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Ejercicio de nuestro espíritu, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4880-5
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DEBEMOS VIVIR NO CONFORME
A ENSEÑANZAS RELIGIOSAS,
SINO POR EL ESPÍRITU

Vivir considerando qué es correcto y qué es incorrecto es la enseñanza de la religión. En la región de China donde yo me crié, muchos consideraban que no era necesario recibir a Cristo, pues ya Confucio les había enseñado lo correcto y lo incorrecto. Sin embargo, la salvación de Dios es absolutamente diferente de la religión. No es cuestión de determinar lo que es correcto o erróneo, ni tampoco lo que es bueno y lo que es malo. Más bien, es cuestión de si vivimos y hacemos todo por el yo en nuestra alma, o por Cristo en nuestro espíritu. Vivir por el espíritu es la marca que caracteriza la salvación de Dios; esto es algo que la religión ha ignorado, pero ahora el Señor lo está recobrando.

Ejercitar nuestro espíritu al reunirnos para orar es apenas una pequeña parte de nuestro diario andar. Tenemos que ejercitar nuestro espíritu constantemente. Siempre que hacemos o decimos algo, siempre que contactamos a alguien, y siempre que vamos a algún lugar, tenemos que hacerlo en el espíritu. Llevo más de treinta y cinco años aprendiendo esta lección, pero aún hoy en día hay ocasiones en las que fracaso. Todos nacimos en el alma, fuimos criados en el alma y educados en el alma; y estamos acostumbrados a vivir en el alma todo el tiempo. Debido a esto, es muy fácil para nosotros vivir en el alma. De las dieciséis horas en las que estamos despiertos, ¿cuántas horas vivimos, permanecemos y nos mantenemos en el espíritu? El Señor nos instó a velar y orar (Mt. 26:41). Tenemos que velar que no vivamos en el alma y tenemos que orar para que vivamos en el espíritu. Si no velamos, de inmediato caeremos de nuevo en nuestra alma.

Hoy en día el cristianismo ha errado el blanco, lo único que imparte a las personas son enseñanzas. Lo que necesitamos no son meras enseñanzas doctrinales. En realidad, bastaría con examinar si estamos en el espíritu o no. No hay necesidad de que procuremos enseñar a alguien a amar a su esposa de forma externa. Bastaría con que simplemente preguntemos: “Hermano, ¿está usted en el espíritu?”. Cuando un hermano está en el espíritu, se relacionará apropiadamente con su esposa. Sin embargo, si no estamos en el espíritu, nuestro contacto con otros será apenas una conversación en el alma o carnal, no será una comunión espiritual. Con frecuencia he podido percibir que incluso cuando hago cosas buenas, he estado inmerso en mi alma y no fui fiel con respecto a permanecer completamente en el espíritu. Por este motivo, cuando acudo al Señor siempre termino dedicándole más tiempo a confesar que a orar. Permanecer en el espíritu es para nosotros una verdadera lección. Recientemente estuve reflexionando delante del Señor cuál debiera ser el contenido de mis mensajes. No me interesaba meramente comunicar cierto conocimiento doctrinal. Cuanto más tiempo pasaba con el Señor, más tenía el sentir profundo de que nuestra urgente necesidad es ser conducidos a la comprensión plena y cabal de que es imprescindible para nosotros vivir en el espíritu.

DEBEMOS RECHAZAR NUESTRA ALMA NATURAL
PARA VIVIR EN EL ESPÍRITU

En todos los cuatro Evangelios, el Señor Jesús nos dijo que teníamos que negarnos a nosotros mismos y perder la vida de nuestra alma (Mt. 16:24-25; Mr. 8:34-35; Lc. 9:23-24; Jn. 12:25). Las Epístolas también nos dicen con frecuencia que tenemos que vivir, andar, hacerlo todo y orar continuamente en el espíritu. A fin de poder percibir las cosas de Dios, poseer sabiduría y recibir revelación, tenemos que estar en el espíritu (1 Co. 2:11-12; Ef. 1:17).

Satanás se vale de dos medios distintos para desarrollar de manera inapropiada el alma humana. El primero es emplear medios sobrenaturales, como en el caso del budismo y del hinduismo. Estos “ismos” demoníacos enseñan a las personas a ejercitar su alma de manera sobrenatural, desarrollándola a fin de ponerse en contacto con los espíritus malignos que pertenecen al mundo de lo sobrenatural. El otro medio consiste en tener contacto con el mundo natural a través de la educación, la ciencia y la cultura modernas. La educación, la televisión y los periódicos con frecuencia son usados por el diablo para desarrollar de manera inapropiada el alma. Por eso las personas suelen tener tanta dificultad para volverse del alma al espíritu y vivir en el espíritu. Algunos hermanos más jóvenes han querido discutir con nosotros sobre si se debe o no se debe practicar deportes. Lo que importa no son los deportes en sí mismos. Lo que importa es si estamos en el alma o en el espíritu. ¿Tenemos la certeza de estar en nuestro espíritu cuando practicamos algún deporte? Si podemos ejercitar nuestro espíritu para orar mientras hacemos algo, entonces está bien que lo hagamos. Sin embargo, con frecuencia, mientras los hermanos practican algún deporte, se dan cuenta de que están en el alma. No es cuestión de qué hacemos, sino en qué persona lo hacemos, lo hacemos en el alma o en el espíritu. Lo que debiera importarnos hoy no es lo que hacemos, sino simplemente si, en todo cuanto hacemos, vivimos por el espíritu o por el alma.


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