Visión la práctica y la edificación de la iglesia como cuerpo de Cristo, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7643-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El tercer punto hallado en Efesios 4 consiste en que los miembros dotados no edifican la iglesia de manera directa; más bien, ellos perfeccionan a los santos para la edificación de la iglesia. Podríamos pensar que sabemos cómo obrar, pero es posible que no sepamos cómo perfeccionar a los santos. Parece que sabemos cómo predicar el evangelio y podría ser fácil enseñar la Biblia, pero como evangelistas y maestros es posible que no sepamos perfeccionar a los demás. He visto a una persona dotada obrar en un mismo lugar durante treinta años, sin que tan siquiera una sola persona haya sido perfeccionada por él. Por treinta años no se produjo ni tan solo un colaborador o anciano joven. Ese único hermano sencillamente servía a manera de “pastor”, sin saber cómo perfeccionar a otros.
Las personas dotadas deben establecer algunos ancianos y perfeccionarlos. Es posible que un hermano sea buena “materia prima” para ser un anciano, pero se necesita efectuar cierta clase de obra sobre esta materia prima para perfeccionarlo con miras a que llegue a ser un anciano. A fin de obrar como personas dotadas, tenemos que aprender a perfeccionar a otros. Si una persona dotada se percata de que cierto hermano es buen material para ser un diácono, él debe perfeccionarlo, tal como un carpintero obra sobre su material para perfeccionarlo con miras a que sea un mueble. Sin embargo, no son muchas las personas dotadas que obran de esta manera actualmente. Es por esto que un grupo podría reunirse durante quince años bajo un solo obrero sin que se produzca tan solo una persona útil. Esto está mal. Consideremos la historia del apóstol Pablo. Cuanto más obraba, más jóvenes eran producidos como sus colaboradores, y más ancianos y diáconos locales eran establecidos, adiestrados y perfeccionados.
Es posible que un hermano sea enviado por el Señor para obrar en cierto lugar. No obstante, después de dos o tres años quizás sólo haya un grupo de personas que se reúne alrededor de él. Podría decir que ha conducido personas a que se reúnan alrededor del Señor Jesús, pero en realidad se reúnen alrededor de él. También es posible que ningún anciano, diácono o diaconisa haya sido producido. Finalmente, esto causará una división, debido a que cuanto más el hermano obra allí, más la obra se desvía del perfeccionamiento de los santos y la edificación del Cuerpo, y toma como objetivo su propia obra. En tal caso, esa asamblea no será una iglesia apropiada. Será meramente la obra de aquel hermano. Esto podría parecer claro ahora, pero luego que un hermano obra por dos años, quizás ya no esté claro respecto a esto. Siempre podría haber la excusa o el pretexto de que no se puede confiar en los santos. Debido a que ellos no saben cómo llevar a cabo ciertas cosas, podría sentir que él las tiene que hacer. Él no será capaz de poner los asuntos en las manos de ellos porque temerá que los dañen. Por ende, él conservará todo en su mano al pensar que sólo él es la persona correcta. En un sentido, podría hacer esto con un buen motivo, pero él está equivocado de todas formas.
Debemos permitir que los hermanos lleven algo a cabo. Si lo hacen de forma equivocada, aprenderán las lecciones pertinentes. Si alguien tiene un niño pequeño, no debería decirle: “No sabes caminar. Ya que no puedes caminar tan bien como yo, voy a caminar por ti”. Más bien, él sencillamente debería permitir que el niño camine. Sacrificamos muchas cosas por causa de nuestros hijos. Los hijos rompen cosas y cometen errores todo el tiempo. Sin embargo, vale la pena permitir que ellos hagan las cosas porque les permite practicar. De la misma manera, deberíamos estar dispuestos a sacrificar cosas en la vida de iglesia. Tenemos que considerar la iglesia como una familia con personas de todo tipo: personas viejas, personas jóvenes, personas infantiles, algunas más fuertes y otras más débiles. La iglesia no es una universidad donde haya una norma elevada singular. Si alguna persona no llega a la norma de una universidad, ésta no la recibirá. No somos una “iglesia universitaria”. Si llegamos a ser una “iglesia universitaria”, seremos la secta más estricta.
Algunos podrían decir que si todos los miembros ejercen su función, la iglesia será un gran desorden. Los hogares con niños frecuentemente son un desorden. Cuantos más hijos tengamos, mayor es el desorden. Esto no es algo malo, sino bueno. Es posible que un hermano vaya a obrar en algún lugar por dos años. Cuando visitamos tal sitio, podríamos ver un desorden, pero diríamos: “¡Alabado sea el Señor!”. Esto quiere decir que en ese lugar hay mucha práctica y aprendizaje, y que el hermano que obra allí sabe cómo establecer y perfeccionar a los santos. Después de cinco años él tendrá la paz para salir de ese lugar, debido a que una iglesia local habrá sido edificada allí. Ésta es la manera correcta.
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