Nuestro espíritu humanopor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-259-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Es lo mismo con la emoción. No piense que el Señor exige que renuncie el órgano, la facultad, de su emoción. El Señor requiere que usted renuncie la vida de la emoción, pero tiene que ejercitar la emoción más y más. Si usted ama al Señor y en realidad está lleno del Espíritu del Señor, será muy emocional. Un hombre que no es emocional nunca puede ser espiritual. Una persona espiritual es una persona bien emocional. Si usted nunca sabe cómo amar, si nunca sabe cómo llorar, si nunca sabe cómo estar alegre y si nunca sabe cómo sentir lástima, temo que no es cristiano.
La persona más espiritual es la más emocional, pero su emoción está bajo el control del espíritu. El Apóstol Pablo era muy emocional. El nos dice que a veces lloró con lágrimas (Fil. 3:18; Hch. 20:19, 31). El era muy tierno en sentimiento, en amor, en misericordia y en compasión. El era tierno, pero no era emocional naturalmente. Su emoción era una emoción espiritual bajo el control del espíritu.
Una persona espiritual, por un lado, es muy agudo en la mente y emoción y por otro, tan fuerte en la voluntad. Ninguna persona espiritual es como una medusa, sin espinazo. Las personas naturalmente emotivas son como medusas. Todas las personas emocionales espiritualmente son muy tiernas en sus emociones y fuertes en la voluntad. Mientras más este usted en el espíritu, más fuerte será en la voluntad.
Una persona espiritual es una que es muy penetrante en el entendimiento, muy emocional en su amor y afección y muy fuerte en su voluntad. Las facultades del alma son órganos usados por el Espíritu para expresar al Señor. El Señor es tan sabio y lleno de pensamiento (Sal. 139:17-18a). Una persona espiritual no es una persona que no piensa. Mientras más espiritual es usted, más pensativo es en el espíritu. Puedo testificar que mientras más estoy en el espíritu, más rico soy en pensamiento. Pero cada vez que estoy en el yo, soy pobre en pensamiento.
Debemos comprender, por lo tanto, que no son la mente, emoción y voluntad las que tienen que ser destruidas. Es la vida del alma la que debemos renunciar. A esta vida natural, la vida del alma, ya se le ha dado muerte en la cruz (Gá. 2:20; Ro. 6:6). Ahora usted tiene que tomar a Cristo, su Esposo (2 Co. 11:2), como su vida. Usted debe tomar la vida divina como su vida, pero las facultades del alma todavía permanecen como órganos para ser usadas por su espíritu a fin de expresar al Señor mismo.
Puede ser que dos hermanos sean muy pensativos. Uno, sin embargo, es pensativo naturalmente, pero el otro es pensativo espiritualmente. Con el primer hermano, no sentimos nada del Señor. Pero con el otro hermano, cada vez que él habla, sentimos algo del espíritu, algo del Señor. Supongamos que estos dos hermanos están ministrando. Con un hermano no sentimos nada del Señor, pero el otro hermano es tan rico en su pensamiento, y a la vez tan fuerte, tan fresco en su espíritu. Mientras está expresando algo a través de su pensamiento, nos damos cuenta de las riquezas y la frescura del Señor. Un hermano es una persona sólo en la mente, mientras que el otro está en el espíritu a través de la mente. Con el primero, la fuente es la mentalidad. Con el segundo, la fuente no es la mentalidad, sino el Señor en el espíritu. Algo sale del Señor, en el espíritu a través de la mente.
Romanos 8:6 dice: “Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el espíritu es vida y paz” (lit.). Nuestra mente es una parte del alma. Podría estar con la carne y llegar a ser una mente de la carne, o con el espíritu y llegar a ser la mente del espíritu. Esto significa que la mente será usada por el espíritu, bajo el control del espíritu y dirigida por el espíritu. Esta es la mente del espíritu. La mente no es la vida del alma, sino una de las facultades del alma para ser usada, controlada y dirigida por el espíritu.
Debemos aprender la lección de negar a la mente, la emoción y la voluntad naturales y de ponerlas bajo el control del espíritu. Negamos la vida del alma y tomamos al Señor como nuestra vida en el espíritu para que controle y dirija todas las partes del alma a fin de que puedan ser usadas para expresar al Señor mismo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.