Cuatro elementos cruciales de la Biblia: Cristo, el Espíritu, la vida y la iglesia, Lospor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6380-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Romanos 8:2 revela que el Espíritu es el Espíritu de vida y que este Espíritu tiene una ley. Esto indica que el Espíritu mismo es vida porque una vida es una ley. Dado que el Espíritu ha llegado a ser uno con la vida y contiene el elemento de la vida, Él, sin duda, es vida. Por esta razón, el Espíritu de vida es vida.
Juan 3:14-15 dice: “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en Él cree, tenga vida eterna”. Aquí no dice “el Hijo de Dios” sino “el Hijo del Hombre”. El Hijo del Hombre es Jesús en la carne quien fue levantado en la cruz como la serpiente de bronce para que todo el que cree en Él tenga vida eterna. La palabra griega que aquí se traduce “vida” es zoé, que denota la vida eterna. Esta vida se halla en el Señor Jesús (1:4) y es el Señor Jesús mismo (Jn. 11:25; 14:6; Col. 3:4). Por lo tanto, el Señor Jesús y la vida son uno, y no pueden ser separados. Es por eso que en 1 Juan 5:12 se afirma: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. Cuando era joven y leía 1 Juan 5:12, me costaba trabajo creer en este versículo de la Palabra. Me parecía que antes de haber creído en el Señor, ya tenía vida. ¿Cómo podía este versículo decir que no tenía vida? En aquel tiempo un pastor me enseñó, diciendo: “Antes de ser salvo, tenías vida, pero la vida que tenías no era muy buena. Después que fuiste salvo, tu vida llegó a ser buena. Esto es lo que este versículo quiere decir”. Yo no me sentía satisfecho con esta clase de enseñanza. Más tarde en la Asamblea de los Hermanos, fui enseñado por un hermano anciano que había sido un estudiante de Benjamín Newton. Los Hermanos habían publicado un libro que supuestamente era una verdadera explicación de la regeneración, y yo me alegré mucho cuando leí el título de este libro. Sin embargo, después de leerlo me sentí aún más confundido porque el libro explicaba que la enseñanza de la regeneración era igual al proverbio chino que dice que todo lo pasado murió ayer, y todas las cosas de ahora en adelante nacen el día de hoy. Yo pensaba que si fuera así, entonces por qué los misioneros occidentales tenían que haber venido hasta China a predicar esta religión. Ya que nosotros los chinos sabíamos esto desde hace mucho tiempo, ¿por qué aún necesitábamos que los misioneros vinieran a enseñarnos? Este hermano anciano que me enseñó esto entendía mucho acerca de los tipos y era capaz de explicarlos de una manera lógica y clara, por lo cual estuve con él y aprendí de él por siete años y medio. Verdaderamente lo respetaba en esto. Sin embargo, no me sentí satisfecho con sus explicaciones acerca de la vida.
Más tarde, descubrí que había tres palabras griegas que han sido traducidas “vida”. En 1 Juan 5:12 vida es zoé, que denota la vida eterna. En Juan 10:10, el Señor Jesús dice: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. La palabra vida aquí es la vida zoé. El versículo 11 continúa diciendo: “Yo soy el buen Pastor; el buen Pastor pone Su vida por las ovejas”. La palabra griega traducida “vida” en este versículo es psujé, que denota la vida psicológica, esto es, la vida del alma. Toda persona tiene su vida psujé, la vida del alma. La palabra psujé es la raíz de la palabra psicología. Antes de ser salvos, todos teníamos la vida psujé, mas no la vida zoé, la vida divina, eterna e increada de Dios. Con respecto a nuestro aspecto biológico, también tenemos la vida física, bíos. Sin el Hijo de Dios, es posible tener la vida psujé y la vida bíos, mas no la vida zoé, la vida eterna de Dios. Cuando el Señor Jesús murió por nosotros en la cruz, Él puso Su alma, Su vida psujé, o sea, Su vida humana, para que nosotros participáramos de Su vida zoé. Por lo tanto, cuando tenemos al Hijo de Dios, tenemos la vida zoé.
Todos los versículos que aparecen al comienzo de este mensaje se refieren a la vida zoé. La vida zoé es la vida divina, increada y eterna. Esta vida es Dios mismo. En Juan 14:6, el Señor Jesús dijo que Él es zoé; Él es la vida. Por lo tanto, si le tenemos a Él, tenemos la vida, pero si no le tenemos, no tenemos la vida. Aparte de Él, ninguna otra persona, asunto o cosa es zoé. En todo el universo, solamente Él puede decir: “Yo soy zoé; solamente Yo soy la vida. Aparte de Mí, ninguna persona, asunto o cosa es la vida”. ¿Cómo lo obtenemos a Él como la vida zoé? Por medio de Su muerte y resurrección. Él murió y resucitó para llegar a ser el Espíritu vivificante, y este Espíritu vivificante también es vida. Cristo es el Espíritu, y el Espíritu es la vida. Este Espíritu está en nosotros como vida, es decir, el Espíritu de vida está en nosotros (Ro. 8:2) porque este Espíritu es quien imparte la vida de Dios a nuestro ser. Por lo tanto, Romanos 8:11 dice: “Si el Espíritu de Aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, Aquel que levantó de los muertos a Cristo vivificará también vuestros cuerpos mortales por Su Espíritu que mora en vosotros”.
El cristianismo ya ha estado en la tierra por dos mil años, pero muchas personas siguen andando a tientas en la oscuridad como si siguieran viviendo en la época anterior a la del apóstol Pablo. En Juan 10:7-8, el Señor Jesús dice: “Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de Mí vinieron, ladrones son y salteadores”. Los ladrones aquí se refieren principalmente a los fariseos, porque no entraron al redil por medio del Señor Jesús. Estos salteadores golpean a las personas dejándolas medio muertas (Lc. 10:30) y aun consideran que no son tan malas personas. Antes de ser salvo, el apóstol Pablo era uno de estos salteadores (Fil. 3:5b-6a). Todos los fariseos eran ladrones; no ladrones de los que tienen cuchillos y armas, sino ladrones refinados que hablaban de amor, justicia y moralidad. Debido a que ellos sólo hablaban de bondad, justicia y moralidad en lugar de Cristo, no daban a Cristo a las personas, sino que sólo les exigían cosas. De este modo, ellos despojaban a las personas y se convirtieron en salteadores.
Desde el siglo XIX, son muchos los santos que han experimentado el asunto de la vida y nos han dejado muchos escritos acerca de este tema. Hoy nos apoyamos en ellos recopilando dichos escritos, comparándolos y añadiéndoles nuestro propio conocimiento y experiencia de la verdad bíblica. No podemos negar que lo que el Señor nos ha mostrado es más claro que lo que otros santos vieron a través de los siglos. No nos estamos jactando; hoy podemos ver las cosas con mayor claridad porque nos apoyamos en aquellos que vivieron antes que nosotros. Hoy en día, cualquier electricista sabe más de electricidad que el mismo Thomas Edison, el padre de la electricidad, porque los electricistas de hoy se apoyan en la obra de Edison. De manera que no estamos jactándonos; en verdad nosotros nos apoyamos en los santos de siglos pasados, y debemos agradecerles por esto. Por otro lado, el Señor me ha dado un corazón estudioso. En mi biblioteca tengo varias versiones de las más famosas y autorizadas traducciones y exposiciones de la Biblia. Por la misericordia del Señor, hoy en día podemos saber que Cristo es vida y que Cristo llegó a ser el Espíritu vivificante, quien es el Espíritu de vida. Hoy este Espíritu mora en nosotros principalmente como vida (Ro. 8:11).
En general, el mayor temor que tiene la gente es el temor de la muerte, porque la muerte significa el fin de la vida. Cuando la vida termina, todo termina. Damos gracias al Señor porque Juan 3:15 dice que los que creemos en el Señor tenemos la vida zoé, la vida eterna, que es la vida divina, increada e ilimitada. La palabra eterna aquí en griego está relacionada tanto con el espacio como con el tiempo y se refiere a algo que no tiene límites de espacio ni tiempo. Éste es el verdadero significado de la palabra eterno. Por lo tanto, la vida zoé, la cual los creyentes han recibido, es muy preciosa. Hoy en día esta vida está en nosotros. Esta vida es el Espíritu, el Espíritu es Cristo, y Cristo es Dios, no el Dios “crudo”, sino el Dios procesado, Aquel que es la divinidad mezclada con la humanidad. Esto es la vida.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.