Cómo reunirnospor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6637-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Aquí en Los Ángeles tenemos muchas reuniones con el Cristo resucitado, pero en ciertas ocasiones también hemos tenido reuniones para el Cristo ascendido. Ahora tenemos que ejercitarnos más a fin de aprender no solamente a reunirnos con el Cristo resucitado, sino especialmente a reunirnos para el Cristo ascendido. Reunirse con el Cristo resucitado es fácil, y en tales ocasiones podemos percibir la presencia del Señor. No es difícil tener el sentir de que el Cristo resucitado está presente. Pero cuando nos reunimos para el Cristo ascendido, con frecuencia resulta difícil tener tal sentir. Todos podemos testificar que muchas veces tenemos el sentir de la presencia del Cristo resucitado, pero no tenemos el sentir de que estamos en los cielos junto con el Cristo ascendido. Para esto se requiere una fe viva. Para reunirnos con el Cristo resucitado es posible que tengamos cierta percepción de ello, cierto sentir, pero para reunirnos con el Cristo ascendido tal sentir no es necesario, sino que necesitamos fe. Es posible percibir algo del Cristo resucitado, porque Él está aquí; pero ¿cómo podríamos percibir algo del Cristo ascendido? ¿Cómo podríamos tener el sentir que corresponde a alguien que está en los cielos si nosotros estamos aquí en la tierra? Como verán, esto tiene que ser realizado por medio de la fe. Todos nosotros tenemos que ejercitar nuestra fe a fin de reunirnos para el Cristo ascendido.
Hoy en día el cristianismo ha convertido este asunto concerniente al Cristo ascendido en algo que depende de nuestros sentimientos. Hay quienes le dirán que uno tiene que orar y ayunar por tres días y tres noches, y entonces algo grande será derramado sobre uno, con lo cual obtendremos cierta clase de sentir. Algunos cristianos muy queridos gustan de hacer énfasis en el caso de los samaritanos en Hechos 8 así como en el caso de los efesios en Hechos 19 procurando demostrar que cuando somos salvos es necesario tener una experiencia maravillosa y hablar en lenguas. Pero jamás debiéramos olvidar el principio que la primera mención de un asunto lo establece. El primer grupo de personas que fueron salvas, tal como se nos relata en el libro de Hechos, fueron los tres mil que fueron salvos el día de Pentecostés (2:41). Al respecto, se deja constancia en Hechos 2, donde se abarca un buen número de puntos importantes, pero no se dice nada con respecto al hablar en lenguas. No obstante, ¿no creen ustedes que ellos estaban verdaderamente llenos del Espíritu? ¡Ciertamente lo estaban!
El bautismo del Espíritu Santo fue realizado una vez y para siempre el día de Pentecostés. No fue realizado para un creyente individual, sino para el Cuerpo de Cristo, la iglesia, y fue dado a la iglesia en términos absolutos. Ahora, puesto que todos fuimos bautizados en la iglesia, el Cuerpo, estamos en posición de creer que lo que fue logrado para la iglesia el día de Pentecostés nos pertenece a nosotros. Por tanto, lo reclamamos como nuestro, lo tomamos y lo aplicamos por medio de una fe viva. Aunque podríamos no sentir nada, con toda confianza por medio de la fe viviente podemos tomar posesión de aquello que ya fue realizado.
Permítanme relatarles algunas historias verídicas. No podemos negar tales relatos, pues forman parte de la historia y son hechos comprobados. Por ejemplo, sabemos de ciertos eventos sucedidos a aquellos santos que fueron perseguidos durante la Guerra de los Bóxers en China, en el año 1900. En aquel entonces, muchos cristianos chinos fueron inmolados. La gran mayoría de esos cristianos no habían recibido muchas enseñanzas; ellos apenas sabían cómo creer en el Señor Jesús, Aquel que vive, y cómo invocar Su nombre. Era muy poco lo que ellos sabían sobre el bautismo del Espíritu Santo, pero cuando padecieron persecución y martirio, ellos fueron fortalecidos maravillosamente por el Espíritu Santo. Conocí a un hermano en el Señor que a la postre se convertiría en un predicador a tiempo completo para el Señor Jesús. Él me contó que en el año 1900 él era apenas un joven, un aprendiz en el mercado de Pekín, la vieja capital china. Un día, debido a la persecución y masacre de los cristianos desatada por los bóxers, el mercado estaba cerrado, pero este hermano estaba adentro. De repente, me dijo, la calle se lleno de un gran tumulto y de vociferaciones. Se acercó a una rendija de la puerta del mercado y vio a los bóxers con las espadas desenvainadas conduciendo a una jovencita, quien no tendría más de veinticinco años de edad, al lugar donde la ejecutarían. ¿Saben ustedes cómo se encontraba esta jovencita? Ella estaba llena de gozo, cantando y alabando al Señor. Aunque ella era llevada a su muerte, ella iba sin temor alguno y llena de gozo. Si bien se hallaba en medio de una multitud de bóxers llenos de odio que la amenazaban y querían asesinarla, ella podía cantar y alabar. Cuando este joven vio esta escena, se dijo a sí mismo: “Tengo que ponerme en contacto con algunos cristianos a fin de conocer su secreto”. Así lo hizo y fue salvo.
Díganme, ¿qué clase de experiencia tuvo aquella jovencita? Aquello era verdaderamente ser lleno del Espíritu. Aquélla era la verdadera experiencia del bautismo del Espíritu Santo. ¡Aleluya! Podemos decirle al pueblo del Señor que el bautismo en el Espíritu Santo ya ha sido realizado y derramado sobre la iglesia, el Cuerpo de Cristo. Es nuestro, y podemos aplicarlo por medio de la fe. ¿Cuál será el resultado? ¿Cuál será el fruto? Esto es algo que le concierne al Señor.
Ahora, siempre que nos reunimos, si debemos desempeñar nuestras funciones para la edificación del Cuerpo, esto es, para el Cristo ascendido, es imprescindible que usted y yo ejercitemos nuestra fe. Nosotros somos el Cuerpo de Cristo, y el bautismo del Espíritu Santo está sobre el Cuerpo. Podemos reclamar como nuestro tal bautismo y actuar en consecuencia mediante una fe viva a fin de desempeñar nuestra función para la edificación del Cuerpo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.