testamento también nos dice claramente que el alma es el yo. Levítico 11:43 dice: “No hagáis abominables vuestras almas con ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por ellos” (lit.). Luego Levítico 11:44b dice: “Tampoco os contaminéis a vosotros mismos con ningún animal que se arrastra sobre la tierra” (lit.). “Vosotros mismos” en el versículo 44 es “vuestras almas” en el versículo 43. El Señor nos dijo claramente que tenemos que negar al alma. El hombre del alma no puede recibir las cosas del Espíritu de Dios, por eso tenemos que abandonar, rechazar y negar al alma.

NEGANDO A LA MENTE, EMOCION Y VOLUNTAD

El alma se compone de tres partes: la mente, la emoción y la voluntad (véase La Economía de Dios, pp. 54-56). Si niegan a su mente, su emoción y su voluntad, no queda más que el espíritu. El yo ya no está. Abandonar su mente, emoción y voluntad simplemente significa abandonarse a sí mismo. Negarse a sí mismo es negar su propio pensamiento, su opinión, su idea, su concepto, su amor, su deseo, su voluntad, su decisión y su selección. Negar todo esto significa negar el yo.

Un hombre de la mente es un hombre del alma. Un hombre de la emoción es un hombre del alma. Un hombre de la voluntad es un hombre del alma. ¿Cómo se clasifica usted? ¿Es hombre de la mente, la emoción o la voluntad? El hermano Watchman Nee una vez nos dijo, como ejemplo, que si una persona caminara directamente hacia una pared, la primera parte de su cuerpo que golpea la pared sería su nariz, la parte prominente. Si usted es un hombre de la emoción, en cualquier cosa su emoción “primero golpeará la pared”. Si usted es hombre de la mente, su mente viene primero. Si usted es hombre de la voluntad, su voluntad viene primero. Casi todas las hermanas son prominentes en la emoción y la mayoría de los hermanos son prominentes en la mente. Con algunos de nosotros la voluntad es muy prominente. Tenemos que admitir que la mayor parte del tiempo somos personas del alma porque somos emocionales, pensativos y voluntariosos. Tenemos que aprender la lección de negar al yo, al alma con su emoción, mente y voluntad. Negar al yo es negar la emoción, mente y voluntad. Después que negamos al yo, tenemos el espíritu. Si negamos a la emoción, la mente y la voluntad, damos la oportunidad, el terreno, al espíritu.


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