Estudio-vida de Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo y Malaquíaspor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6252-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En este mensaje consideraremos Oseas 9 y 10, donde se presentan los asuntos de la idolatría de Israel en contra de Jehová y los castigos que Jehová inflige a Israel.
La idolatría de Israel en contra de Jehová era como las prostituciones de una esposa en contra de su marido (1:2; 2:13; 3:1). El pensamiento de Oseas aquí es muy profundo, pues implica la unión orgánica de Dios con Su pueblo. Sin embargo, la situación en que se encontraba la esposa era extremadamente horrenda.
Se le dice a Israel que no se regocije, pues se prostituyó apartándose de su Dios. Ella había amado el pago, como una ramera, en todas las eras de trigo, adorando ídolos sobre toda era (9:1). Las eras son los lugares donde la gente se ganaba el sustento. Por tanto, ellos adoraron a los ídolos en los lugares donde se ganaban el sustento.
El versículo 2 dice que la era de trigo y el lagar no habrían de sustentarlos y que el vino nuevo les fallaría. Todo cuanto hicieren no habría de bastarles para atender a sus necesidades. Ellos desearán tener vino para beber, pero no lo habrá.
Según el versículo 3, Israel no moraría en la tierra de Jehová; más bien, ellos regresarían a Egipto y en Asiria comerían lo inmundo.
Ellos no derramarían ofrendas de vino a Jehová ni sus sacrificios le serían gratos a Él. Sus sacrificios serían para ellos como pan de duelo, el pan que come una familia que ha perdido a un familiar. Todos los que coman de tales sacrificios serán inmundos, pues su pan será para ellos mismos y no entrarán en la casa de Jehová (v. 4). Ellos carecían del verdadero disfrute y lo que ellos ofrecían nominalmente a Dios no era para Él, sino para ellos mismos.
El versículo 5 indica que ellos no participarían del día de asamblea ni del día de la fiesta de Jehová. A ellos no les importaba la fiesta de Jehová, sino únicamente sus propias necesidades, su propio disfrute y sus propios placeres.
Ellos huirían de la destrucción, del mal que venía sobre ellos. Pero Egipto los recogería, y Mof (probablemente Menfis, una ciudad egipcia cercana al Nilo) los enterraría. En cuanto a sus cosas deseables de plata (ídolos), la ortiga se los quitará, y habrá cardos en sus tiendas (v. 6). Por un lado, este cuadro describe el castigo que sufrirán; por otro, retrata cuán pecaminosos eran. Ellos ni siquiera se preocupaban por sus alojamientos, sino que únicamente procuraban los placeres pecaminosos.
El versículo 7 anuncia que los días de la visitación habían venido, que habían venido los días de la retribución. El profeta era un necio, y el hombre inspirado era un loco, a causa de la enormidad de la iniquidad de Israel así como por la inmensidad de su enemistad. En lugar de que hubiera amor y conmiseración entre el pueblo, había odio y enemistad. Ellos consideraban al hombre del espíritu, al hombre inspirado, como loco. Esto indica que a ellos no les importaban los intereses de Dios. Por el contrario, ellos pensaban que atender a los intereses de Dios era necedad.
El versículo 8a dice: “Centinela era Efraín, / junto con mi Dios”. Esto indica que en el pasado el reino norteño de Israel era bastante bueno.
A continuación, el versículo 8b dice: “En cuanto al profeta, la trampa de pajarero / está en todos sus caminos; / hay enemistad en la casa de su Dios”. Esto podría significar que los profetas se habían convertido en personas tan malvadas que dondequiera que iban eran una trampa para las personas. En el templo, los profetas suscitaban enemistad; ellos carecían de amor o conmiseración.
En el versículo 9 Oseas procede a decir respecto de Efraín: “Se han corrompido profundamente / como en los días de Gabaa; / Él se acordará de su iniquidad / y castigará sus pecados”. La corrupción de Efraín era tan grande que era comparable a la corrupción que existió en los días de Gabaa según se describe en Jueces 19:15-30. Debido a que Israel llegó a estar como aquellos en los días de Gabaa, Dios vendría a castigar sus pecados.
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