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Caos Satánico en la vieja creación y la economía divina para la nueva creación, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-667-1
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Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 5 Sección 3 de 7

2. El hombre fue engañado y cayó

Génesis 3:6 y 7 nos muestran que el hombre fue engañado y cayó. Esto constituyó el caos en el universo restaurado.

III. EN LA CAIDA DEL HOMBRE

En la caída del hombre vemos primero la economía divina y luego vemos el resultado del caos satánico.

A. La economía divina

Es un hecho maravilloso que hasta en la caída del hombre estaba la economía divina.

1. Dios le prometió a Adán
que Cristo vendría como simiente de la mujer
y destruiría a la serpiente

En Génesis 3, luego de que Adán y Eva fueron envenenados y cayeron, estaban temerosos de Dios y se escondieron de El. Sin embargo, Dios vino a buscar al hombre caído y perdido, llamándole y diciéndole: “¿Dónde estás?” (v. 9). Después de encontrar al hombre perdido y caído, Dios prometió que Cristo vendría como simiente de la mujer y destruiría a la serpiente, es decir, destruiría a Satanás. Antes de que Dios hiciera esta promesa, Adán y Eva han de haber estado temblando de miedo. Dios les había dicho que si comían del árbol del conocimiento del bien y del mal morirían, y de seguro esperaban morir. Mas entonces oyeron las buenas nuevas, las alegres nuevas, tocante a que la simiente de la mujer —tipo y figura de Cristo— vendría y destruiría a la malvada serpiente. Sin duda esas fueron buenas noticias. Con respecto a estas buenas nuevas, Hebreos 2:14 dice: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”.

2. Dios prometió que dejaría vivir al hombre
y que le proveería de una cubierta

En la economía divina en la caída del hombre, Dios también prometió que dejaría vivir al hombre y que le proveería de una cubierta (Gn. 3:20-21). La vida de la que aquí se habla denota la vida eterna de Dios, y la cubierta tipifica la redención que Dios había de enviar en Cristo.

Dándose cuenta de que eran pecadores, Adán y Eva trataron de cubrir su desnudez con delantales hechos de hojas de higuera. Sin embargo, Dios les hizo abrigos de piel y los vistió. Dios sacrificó un animal, probablemente un cordero, y con la piel de este animal hizo una cubierta para ambos. Esto tipificó la redención que Dios había de proveer en Cristo.

En la economía divina en Génesis 3 hubo dos promesas y una provisión. Dios prometió que El vendría y destruiría a la serpiente, y prometió que le daría la vida divina al hombre caído. Luego El proveyó una cubierta, dando a entender que Cristo vendría para cumplir la redención para cubrir al hombre caído a fin de que éste fuera justificado delante de Dios. Esto constituye un evangelio completo.

B. El resultado del caos satánico

En Génesis 3:22-24 vemos que el caos satánico tuvo un resultado.

1. El hombre caído fue expulsado
del huerto de Edén

Al restaurar la creación, Dios con todo propósito creó un huerto placentero, que fue llamado Edén. Debido a la caída, el hombre fue expulsado de ese huerto. Este fue el primer aspecto del resultado producido por el caos satánico.

2. La entrada al árbol de la vida
le fue cerrada al hombre caído

El segundo aspecto de este resultado fue que la entrada al árbol de la vida le fue cerrada al hombre caído. La entrada había de permanecer cerrada hasta que Cristo viniera a cumplir la redención y abriera así el camino al árbol de la vida.

IV. EN LAS ETAPAS ADICIONALES
Y LA CONSUMACION DE LA CAIDA DEL HOMBRE

En las etapas adicionales y la consumación de la caída del hombre, vemos más aspectos de la economía divina y del caos satánico. La caída del hombre tuvo por lo menos cuatro etapas, y luego llegó a una consumación.

A. La economía divina

En la economía divina, Dios fue bueno y misericordioso.

1. Abel aceptó la promesa de Dios
al ofrecer lo mejor de sus rebaños,
y así recibió el favor de Dios

Abel aceptó la promesa de Dios al ofrecer lo mejor de su rebaño, y así recibió el favor de Dios (Gn. 4:4). Lo mejor del rebaño tipifica a Cristo. Debido a que Dios apreció la ofrenda de Abel, Abel fue justificado y aceptado por Dios. Según la economía divina, Abel fue recobrado y justificado.


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