Información del libro

Misterio de Dios y el misterio de Cristo, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-2690-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 9 de 9 Sección 4 de 4

NOS RELACIONAMOS UNOS CON OTROS
AL SER TRANSFORMADOS

La medida en que nos relacionamos con otros miembros no sólo demuestra cuánto hemos sido edificados, sino también es una prueba respecto a cuánto hemos sido transformados, ya que cuanto más somos transformados, más nos unimos y nos relacionamos con otros. Por ejemplo, supongamos que un hermano estadounidense y un hermano chino son puestos juntos. En el hombre natural es imposible que estos dos hermanos se relacionen entre sí. Después de un día de estar juntos, el hermano estadounidense no podrá soportar al hermano chino, y el hermano chino no podrá soportar al hermano estadounidense. ¿Cómo podrán entonces estos dos hermanos relacionarse entre sí para ser uno? Usted quizá responda: “En Cristo”. Sí, pero estos dos hermanos ya están en Cristo. Los dos están en Cristo, pero uno está en Cristo con una mentalidad china y el otro está en Cristo con una mentalidad estadounidense. Así que, la única manera en que estos dos hermanos pueden relacionarse entre sí para ser uno, consiste en que sean transformados. La mente de ambos debe ser transformada. Cuanto más sean transformados mutuamente estos hermanos, más unidos estarán. Mediante la transformación, estos dos hermanos crecerán juntos. A veces vemos que un hermano es muy peculiar. Les digo que nunca podremos relacionarnos con otros mientras seamos peculiares. A fin de relacionarnos con otros, tenemos que ser hermanos y hermanas normales, esto es, normales al grado en que no haya nada especial acerca de nosotros. ¿Cómo podemos llegar a ser tales cristianos normales? La única manera es que seamos transformados.

TRANSFORMADOS AL SER RENOVADOS

¿Cómo entonces podemos ser transformados? Somos transformados al ser renovados. Lo que primero debe ser renovado es nuestra mente. La mente es la parte que más causa problemas. Además, también tienen que ser renovadas nuestra parte emotiva y nuestra voluntad. Si yo permanezco en mis emociones naturales, usted considerará que soy muy peculiar, y después de algún tiempo ya no seré capaz de seguir adelante con los hermanos. En ocasiones estamos juntos con un hermano muy querido, pero no nos atrevemos a confiar en él porque nos damos cuenta de que sigue siendo muy natural en su parte emotiva. Él es bondadoso, dócil, agradable, e incluso muy querido, pero su parte emotiva aún no ha sido transformada. Así que, necesitamos ser transformados mediante la renovación de nuestra mente, parte emotiva y voluntad.

RENOVADOS AL BEBER DEL ESPÍRITU SANTO

Sólo existe una cosa que perdura; lo único que perdura, incluso por la eternidad, es el Espíritu. En China hay un grupo de colaboradores que han estado trabajando juntos por más de treinta años. Por treinta años hemos estado relacionados, especialmente con el hermano Watchman Nee. La razón por la que hemos podido permanecer relacionados y trabajar juntos tan estrechamente por más de treinta años, se debe a que hemos aprendido a no seguir nuestra mente, parte emotiva ni nuestra voluntad. Sólo seguimos al Espíritu. A lo largo de los años hemos estado aprendiendo a ser transformados. Si no fuera por la gracia del Señor, ya me habría separado de estos colaboradores desde hace muchos años. A través de los años se han presentado problemas, dificultades y tiempos muy difíciles, pero nuestra relación se ha conservado porque hemos aprendido a seguir al Espíritu. Muchas veces, mientras estábamos juntos, con lágrimas cada uno le ha dicho al Señor: “Señor, tengo que seguirte a Ti. Simplemente tengo que obedecer. Estoy sufriendo en mi parte emotiva y en mi voluntad; sin embargo, tengo que seguirte en el Espíritu”. Usted y yo nunca podríamos relacionarnos uno con el otro basados sólo en la mente, parte emotiva y en la voluntad; sólo podemos relacionarnos unos con otros en el Espíritu. El Espíritu debe gobernar y regir la mente, la parte emotiva y la voluntad; es decir, que nuestra mente, parte emotiva y voluntad deben estar sometidas bajo el control del Espíritu. Cuando no estoy contento con otro querido colaborador, ¿qué debo hacer? ¿Debo obedecer mis emociones? No, no debo hacer eso; más bien, debo someter mis emociones bajo el control del Espíritu, de modo que el Espíritu llegue a ser el espíritu de mi parte emotiva, el espíritu que rige mis emociones, el espíritu que gobierna mi parte emotiva. Entonces seré transformado mediante la renovación de mi parte emotiva. Mis emociones llegarán a ser espirituales; llegarán a ser emociones sometidas bajo el control del Espíritu. Repito, lo único que perdura es el Espíritu. Deben creerme. Nuestra amistad debe efectuarse en el Espíritu para que así pueda durar por toda la eternidad. Si nuestra amistad sólo se lleva a cabo en las emociones, entonces no durará. Debemos relacionarnos unos con otros en el Espíritu. Así que, tenemos que ser transformados por el Espíritu Santo mediante la renovación de todo nuestro ser.

La manera de ser transformados mediante la renovación de nuestra mente, parte emotiva y voluntad, es al beber del Espíritu. La experiencia que tenemos del Espíritu consta de dos aspectos (1 Co. 12:13). El primer aspecto es ser bautizados en el Espíritu, al igual que fuimos bautizado en agua. Y el segundo aspecto es beber del Espíritu. Ser bautizados en el Espíritu es algo externo, mientras que beber del Espíritu es algo interno. Cuando bebemos un vaso de leche, ésta satura todo nuestro ser; de la misma manera, cuando bebemos del Espíritu, el Espíritu nos satura. ¿Qué significa ser saturados? Simplemente significa ser transformados. Así que, debemos beber del Espíritu Santo día a día, de modo que Él sature todo nuestro ser y, así, él transformará todo nuestro ser.

Esta saturación del Espíritu nos mantendrá relacionados unos con otros, y cuanto más seamos saturados del Espíritu, más relacionados estaremos unos con otros. Como resultado de ello, será hecha real para nosotros la vida del Cuerpo, la vida de iglesia. Esto no es meramente cierta clase de doctrina o enseñanza. Todos necesitamos ver algo en cuanto a la verdadera vida del Cuerpo y en cuanto a nuestra necesidad de ser transformados mediante la renovación del hombre natural efectuada por el Espíritu Santo, del cual bebemos día a día. A fin de experimentar la verdadera vida del Cuerpo, tenemos que ser bautizados por el Espíritu Santo y beber del único Espíritu. Cuanto más bebamos del Espíritu, más seremos saturados de Él y transformados por Él; y cuanto más seamos transformados por Él, más estaremos relacionados con los demás hermanos y experimentaremos la verdadera vida del Cuerpo de Cristo.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top