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Iglesia como el Cuerpo de Cristo, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4182-0
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CAPÍTULO CUATRO

LA IGLESIA ES COLUMNA
Y FUNDAMENTO DE LA VERDAD
PARA EXPRESAR
LA IMAGEN Y LA AUTORIDAD DE DIOS

Lectura bíblica: 1 Ti. 3:15-16; Ef. 4:24; 2:21; Col. 3:10

La autoridad que Dios le confió al hombre en Su creación en Génesis 1 se manifiesta por medio de la iglesia en el Evangelio de Mateo; y la imagen que Dios le dio al hombre en Su creación se expresa por medio de la iglesia en el libro de Efesios. Esto muestra que la autoridad y la imagen se manifiestan en la iglesia. Tanto la imagen como la autoridad de Dios se expresan por medio de la iglesia. Nunca debemos pensar que un individuo o un pequeño grupo de personas pueda expresar la imagen o la autoridad divina; Dios necesita a la iglesia para poder expresar Su autoridad, y también necesita a la iglesia para expresar Su imagen.

LA CASA DEL DIOS VIVIENTE

En 1 Timoteo 3:15-16 se usa una expresión muy particular, la cual nos ayuda a conocer la iglesia: “Para que sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad. [Y] [...] grande es el misterio de la piedad: Él fue manifestado en la carne”. Estos versículos se refieren a la iglesia como una casa. En chino, en español y en griego, la palabra casa se refiere a una morada y también puede referirse a los miembros de una familia. Aunque la palabra casa que aparece en 1 Timoteo 3 tiene estos dos significados, el énfasis recae en el segundo, porque en términos espirituales, la casa en la cual Dios mora es Su familia.

Cuando la Biblia habla de la Nueva Jerusalén, se refiere a un grupo de personas; Dios mora en la Nueva Jerusalén, y los doce apóstoles son las doce piedras de fundamento de la Nueva Jerusalén. En la era de la iglesia, la iglesia es la casa de Dios; pero en la era venidera en la eternidad cuando el propósito de Dios se cumpla plenamente, la Nueva Jerusalén será una ciudad agrandada. La casa mencionada en 1 Timoteo 3:15 es el templo que se menciona en Efesios 2:21. Este templo será agrandado en el futuro hasta convertirse en una ciudad eterna. Por lo tanto, ya sea que hablemos de la casa, del templo o de la ciudad eterna, la morada de Dios denota un grupo de personas, y dicho grupo de personas llega a ser el lugar donde Dios mora.

En 1 Timoteo 3:15-16 se nos dice que la iglesia es una casa de misterio, es la casa del Dios viviente. Aquí la frase el Dios viviente indica que Dios realiza una obra particular. Él no es un Dios objetivo, sino un Dios subjetivo. Él mora y vive en esta casa; Él no es ni un Dios muerto ni una doctrina muerta. El Dios viviente que vive en la iglesia, la casa de misterio, es un Dios viviente y subjetivo; Él no es un Dios doctrinal y objetivo. Él se mueve y opera en nuestro interior. En condiciones normales, la iglesia es el lugar donde Dios vive y actúa.

COLUMNA Y FUNDAMENTO DE LA VERDAD

La casa del Dios viviente es también la columna y fundamento de la verdad. Debemos entender debidamente lo que esto significa. El entendimiento de que Dios ha confiado a la iglesia toda la verdad para que ella la propague y defienda es demasiado objetivo, y no toca el pensamiento del Espíritu Santo. Debemos entender a qué se refiere la palabra verdad cuando decimos que el Dios viviente vive en la iglesia, la cual es columna y fundamento de la verdad. La verdad y la doctrina tienen un significado diferente. Juan 1:1 dice: “En el principio era el Verbo”. El término Verbo en la Versión Unión china se puede entender como doctrina, pero el Verbo es la expresión de Dios; el Verbo es Dios mismo. El Verbo es Dios mismo expresado, ¡esto es maravilloso! Cuando hablamos de la doctrina, el énfasis es la enseñanza, no Dios; pero cuando hablamos del Verbo, el énfasis es Dios mismo. La palabra verdad en 1 Timoteo 3 es Dios manifestado. Juan 1:17 dice que la verdad, la realidad, vino por medio de Jesucristo, y en 14:6 el Señor dijo que Él mismo era la verdad, la realidad. Por lo tanto, el Verbo es la manifestación de Dios; la verdad es Dios manifestado, la realidad manifestada por medio de la Palabra. El Verbo hace manifiesto algo concreto, algo que nosotros podemos recibir, y ello es Dios mismo, quien es la verdad.

En 1 Timoteo 3:15 la palabra verdad no se refiere a ninguna doctrina o teoría; más bien, se refiere a la realidad de la manifestación de Dios, al Dios manifestado. Así como el Dios que el hombre recibe es la gracia, el Dios que se manifiesta al hombre y que éste percibe, es la verdad, la realidad. Por consiguiente, el hecho de que la iglesia sea columna y fundamento de la verdad no significa que la iglesia contenga un sinnúmero de doctrinas, sino que ella provee sostén a Dios mismo como verdad. Dios reposa sobre la iglesia.

Todo edificio es sostenido por columnas. Este gran salón de reuniones está sostenido por columnas, o también podemos decir que descansa sobre las columnas. Un techo grande necesita ser sostenido por columnas para poder resistir la prueba de las tormentas e incluso de los terremotos. De la misma manera, Dios es grande y de mucho peso; sin embargo, Él descansa sobre la iglesia. La iglesia es la columna y el fundamento de la verdad. Si bien la cobertura de la iglesia es muy grande y pesada, la columna es más bien delgada y pequeña; ésta es la verdadera condición de lo que la iglesia es para Dios.

El peso y la grandeza de Dios son infinitos y escapan completamente nuestra imaginación; no obstante, es maravilloso saber que este Dios infinito descansa sobre la iglesia. El Dios que descansa sobre la iglesia es la verdad. Todas las cosas del universo pasarán, porque no son reales. Únicamente Dios es real. Dios mismo continuará existiendo aunque los cielos y la tierra desaparezcan. Todas las cosas son falsas, vanas y vacías; únicamente Dios es real. El edificio en el que estamos reunidos hoy tal vez no exista mañana debido a que no es real. En el universo solamente Dios es real. Todo lo demás puede cambiar, pero sólo Dios existe y permanece sin cambiar por los siglos de los siglos. Él es verdadero y real. La verdad es Dios quien se ha manifestado al hombre para que éste le toque, y esta verdad descansa sobre la iglesia. El testimonio que la iglesia porta no son doctrinas que la iglesia predica y enseña, sino que más bien es el Dios que reposa sobre la iglesia.

La iglesia todavía puede predicar la Palabra mientras está en una condición anormal. Sin embargo, las personas recibirán únicamente doctrina y no a Dios. La historia nos muestra que cuanto más anormal es la condición de la iglesia, más doctrinas tiene; cuando la iglesia está en confusión, es cuando más doctrinas tiene. Cuando la iglesia es normal, las personas pueden percibir la verdad, no la doctrina; ellas entran en contacto con Dios mismo. Si una persona escucha únicamente la doctrina en una localidad, dicha iglesia se ha desviado de la meta. Mientras sólo se tengan doctrinas, habrá opiniones; nosotros quienes servimos al Señor no debemos discutir con otros acerca de doctrinas. Discutir con otros acerca de doctrinas indica que nuestra condición delante del Señor no es apropiada. Dios no le da doctrinas a la iglesia; en lugar de ello, Él se da a Sí mismo a la iglesia como el Viviente y el Verdadero. Si la iglesia se encuentra en una condición normal, en el momento en que las personas tengan contacto con la iglesia, tocarán la verdad, a Dios mismo. En condiciones normales, lo que una persona notará al tener contacto con los santos no es que ellos entienden claramente las doctrinas, sino que Dios está en medio de ellos. Por consiguiente, se sentirá inspirada a adorar a Dios, e inclinará la cabeza, diciendo: “Dios, te alabo”. Ésta es la iglesia como columna y fundamento de la verdad; ésta es la manifestación de la iglesia al sostener a Dios delante de los hombres.

Dios es abstracto para el hombre debido a que es Espíritu. Él es abstracto, al igual que las ondas radiales. Sin embargo, la iglesia como columna es la expresión concreta del Dios abstracto. En el universo a Dios ciertamente se le puede encontrar en la iglesia. Dios está en la iglesia; Dios descansa sobre la iglesia como Su expresión. La iglesia es Dios expresado en el universo; las personas tienen la realidad únicamente cuando tocan a la iglesia.

Pablo dijo que la iglesia no sólo era la columna de la verdad, sino también el fundamento de la verdad. La porción superior de un edificio es sostenido por columnas, pero debajo del edificio se encuentra el cimiento, que es el fundamento. La iglesia no es simplemente la columna que sostiene a Dios, sino también el fundamento sobre el cual Dios se coloca y se edifica. La iglesia es el fundamento, el cimiento, la base, sobre la cual Dios puede colocarse por completo. En un edificio el fundamento es lo que sostiene a las columnas, y las columnas a su vez sostienen toda la estructura; esto es lo que la iglesia es para Dios. Espero que todos veamos que la iglesia es la columna sobre la cual Dios descansa y el fundamento sobre el cual Dios se coloca. Éste es el misterio de la piedad, Dios manifestado en la carne.


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