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Estudio-vida de Juanpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3245-3
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Actualmente disponible en: Capítulo 19 de 51 Sección 3 de 3

B. La fuente del pecado: el diablo

El diablo es la fuente del pecado (8:44). El pecado es la naturaleza del diablo, y el pecado, que es la naturaleza del diablo, es una mentira. El pecado es una mentira, una falsedad. Todo lo que es pecaminoso no es real. El producto de la mentira es la muerte y las tinieblas. La muerte y las tinieblas como son falsedades, se oponen a la realidad. Puesto que el diablo es el padre de los mentirosos, él es el origen del pecado. El divino elemento de Dios, que obra como vida y luz en el hombre, lo libra de la esclavitud del pecado. Pero el elemento maligno del diablo, que obra como pecado en el hombre por medio de la muerte y las tinieblas, hace del hombre un esclavo del pecado. La naturaleza del diablo es la mentira y produce muerte y tinieblas. En las tinieblas hay falsedad, que es lo contrario de la verdad, la realidad.

Puesto que el diablo es el padre de los pecadores, éstos son hijos suyos (1 Jn. 3:10). Los pecadores son los seguidores del diablo. Así que, en 1 Juan 3:10 tenemos la expresión los hijos del diablo. Debido a que el diablo es el padre de los pecadores, éstos son “los hijos del diablo”. El diablo es la serpiente antigua (Ap. 12:9; 20:2), y los pecadores también son serpientes, una cría de víboras (Mt. 23:33; 3:7). Por lo tanto, ellos necesitan que el Señor sea levantado en la cruz, en la forma de la serpiente, por el bien de ellos (Jn. 3:14).

C. Los esclavos del pecado

Todo aquel que comete pecado, esclavo es del pecado (8:34). Un esclavo se encuentra siempre bajo cierta atadura. Satanás, el diablo, ha subyugado a toda la humanidad al cautiverio del pecado, impartiéndose en el hombre como la naturaleza pecaminosa que obliga al hombre a pecar. Es imposible que alguien pueda liberarse de tal esclavitud.

D. El resultado del pecado: la muerte

El resultado del pecado es la muerte (8:24, 51-52). En el versículo 24 el Señor dijo: “Si no creéis que Yo Soy, en vuestros pecados moriréis”. La muerte entró por medio del pecado. “La muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Ro. 5:12). Mientras alguien haya pecado, está destinado para muerte. Así que, el resultado del pecado es la muerte.

E. Las categorías principales del pecado

Las tres categorías principales del pecado son: el adulterio o la fornicación, el homicidio, y las mentiras (Jn. 8:3, 41, 44). Estos son los aspectos más malignos del pecado. Pensemos en esto, ¿podremos hallar otro aspecto del pecado que sea tan maligno como el adulterio, el asesinato o la mentira? Nada es tan pecaminoso como estos tres aspectos, los cuales representan todo lo relacionado con el pecado. Todas las cosas pecaminosas están incluidas en estas tres categorías. El adulterio, o la fornicación, significa confusión. Cualquier cosa que confunde a la humanidad es un tipo de adulterio o fornicación. El homicidio es matar y mentir es engañar. Todo lo que es pecaminoso o confunde, o mata o engaña a la gente.

III. ¿CÓMO SE PUEDE RESOLVER
EL PROBLEMA DEL PECADO?

A. Un solo hombre está libre de pecado

Este capítulo, por el lado positivo, revela algo más porque nos muestra la manera en que podemos ser libertados del pecado. Primeramente, este capítulo revela al único que no es pecador. En todo el universo ¿quién es el único que no tiene pecado? Solamente el Señor Jesús no tiene pecado (8:7, 9).

B. Sólo Jesús el hombre está calificado
para condenar a los pecadores,
pero Él no lo quiere hacer

¿Quién está calificado para condenar al hombre? ¿Quién tiene esta posición? Sólo Aquel que no tiene pecado. El único que está calificado y que tiene la posición para condenar al hombre es el Señor Jesús mismo, porque Él no tiene ninguna mancha de pecado. Pero aunque Él está calificado para condenarle, Él no está dispuesto a hacerlo.

C. Levantado en la cruz
por causa del pecado del hombre

El Señor Jesús fue levantado en la cruz por causa del pecado del hombre (8:28). El pecado es la corporificación de la serpiente, y el pecado de los pecadores es el veneno de ésta. Por causa de la redención, el Señor Jesús tuvo que ser el Cordero de Dios; pero para juzgar la naturaleza serpentina, el Señor Jesús tuvo que ser levantado en forma de serpiente. Para juzgar la naturaleza pecaminosa y serpentina de la humanidad, Él tuvo que ser levantado en la cruz en la forma de una serpiente.

D. Calificado para perdonar el pecado del hombre y capacitado para libertarlo
de la esclavitud del pecado

El Señor está calificado para perdonar el pecado del hombre y es capaz de libertarlo de la esclavitud del pecado (8:32-34). El Señor no sólo nos da la vida, sino que también Él entra en nosotros para ser nuestra vida misma. La sutileza de Satanás no fue sólo para inducirnos a hacer algo malo, sino que le sirvió para inyectarse en nosotros. Así que, el pecado ya no es meramente algo objetivo, o una maldad externa, sino que es la naturaleza subjetiva misma de nuestro ser. Ya no está fuera de nosotros, sino adentro. Incluso llegó a ser nuestro yo; está en nuestra naturaleza. Por lo tanto, todo lo que esté fuera de nuestra naturaleza, no puede ayudarnos a vencer el pecado que está en ella. Necesitamos que otra vida entre en nosotros. En la historia humana existe una sola Persona que es capaz de entrar en nosotros y ser nuestra vida para hacer frente a la naturaleza serpentina que mora en nuestro interior. Ni Confucio ni Platón pueden hacer eso. El único que puede hacerlo es Jehová, el gran Yo Soy. Sólo Él puede entrar en nosotros como vida para contrarrestar la naturaleza serpentina que mora en nuestro ser. Nuestra esclavitud no es un asunto externo, sino que es interno y está en nuestra naturaleza. Necesitamos otra vida, una vida más fuerte, más rica y más elevada, que nos libere de esta esclavitud. Sólo Él Señor puede ser tal vida, y Él verdaderamente lo es, porque Él es la vida divina. La vida divina es más alta que la vida humana; y es también superior a la vida satánica. Cuando esta vida divina entra en nosotros, derrota la vida y naturaleza serpentinas.

E. Es capaz de salvar al hombre
del resultado del pecado: la muerte

El Señor es capaz de salvar al hombre del resultado del pecado, que es la muerte (8:24, 51-52). Una vez que el pecado ha sido juzgado, espontáneamente el resultado del pecado también será eliminado. La religión que se basa en la ley es incapaz de hacer esto, porque pertenece al árbol del conocimiento, el cual da por resultado la muerte (Gn. 2:17). El Señor Jesús es el árbol de la vida que produce vida (v. 9). En principio, salvar al hombre del resultado del pecado es convertir la muerte en vida.


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