Lecciones de vida, tomo 2por Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-294-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-87083-294-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
1) Servir con todo nuestro ser: “Presentéis vuestros cuerpos”; “transformaos por medio de la renovación de vuestra mente”; “fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Ro. 12:1, 2, 11). Todo nuestro ser es de tres partes: espíritu, alma y cuerpo. Servir al Señor con todo nuestro ser quiere decir que el espíritu, el alma y el cuerpo participan en el servicio al Señor. Primero, tenemos que presentar nuestros cuerpos al Señor; en segundo lugar, la mente, la parte principal de nuestra alma, tiene que ser renovada y transformada; en tercer lugar, nuestro espíritu tiene que estar ferviente. Así, las tres partes de nuestro ser participan en servir al Señor.
2) Seguir al Señor: “Si alguno me sirve [al Señor Jesús], sígame; y donde Yo esté, allí también estará Mi servidor” (Jn. 12:26). A fin de servir al Señor, nosotros tenemos que seguir al Señor. Los que sirven al Señor tienen que tomar el camino que El tomó. Necesitamos seguir al Señor dondequiera que vaya. Donde El está, allí también nosotros tenemos que estar. El escogió la cruz y estuvo dispuesto a tomar el camino de la cruz, muriendo a Sí mismo y a todo. Nosotros los que seguimos al Señor tenemos que hacer lo mismo. De esta manera podremos servirle.
3) Según el consejo de Dios: “Porque David, habiendo servido a su propia generación según el consejo de Dios...” (Hch. 13:36). Nuestro servicio al Señor, como el de David, debe ser según el consejo de Dios y en el consejo de Dios.
4) Teniendo oído para oír: “Y [su amo] le horadará la oreja ... Así será su siervo para siempre” (Ex. 21:6). Este versículo dice que en el Antiguo Testamento el amo horadaba la oreja del que deseaba servir, lo cual indica que tocaba sus orejas de tal modo que él pudiese ser obediente y sumiso. Para servir al Señor hoy en día, nosotros también necesitamos que el Señor nos toque a fin de que tengamos oídos para oír y seamos personas que sean obedientes y sumisas al Señor.
5) Acercar y estar delante del Señor: “Ellos [los sacerdotes] se acercarán para ministrar ante mí, y delante de mí estarán...” (Ez. 44:15). Este versículo dice que los sacerdotes del Antiguo Testamento sirvieron a Dios acercándose a Dios y estando delante de El. Hoy en día, a fin de servir al Señor, debemos hacer lo mismo. Aunque tengamos oído para oír la palabra del Señor, todavía tenemos que acercarnos a El y estar delante de El para saber lo que desea que hagamos, y así poder servirle conforme a Su deseo.
6) Ser fiel y prudente: “¿Quién es, pues, el esclavo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa?”. (Mt. 24:45). Como los esclavos que sirven al Señor, también necesitamos ser fieles y prudentes. Ser fiel significa no ser perezoso ni flojo, mientras que ser prudente es aprovechar la oportunidad para acabar con precisión todas las cosas que el Señor nos ha comisionado conforme a Su voluntad. Este es un requisito previo para los que deseamos servir al Señor, ser agradables a El y ser recompensados en Su regreso.
7) Tener los lomos ceñidos y las lámparas encendidas, y esperar el regreso del Señor: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas ... hombres que aguardan a que su señor regrese ... cuando llegue...” (Lc. 12:35-36). Aquí el Señor nos dice que para servirle como Sus esclavos, necesitamos tener nuestros lomos ceñidos y nuestras lámparas encendidas, y necesitamos esperar Su regreso. Tener nuestros lomos ceñidos significa no ser flojos, tener las lámparas encendidas es vivir en la luz, y esperar el regreso del Señor es ser vigilante. Todos éstos son requisitos esenciales para los que servimos al Señor.
8) Coordinar en el Cuerpo: “Porque el cuerpo [de Cristo] no es un solo miembro, sino muchos ... Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como El quiso ... Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno sólo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros” (1 Co. 12:14-21). Aquí se nos muestra que para servir al Señor como miembros del Cuerpo de Cristo, debemos coordinar con los santos y no actuar independientemente en el Cuerpo de Cristo, el cual es la iglesia. Esto es también un requisito relacionado con cómo nosotros debemos servir al Señor.
1) Edificar el Cuerpo de Cristo: “De quien todo el Cuerpo, bien unido y entrelazado por todas las coyunturas del rico suministro y por la función de cada miembro en su medida, causa el crecimiento del Cuerpo para la edificación de sí mismo en amor” (Ef. 4:16). Esta palabra nos muestra que nuestra coordinación y nuestro servicio con los santos es para causar el crecimiento del Cuerpo de Cristo y para edificarlo en amor. Aparte de salvar pecadores, perfeccionar a los santos, y glorificar a Dios (1 Co. 10:31), nuestro servir al Señor como Sus esclavos es, aun más, para causar que el Cuerpo de Cristo crezca y sea edificado.
1) Ser honrado por Dios el Padre: “Si alguno me sirve [al Señor Jesús] ... mi Padre [Dios] le honrará” (Jn. 12:26). Por nuestro servicio al Señor, ¡seremos honrados por el Padre! ¡Qué recompensa es ésta!
2) Ser bienaventurados de sentarse en la fiesta y disfrutar el ser servidos por el Señor: “Bienaventurados aquellos esclavos a los cuales el señor, cuando venga, halle velando ... se ceñirá, y hará que se reclinen a la mesa, y vendrá a servirles” (Lc. 12:37). Este versículo dice que cuando el Señor regrese, los esclavos que han sido vigilantes en servir al Señor serán bienaventurados para sentarse en la fiesta y disfrutarán el ser servidos por el Señor. Esta también es una gran recompensa del Señor para los que le sirven.
3) Regir con el Señor y disfrutar el gozo del Señor: “Bien, esclavo bueno y fiel ... sobre mucho te pondrá; entra en el gozo de tu señor” (Mt. 25:21, 23). Estos versículos dicen que el esclavo bueno y fiel que sirve al Señor será puesto sobre muchas cosas y entrará en la manifestación del reino venidero y en el gozo del Señor. Ciertamente ésta es una gran recompensa, la cual debemos apreciar y anhelar.
1) Recibir muchos azotes: “Aquel esclavo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes” (Lc. 12:47). Aquí la palabra del Señor clara y seriamente nos dice que si nosotros que somos los esclavos del Señor no le servimos conforme a Su voluntad, recibiremos muchos azotes cuando El venga. Recibir azotes significa ser castigado. El Señor no nos dijo cómo sería llevado a cabo el castigo, pero cualquier castigo es terrible, especialmente el que se repite muchas veces. ¡Que nosotros, quienes hemos recibido gracia para ser los esclavos del Señor a fin de servirle, seamos amonestados y advertidos por Su palabra!
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.