Vencedores que Dios busca, Lospor Watchman Nee
ISBN: 978-0-7363-0651-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Primero; los obreros no deben mostrar que son pobres. Un obrero vive por la fe, no por limosnas. Es una vergüenza dar a conocer que uno está necesitado, esperando así recibir ayuda. Cuando el obrero recibe la ofrenda de los hermanos, debe tener la actitud apropiada. Cuando un obrero recibe dinero de los hermanos, recibe el dinero en el nombre de Dios, permanece en el lado de Dios y lo representa. Por consiguiente no debe tener una actitud de mendigo. Cuando Pablo mencionó el asunto del dinero, dio a los demás una impresión honorable y digna. Esta es la actitud apropiada de todo obrero.
Segundo: cuando un obrero recibe más que otros obreros, debe distribuir lo que le sobre con ellos. No tenga temor de que al hacer esto, otros pensarán que usted es rico o ha obtenido una fortuna. Por otra parte, para las necesidades personales de la familia, a veces es necesario un ahorro de corto tiempo. Esto es bíblico. Proverbios nos enseña esto.
Tercero: Se debe planear la manera en que se debe usar el dinero. Muchas personas cuando tienen dinero compran cosas que no necesitan. Esta clase de comportamiento puede detener la provisión de Dios. Se debe planear la manera de usar el dinero. Se debe hacer un presupuesto y programar cuidadosamente delante de Dios lo que se debe comprar y lo que no se debe comprar. No debe comprar de una manera irresponsable ni desperdiciar el dinero.
Cuarto: los obreros nunca deben pedir prestado. Un obrero de Dios debe preferir morir que pedir dinero prestado a los demás. Si no tiene la fe que se cuidará de su vivir, debe buscar un trabajo con el cual conseguir el sustento. Si tiene la fe que Dios lo sustentará, no debe alargar su mano hacia otros.
Dios desea que andemos según el principio del maná, el cual consiste en que “al que recogió mucho, no le sobró, y al que poco, no le faltó” (2 Co. 8:15). Esta no solamente es la crónica del Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento nos dice la misma cosa. No deberíamos tener abundancia ni pasar escasez. Si un hermano en una localidad no tiene los medios para mantenerse, la iglesia o los hermanos individualmente deben ayudarlo. La iglesia no debe permanecer impávida frente a los hermanos que no tienen empleo; deben hacer lo que puedan para ayudarlos. Por supuesto, esto no incluye a quienes no quierna trabajar. No podemos ayudar a los que no están dispuestos a trabajar. Más aún, si lo que gana un hermano no es suficiente para vivir, la iglesia debe ayudar. Lo mismo sucede con los que su ingreso es muy bajo. Esta es la clase de obra que los apóstoles hicieron en la iglesia primitiva.
El orden para ayudar es cuidar de los hermanos y hermanas en su localidad primero, y después ayudar a los pobres de afuera. Si los creyentes tienen miembros de su familia cercanos que tienen necesidades, ellos deben cuidar de las necesidades de sus propios familiares primero, antes de cuidar por las necesidades de otras personas.
Nadie debe dar ofrendas sin primero tener una cuidadosa consideración. Una persona que es naturalmente suelta, no recibirá la bendición del Señor por medio de dar excesivamente, porque una persona que es irresponsable con sus finanzas, será descuidada en las cosas del Señor. Tenemos que consagrarnos al Señor, y no ser descuidados.
Para un creyente, dar no es simplemente un asunto de ofrecer dinero. Se debe tener un adecuado vivir delante de Dios, antes de poder recibir la bendición de Dios cuando da. La Tercera Epístola de Juan menciona que los santos que sostienen a los obreros, necesitan tener un vivir piadoso y digno de Dios. Una persona que da, debe vivir una vida que es digna de Dios. Gracias al Señor que no todos son Lázaro, ni todos son el hombre rico. Dios no necesita a Lázaro ni necesita al hombre rico, sólo necesita la ofrenda de aquellos cuyo vivir es digno de El. A pesar que Lázaro no tenía dinero, el pudo ser salvo; pudo recibir la gracia y vivir una vida digna de Dios. La carne tiene dos pecados ante de Dios. Uno es el trato severo que se le da al cuerpo que se menciona en Colosenses 2. El otro es darse a la indulgencia en las comodidades. Dios no intenta que tratemos nuestro cuerpo severamente, ni tampoco desea que vivíamos demasiado confortables. El desea que vivamos una vida que sea digna de El. El exceso de dinero se debe regalar lo más rápidamente posible.
Lo último que mencionaremos es la carta de recomendación. Pablo mencionó esto a los corintios. Esto es algo que se encuentra en el Nuevo Testamento. Cuando un creyente común va a otra localidad, debe tener una carta de recomendación. Pablo dijo en su epístola que él no necesitaba carta de recomendación. Esto se debía a que Pablo ya había establecido una relación con los corintios. Por eso él era una excepción. En cuanto a los otros hermanos y hermanas, todavía necesitaban una carta de recomendación. La función de la carta tiene dos aspectos: permite que otros lo conozcan a usted, y: previene la entrada de falsos hermanos. Cada carta de recomendación se debe tener dos o tres personas como testigos antes que pueda tener valides. Usualmente una carta de recomendación es escrita por los ancianos locales o las personas responsables. Hay tres clases de cartas:
(1) Aquellas que recomiendan a un hermano para la mesa del Señor atestiguando que es un hermano en el Señor. Esto principalmente es para los hermanos que todavía están en las denominaciones.
(2) Aquellas que recomiendan al hermano que ha dejado las denominaciones y está tomando el camino que nosotros tomamos.
(3) Además de los que toman esta manera, están aquellos que tienen dones especiales y que pueden ser invitados para hablar.
Después de recibir la carta de recomendación, los que toman la responsabilidad en la localidad deben responder a la carta enviada por la localidad que envió la recomendación haciéndoles saber que su recomendación fue recibida. Tales cartas de recomendación y la contestación, se deben preparar con tiempo y se deben imprimir en un formato uniforme, de tal manera que se puedan usar fácilmente. Todas las veces que un hermano venga de otra localidad, necesita darnos una carta de recomendación antes que podamos recibirlo en la mesa del Señor. De igual manera, nosotros también proporcionaremos una carta de recomendación a los que salen de nosotros. Espero que en el futuro todos prestaremos atención a este asunto.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.