Manejo de la iglesias por parte de los ancianos, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7182-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-7182-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Existe otro límite que debe ser guardado de forma estricta. Éste es el límite entre los hermanos y hermanas. Esto es también un límite muy crucial. Hay algo que debemos reconocer: mientras los cristianos viven en la tierra hoy, el lugar donde ellos tienen la mayor oportunidad para contactar el sexo opuesto es la iglesia. Los hermanos y hermanas están juntos en las reuniones, en el servicio, en la predicación del evangelio y en la labor de salir a testificar. Por esta razón, en la administración de la iglesia, los ancianos deben trazar un límite entre los hermanos y hermanas. Éste no es un límite de separación, sino de distinción. Este límite nunca debe ser eliminado ni anulado. Cada vez que anulen este límite, acarrearán grandes problemas.
En el cristianismo hay algunos que son fervientes y tienen poca experiencia espiritual, quienes sugieren: “Todos somos hermanos y hermanas en el Señor. Puesto que todos somos espirituales, no es necesario hacer distinción entre hermanos y hermanas”. Quiero decirles a los hermanos y hermanas que he visto el fruto de tales conceptos, y mucho más he oído de tales cosas. Le traen incalculables problemas a la iglesia. En algunos lugares son los ancianos quienes cosechan y comen de su propio fruto por haber conducido a la iglesia por ese camino. La manera en que ellos llevan a cabo la administración es hacer que los hermanos y hermanas no tengan ningún límite que los distinga. Esto está absolutamente equivocado.
Mientras vivimos en esta tierra y en nuestra carne, de ningún modo debe usted creer que el límite entre los hombres y las mujeres puede ser abolido; no existe tal cosa. Ésa es una enseñanza del diablo. En algunos lugares algunos enseñan que todos somos espirituales, y que hablar de guardar un límite entre hombres y mujeres es tener pensamientos impuros. A algunos les falta poco para condenarme al decir que es debido a mis pensamientos sucios e impuros que les estoy hablando de guardar los límites entre los hermanos y hermanas. No. Aunque miles de personas se levantaran en mi contra para decir que mis pensamientos son impuros, yo aún me pondría en pie para decirles que debe haber un límite entre los hermanos y hermanas. Los ancianos en cada localidad deben establecer un límite muy firme entre los hermanos y las hermanas; nunca deben eliminarlo.
Gálatas 3 dice que en Cristo ya no hay distinción entre el varón y la mujer; pero en 1 Corintios 11 y 14, dice que en la iglesia aún debemos identificar el límite que hay entre el hombre y la mujer. En Cristo no hay distinción entre el varón y la mujer, pero en la iglesia todavía existe una distinción entre el varón y la mujer. Si en la iglesia no hacemos ninguna distinción entre el varón y la mujer, entonces Pablo en realidad está contradiciéndose en 1 Corintios 11 y 14, porque allí claramente dice que los hermanos no tienen que cubrirse la cabeza cuando oran, aunque las hermanas, sí. Además, las hermanas no deben hablar en la reunión. Con esto se puede ver que en la iglesia todavía existe una distinción entre el varón y la mujer.
Algunos me han consultado con mucha seriedad: “Hermano Lee, ¿por qué la iglesia aún no se conforma al nivel de esta era? En la mayoría de las reuniones sociales de hoy, los hombres y las mujeres se sientan juntos. ¿Por qué los hombres y las mujeres se sientan por separado en las reuniones de la iglesia?”. Queridos hermanos y hermanas, ustedes no pueden negar que David amaba al Señor más que ustedes y era más espiritual de lo que ustedes son. Pero incluso David pudo caer. ¿Cuánto más no podemos caer nosotros? Hoy todavía estamos en la vieja creación, y todavía es posible que caigamos. Dios no ha eliminado los límites entre el varón y la mujer en la iglesia. Cuando ustedes y yo administramos la iglesia, no debemos dar la impresión de que todos estamos en el Señor y que, por tanto, no importa si somos hermanos o hermanas. Este pensamiento de que no hay diferencia es perjudicial y nunca debe permitirse. Debemos aprender a trazar un límite respecto a esto.
Ahora les he presentado a ustedes estos doce límites. Si los ancianos saben trazar estos límites, su administración de la iglesia será estable, clara y apropiada, y podrán conducir por el buen camino a toda clase de personas y cosas. De este modo, la iglesia tendrá la verdadera administración y edificación.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.