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Lecciones de la verdad, nivel uno, tomo 1por Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-242-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 7 de 12 Sección 1 de 3

LECCION SIETE

UN PANORAMA CLAVE
DEL ANTIGUO TESTAMENTO

(1)

DESDE ADAN HASTA NOE

BOSQUEJO

  1. En Adán se ve la redención de Dios:
    1. Recibiendo la promesa de la redención de Dios.
    2. Experimentando la esperada redención de Dios:
      1. Mediante la substitución del sacrificio sangriento.
      2. Mediante la unión de las pieles de cubierta.
  2. En Abel se ve el camino de Dios para la redención el cual es la aceptación por Dios por medio del sacrificio:
    1. Abel trabajando y viviendo por Dios: “el que daba de comer a las ovejas”.
    2. Abel adorando a Dios conforme a la revelación de Dios.
  3. En Enós se ve que el hombre necesita a Dios y que el hombre le invoca para disfrutar de las riquezas de Dios.
  4. En Enoc se ve a uno que fue redimido y que caminó con Dios en la senda de la redención.
  5. En Noé se ve a uno que caminó con Dios y trabajó con Dios para satisfacer la necesidad de aquella generación:
    1. Caminando con Dios.
    2. Edificando el arca.
    3. Cambiando la era por medio de su vida y obra.

TEXTO

De esta lección en adelante tenemos la intención de estudiar el resumen del Antiguo Testamento paso tras paso. En esta lección examinaremos la porción del Antiguo Testamento desde Adán hasta Noé.

I. EN ADAN SE VE LA REDENCION DE DIOS

A. Recibiendo la Promesa de la Redención de Dios

Inmediatamente después de la caída, Adán y Eva reconocieron que habían violado la prohibición de Dios en cuanto al comer del fruto del árbol de la ciencia. También ellos reconocieron que el resultado de sus transgresiones había de ser la muerte. Por lo tanto, se escondieron de la presencia del Señor, esperando la pena de muerte. Sin embargo, Dios entró, no para declarar la pena de muerte, sino para predicar el evangelio, dándoles una promesa maravillosa que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente (Gn. 3:15).

B. Experimentando
la Esperada Redención de Dios

Además de recibir la promesa de la redención de Dios, Adán también experimentó la esperada redención de Dios. (La verdadera redención había de ser cumplida cuatro mil años después). Después de su caída, Adán y Eva se dieron cuenta de que eran pecaminosos. Así que, trataron de ayudarse a sí mismos haciendo faldas de hojas de higuera para cubrir su desnudez. Esto indica que ellos intentaron cubrir su carne pecaminosa con sus propias obras. Antes de la caída el hombre no necesitaba que la sangre le redimiera, pero después de la caída necesitaba que el sacrificio sangrante le redimiera. Por eso, el intento del hombre de cubrir su desnudez con el producto de la vida vegetal nunca puede tener éxito. Las faldas que Adán y Eva hicieron de las hojas de higuera no cubrieron su desnudez ante los ojos de Dios.

En Génesis 3:20, después de que Adán oyó las buenas nuevas, él inmediatamente llamó el nombre de su esposa Eva, el cual significa viviente. El creía que él y su esposa iban a vivir y no morir. Debido a la creencia de Adán, vemos la justificación de Dios en el versículo 21. Después de que Adán creyó en las buenas nuevas, Dios hizo túnicas de pieles del sacrificio para él y su esposa y los vistió. Las túnicas completamente los cubrieron. Esto significa que Dios los justificó (Gn. 3:21). El ser justificado significa ser cubierto con la justicia de Dios, la cual es Cristo mismo. El que Adán y Eva estuvieran bajo las túnicas de pieles del sacrificio significaba que ellos se habían vestido de Cristo. Cristo como la justicia de Dios los cubrió.

1. Mediante la Substitución
del Sacrificio Sangriento

A fin de hacer túnicas de pieles de corderos, Dios probablemente mató a los corderos en la presencia de Adán y Eva. Por eso, la sangre de los corderos fue derramada, porque sin el derramamiento de sangre no hay perdón (He. 9:22). Hemos sido redimidos por la sangre preciosa del Cordero de Dios, el cual fue destinado por Dios para nosotros desde antes de la fundación del mundo (1 P. 1:18-20) y fue inmolado desde la fundación del mundo (lit., Ap. 13:8). Cristo es el Cordero de Dios. Por tanto, podemos ver un cuadro del derramamiento de la sangre de Cristo allí en el huerto de Edén. Sin el derramamiento de la sangre, Dios no puede cubrir al hombre caído. En la cruz Cristo fue muerto por el Dios justo. Por medio del derramamiento de Su sangre, Dios ahora puede cubrirnos con Cristo como nuestra justicia. En el huerto de Edén Adán experimentó la redención esperada. El hecho de que él se vistiera de las túnicas de pieles fue basado en el derramamiento de la sangre del sacrificio, porque el cordero sacrificatorio se hizo un substituto por el hombre pecaminoso.


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