Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-2853-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El apóstol Pablo también habla acerca de un edificio de piedras. “Nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como sabio arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edifica oro, plata, piedras preciosas, madera, hierba, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego es revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego mismo la probará” (1 Co. 3:9-13).
Pablo dice que los apóstoles son colaboradores de Dios que laboran juntamente con Dios. El propósito de ellos es edificar. Y nosotros somos el edificio de Dios. Así que, por un lado, somos materiales útiles para la edificación, y por otro, somos coedificadores juntamente con Dios. Es por ello que Pablo dice que todos debemos mirar con qué material edificamos. Podemos edificar con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, hierba y hojarasca. Éstas son las dos categorías de materiales. La primera categoría es a prueba de fuego, mientras que la segunda categoría es el mejor material para hacer fuego. Si construyéramos un edificio con oro, plata y piedras preciosas, el departamento de incendios de inmediato lo aprobaría, pues sería ciento por ciento a prueba de incendios.
En 1 Corintios Pablo nos dice claramente que somos el edificio de Dios. Nuestro destino no es ser esto o aquello. Nuestro destino es ser piedras que son edificadas en la casa de Dios.
Antes de venir a la vida de iglesia, raras veces escuchamos que nosotros éramos piedras útiles para el edificio. La mayoría de los cristianos se ha desviado completamente del propósito central de Dios. Quiera el Señor tener misericordia de nosotros y nos permita ver algo más profundo, más elevado y más rico. No debemos distraernos con la madera, hierba y hojarasca. Estamos aquí para ser piedras preciosas útiles para el edificio. Para poder ver esto necesitamos de la misericordia del Señor.
Pablo dice en 1 Corintios 3 que él es el sabio arquitecto que ha puesto el fundamento, y que los corintios son el edificio así como edificadores junto con él. Por lo tanto, ellos deben ser el edificio apropiado que es edificado con los materiales apropiados. A pesar de que el tema de la edificación es muy claro en este libro, muchos cristianos hoy en día no lo ven. Pueden leer muchas veces este libro y no ver nada acerca de la edificación. En lugar de ello, prestan atención a las cosas negativas y debaten acerca de ellas. Nunca he conocido a ningún cristiano del cristianismo que haya preguntado acerca de la edificación mencionada en 1 Corintios 3. Esto se debe a que la mayoría de cristianos hoy han sido distraídos y cubiertos por un velo. El hablar en lenguas, la sanidad divina y muchas otras cosas han venido a ser capas de velos que los cubren. Uno de estos velos es el hablar en lenguas; otro es la sanidad divina; e incluso otro velo es la espiritualidad. ¡Debemos deshacernos de todos estos velos! No debemos preocuparnos únicamente por la espiritualidad; tampoco debemos preocuparnos únicamente por ser santos. ¡Lo único que debe interesarnos es el edificio de Dios!
Muchas cosas que son bíblicas han sido usadas por el enemigo para distraer a los hijos del Señor y poner velos sobre ellos. Es necesario que todos estos velos nos sean quitados para poder ver la luz. Entonces, nuestra visión será ampliada y tendremos ojos como estanques. Fíjense en todos estos versículos. En Juan 1:42 aparece la palabra piedra. En Mateo 16:18 aparece la palabra piedra. En 1 Corintios 3:12 se usa la palabra piedras. En 1 Pedro 2:5 nuevamente aparece la palabra piedras. Y en Apocalipsis 21:19 aparece la palabra piedra. Estos versículos no nos hablan de otra cosa sino de piedras, piedras y más piedras. Mateo es el primer libro del Nuevo Testamento y Apocalipsis es el último. Desde el principio del Nuevo Testamento hasta su conclusión vemos piedras. ¡El Nuevo Testamento es un libro acerca de piedras! El Señor Jesús mencionó las piedras, Pedro menciona las piedras, Pablo menciona las piedras y Juan menciona las piedras. Pedro, Pablo y Juan fueron los principales escritores del Nuevo Testamento, y en todos sus escritos nos hablan de piedras útiles para la edificación.
Desde el comienzo de la era del Nuevo Testamento, cuando Simón vino a Jesús, el Señor inmediatamente cambió su nombre a Pedro, que significa piedra. Después que Pedro estuvo con el Señor por dos o tres años, él reconoció que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces, el Señor le dijo que había algo más. “Tú eres una piedra”, le dijo, “para la edificación de Mi iglesia”. Más tarde, Pedro les dijo a los santos que todos ellos eran piedras vivas edificadas hasta ser una casa espiritual. Pablo también habló estas mismas cosas, y finalmente el apóstol Juan dio conclusión a todo el Nuevo Testamento e incluso a toda la Biblia. Él dijo que el muro de la Nueva Jerusalén era de jaspe, una piedra preciosa, y que los cimientos del muro estaban adornados con toda clase de piedras preciosas. Así que, al final de la Biblia vemos un edificio que ha sido edificado con piedras preciosas, en el cual Pedro es una de las doce piedras de los cimientos, pues las piedras que sirven de cimiento tienen los nombres de los doce apóstoles.
Ésta no es mi propia enseñanza, mensaje u opinión. Esto es lo que el Señor ha recobrado. Por muchos siglos esto se mantuvo enterrado en la Biblia, pero ahora el Señor ha tenido misericordia de nosotros y ha quitado el velo que nos impedía ver. Ahora vemos que todos nosotros somos piedras que han de ser edificadas para formar el edificio de Dios. El enemigo es muy sutil. Él se esfuerza al máximo por hacer que nos encontremos en una situación nebulosa y gris. Por lo tanto, debemos orar, diciendo: “Señor quita toda neblina y toda nube. Concédenos un cielo despejado a fin de poder ver Tu propósito eterno”. A fin de que la iglesia avance, todos necesitamos un cielo despejado sin neblina y sin ninguna nube.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.