Mensajes para creyentes nuevos: Sacerdocio, El #23por Watchman Nee
ISBN: 978-0-7363-0125-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Quisiera que todos comprendiéramos que en estos últimos días Dios está haciendo una obra de restauración; ha tomado la ruta de recobrar lo perdido. Yo creo que Dios está guiando a todos Sus hijos a tomar esta posición en esta última era. He aquí un segmento de la visión de la iglesia que necesita ser recobrada: el sacerdocio universal de los hijos de Dios. Si una persona pertenece al pueblo de Dios, debe ejercer el sacerdocio. En la actualidad existe el sacerdocio, y también estará presente en el reino venidero. Dios quiere obtener Sus sacerdotes. El desea que todo Su pueblo ejerza el sacerdocio.
Tan pronto como usted cree en el Señor, se convierte en sacerdote. Si ha de ser cristiano, tiene que ser sacerdote. No espere que alguien lo sea por usted. Usted tiene que ejercer su sacerdocio. No debe existir entre nosotros una clase mediadora. Nadie se hará cargo de los asuntos espirituales por nosotros. Nadie puede hacer la obra por nosotros. Entre nosotros no debe haber otra clase exclusiva llamados obreros cristianos.
Si Dios tiene misericordia de nosotros, todos los hermanos y hermanas espontáneamente trabajaremos en la predicación del evangelio y en el servicio al Señor. Cuanto más universal sea el sacerdocio, más visible será la iglesia. Cuando el sacerdocio cesa de ser universal, fracasamos, y nuestra senda se corrompe.
Somos pobres, ciegos e inválidos. En el Antiguo Testamento tales personas no podían ser sacerdotes. Las personas incapacitadas, cojas o que tuvieran defectos no podían ser sacerdotes. Es un honor que el Señor acepte en el sacerdocio personas como nosotros. Hoy muchas personas viles, sucias, ciegas e incapacitadas han sido llamadas por Dios al sacerdocio. El es el Señor. Ya dijimos que debemos entregarnos con gozo al servicio del Señor y, aun si fuera necesario, arrastrarnos a Sus pies y rogarle que nos permita servirle. Debemos regocijarnos por poder doblar nuestras rodillas para rogar este honor. Yo estoy contento de humillarme y suplicar de rodillas ante el Señor: “Señor, quiero servirte. Me ofrezco con alegría para Tu servicio. Tú me honras al permitirme acudir a Ti”. Ser un sacerdote equivale a acercarse a Dios. Si somos sacerdotes no hay distancia entre nosotros y Dios, podemos entrar directamente sin esperar que nadie nos conceda el permiso de hacerlo, y podemos tocar a Dios por nosotros mismos.
Si un día todos los hermanos y hermanas de todas las iglesias se dedican a ejercer su servicio, el reino de Dios estará entre nosotros. Este será un reino de sacerdotes. Todos los miembros del pueblo serán sacerdotes. ¡Esto es glorioso! Anhelo el día cuando se quiten todos los ídolos de entre nosotros. Debemos pagar el precio necesario ante el Señor para lograrlo. Los levitas pagaron el precio; ellos fueron fieles en dejar de lado sus afectos personales. Solamente tales personas pueden participar en el sacerdocio.
Para poder entender completamente el sacerdocio, necesitamos entender cómo consideraba Dios el sacerdocio en el Antiguo Testamento. Es muy significativo que Dios permita que una persona se le acerque y no muera. Solamente los sacerdotes podían comer el pan de la proposición, servir en el altar, entrar en el lugar santo y ofrecer sacrificios. Cuando aquellos que no eran sacerdotes entraban en el lugar santo morían. El sacerdocio se basa en la aceptación de Dios. Puesto que Dios nos aceptó, ¿no deberíamos participar? Anteriormente, cualquiera que se atreviera a entrar podía morir. Pero hoy día Dios dice: “¡Puedes acercarte a Mí!” Que necedad sería rehusarnos a allegarnos a El.
Necesitamos que el Señor abra nuestros ojos para que veamos que la mayor gracia consiste en que se nos conceda el privilegio de servirle. Aquellos que verdaderamente conocen la voluntad de Dios dicen: “La gracia que me permite servir a Dios es mayor que la gracia que me condujo a la salvación”. El perro que está debajo de la mesa de los dueños puede comer las migajas, pero jamás podría servir a la mesa. Ser salvo por gracia es relativamente simple, pero no todos pueden servir por gracia. En la iglesia todo el que es salvo por gracia también puede servir. Es una insensatez no considerar esto como una gracia espléndida.
En el mundo cristiano de hoy se reconoce la presencia de una clase mediadora. Inclusive, los creyentes se dividen en dos clases: los sacerdotes y el pueblo. Anhelamos ver el día cuando no haya jerarquía entre nosotros. Es posible que una o dos personas en la iglesia caigan, pero el principio sigue siendo válido. En el cristianismo de hoy los principios se debilitan. En general, el cristianismo de hoy ha caído y ha seguido el camino de los israelitas: se ha creado una diferencia entre el pueblo y los sacerdotes. ¡Dios no libre de caer en tal sistema!
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.