Información del libro

Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-2853-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 16 Sección 3 de 3

LA VIDA ES UNA PERSONA

¿Qué es entonces la vida? La vida es Dios mismo. ¡La vida es Jesús! En Juan 11:25 y 14:6, Jesús dijo: “Yo soy [...] la vida”. Colosenses 3:4 habla de “Cristo, nuestra vida”. ¡La vida es una persona maravillosa!

Nada más decir que la vida es una persona es muy sencillo, pero se requiere mucho tiempo para experimentar esto. ¡La vida que recibimos cuando creímos en el Señor Jesús es una persona! ¿Sabe cuál es la diferencia entre una persona y una vida? Una persona tiene una personalidad con voluntad, deseos, intenciones y emociones. Pero una vida no necesariamente incluye todos estos aspectos. Un árbol tiene vida, pero dicha vida no tiene personalidad, voluntad, intenciones ni deseos. En cambio, la vida que hemos recibido del Señor Jesús no es simplemente una vida; ¡es una persona! Es una persona que posee una personalidad divina y una humana. Esta persona tiene una voluntad, una intención y un deseo. Ésta es la vida que hemos recibido del Señor.

TRES CLASES DE VIDA

Según el Nuevo Testamento en el idioma griego, existen tres diferentes clases de vida: la vida bíos (la vida física), la vida psujé (la vida psicológica) y la vida zoé (la vida eterna). Debemos comprender que la vida zoé no es simplemente una vida, sino una persona divino-humana. El Señor Jesús es la única persona que posee tanto una personalidad divina como una personalidad humana. La vida zoé, la cual usted recibió cuando fue salvo, es una persona. ¡Aleluya!

LA PERSONALIDAD MÁS FUERTE

Sin embargo, con respecto a esta persona tenemos un problema. Si la vida zoé fuese simplemente una vida, sería fácil relacionarnos con ella. Pero puesto que dicha vida es una persona, tenemos algunos problemas. Simplemente tomar una vida como la nuestra es fácil, mas no es tan sencillo tomar a alguien de modo que sea nuestra persona. Si yo fuese simplemente vida, a usted le resultaría fácil relacionarse conmigo; pero la realidad es que le es muy difícil relacionarse conmigo porque soy una persona.

El problema principal entre el esposo y la esposa es que ambos son personas con personalidades diferentes. Un hombre tiene una personalidad masculina, y una mujer tiene una personalidad femenina. Cuando estas dos personalidades se juntan, surge un verdadero problema. Si las esposas de todos los hermanos no tuvieran personalidad, ¡eso sería maravilloso! Pero el problema es que cada una de nuestras esposas tiene una personalidad única que a la vez es muy fuerte. Y las personalidades de los hermanos son igual de únicas y fuertes. Los problemas siempre se deben a la personalidad. Es por ello que la vida implica un problema.

El Señor Jesús, quien es nuestra vida, es una persona. Por consiguiente, a menos que lo tomemos a Él como una persona, no tendremos vida. Si queremos recibir la vida, tenemos que recibirlo a Él como una persona. En 1 Juan 5:12 dice: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. El Hijo es una persona. Este versículo no dice que el que tiene la vida del Hijo, tiene la vida. Éste dice que el que tiene al Hijo, tiene la vida. Así que la persona es la vida. Si no recibimos a esta persona, nos será difícil recibir la vida. ¡La vida es la persona! Si esta visión lograra forjarse en nosotros, eso sería maravilloso. Todos debemos tener claro que la vida zoé es una persona.

¡Más aún, Cristo es una persona que tiene la personalidad más fuerte de todas! Podemos estar seguros de que Su personalidad es mucho más fuerte que la nuestra, y que nunca podrá ser conquistada por la nuestra. Él continuamente busca oportunidades para conquistar nuestra personalidad con la Suya.

La vida zoé no es simplemente una vida sin personalidad, sino una persona que es una vida. Si tomamos la vida zoé como nuestra vida, entonces definitivamente tenemos que tomar a Jesús como nuestra persona, puesto que esta vida es una persona.

LA NECESIDAD FUNDAMENTAL

Alabamos al Señor porque muchos se han convertido al Señor y han sido atraídos a la vida de iglesia. Esto es muy maravilloso. Un buen número de ustedes está experimentando muchos cambios externos, lo cual es también maravilloso. Sin embargo, nuestra necesidad fundamental, no es simplemente tener una conversión externa, sino una conversión interna a fin de ver lo que Dios desea. No se trata de lo que usted es, sino de lo que Cristo es dentro de usted. Debemos aprender con la ayuda del Señor a rechazarnos y aborrecernos a nosotros mismos. Independientemente de si nuestro yo es bueno o malo, debemos aborrecer el yo, porque es un enemigo y un adversario de Cristo. No sólo tenemos al enemigo fuera de nosotros, sino también al adversario dentro de nosotros, el cual se opone a Cristo. Por lo tanto, debemos decirle al Señor: “Señor, me aborrezco a mí mismo. Todo lo que hago, todo lo que soy y todo lo que digo es aborrecible. Detesto lo que hago, detesto lo que soy y detesto lo que hablo. Lo detesto porque es un enemigo Tuyo”.

Todos necesitamos experimentar una conversión fundamental a fin de que Cristo llegue a ser nuestra vida. Ésta no es simplemente una conversión externa, sino una conversión interna. No es suficiente con que sólo nos volvamos de Babilonia a la iglesia. Esto es maravilloso, y alabo al Señor por ello. Es bueno volvernos de Babilonia a Jerusalén; sin embargo, esto no deja de ser una conversión externa. Por lo tanto, todos necesitamos experimentar una conversión interna y más profunda en la que comprendamos que Cristo, como una persona, es nuestra vida. No sólo tenemos otra vida, sino también otra persona. Jesús, una persona única, una persona divina y humana, es ahora nuestra vida. Si queremos tomarlo a Él como nuestra vida, debemos tomarlo como una persona completa. Es por ello que Pablo dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gá. 2:20). Ya no vivo yo, mas Cristo. Yo era la vieja persona, y ahora Cristo es la nueva persona. La vieja persona fue anulada, fue eliminada, en la cruz. Ahora es la nueva persona, Cristo, quien vive en mí. Pablo no dijo que la vida de Cristo es la que vive en mí; no, él dijo: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. La vieja persona ya no existe, y ahora tenemos una nueva persona, la cual es maravillosa y única. Esta nueva persona es divina y también humana, y esta persona única y fuerte vive en mí como mi vida. ¡Oh, quiera el Señor abrir nuestros ojos! Debemos acudir al Señor y decirle: “Señor, muéstrame algo más profundo, muéstrame algo más elevado, para que pueda experimentar esta conversión intrínseca y fundamental”.

Muchas veces llegué a ver cosas en las iglesias que no eran tan buenas. Sin embargo, jamás me atreví a corregir ni a intervenir en la situación, porque comprendía que cualquier corrección o intervención externa no significa nada. Lo más precioso es experimentar una conversión interna. Debemos olvidarnos de nuestra vieja persona, que es nuestro yo, y volvernos a nuestra nueva persona, que es Cristo. Si tomamos a esta nueva persona como nuestra vida, veremos el resultado. Tendremos el fluir de vida. Tomar a Cristo como nuestra vida libera el fluir de vida. Más adelante, veremos que la transformación viene como resultado de este fluir de vida. Trozos de barro son transformados en piedras preciosas. Pero esto no se debe a ninguna acción externa. Le doy gracias a Dios porque nos hemos vuelto de Babilonia a Jerusalén; sin embargo, todos necesitamos experimentar una conversión intrínseca y fundamental en la que somos trasladados de nuestra vieja persona a la nueva persona. Esto es la vida. La vida no es conocimiento ni dones, ni poder. La vida es una persona maravillosa, única y fuerte.

TENER CONTACTO PERSONAL

Puesto que la vida es tal persona, debemos contactar al Señor. Él no es una enseñanza que aprendemos, ni tampoco cierta fe en la cual creemos. La vida es una persona viva que contactamos y con la cual nos relacionamos. Si yo vivo con cierto hermano, debo relacionarme continuamente con él como una persona viva. Incluso si no está en casa, todavía necesito llamarlo frecuentemente; de lo contrario, no podría decir que lo conozco muy bien. Es posible que yo sepa mucho acerca de él, pero todo lo que sé no significa nada. Para conocerlo verdaderamente como una persona, debo contactarlo continuamente. No podría decir que, puesto que lo he conocido por veinte años, ya no tengo necesidad de contactarlo. De ser así, perdería su presencia. Así que, continuamente necesito tener contacto personal con él.

Debido a que Jesús, quien es nuestra vida, es una persona, debemos contactarlo. No les digan a los demás que han conocido a Jesús por veinte años. Eso no significa mucho. Es posible que usted haya conocido a Jesús por más de veinte años y hoy pierda Su presencia. Por otra parte, quizás yo haya conocido al Señor por sólo cinco minutos, pero esté en Su presencia. Por tanto, yo lo experimento y usted no. Debemos olvidarnos del conocimiento y de nuestras experiencias pasadas. Incluso debemos olvidarnos de que todo lo que sabemos de Jesús. Ello no significa mucho. Necesitamos la presencia de Jesús ahora; necesitamos Su presencia en este momento y cada día. Necesitamos tener la persona del Señor de manera presente continuamente, por mucho que lo hayamos conocido y experimentado en el pasado. Necesitamos contactar a Cristo de una manera nueva todo el día y a cada momento. Él es una persona viva que está en nosotros y, por tanto, debemos contactarlo. Debemos decirle: “¡Señor Jesús, te amo! ¡Oh, Señor Jesús, te amo! Me aborrezco y me rechazo a mí mismo. Me rechazo a mí mismo para tomarte como mi vida, a cada momento y cada día”.

Así pues, vemos que la vida no es conocimiento, dones ni poder. Aprecio estas cosas al grado que corresponde, pero puedo decirles basado en mis experiencias que nada, aparte de la vida, puede edificar la iglesia. Y esta vida es simplemente Cristo, la persona única y viviente. Cuando lo tomamos como nuestra vida, nos encontramos en el proceso de ser edificados. ¡Alabado sea el Señor! Eso es todo lo que necesitamos.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top