Estudio-vida de Génesispor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1420-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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La vida de Abel se caracterizó por el contacto que mantuvo con Dios conforme al camino fijado por Dios (Gn. 4:4). No diga que en tanto que usted tenga contacto con Dios todo está bien. ¿De qué manera tiene contacto con Dios: a su manera o a la manera de El? Existen tres pueblos que afirman tener contacto con Dios: los judíos, los musulmanes y los cristianos. Los judíos tienen contacto con Dios conforme a su propio camino. Conforme a Romanos 10:2-3, los judíos quieren establecer su propia justicia y no se someten a la justicia de Dios. Esto significa que ellos se relacionan con Dios conforme a su propia idea. Los musulmanes muestran aún más devoción en su propia manera de adorar a Dios. Si usted visita una mezquita musulmana, encontrará que los musulmanes se muestran bastante piadosos, y adoran a Dios postrándose. Muchos de los que se llaman cristianos, incluyendo a los católicos, llevan a cabo su servicio para Dios conforme a su propio concepto, y no por medio de la redención de Cristo ni en el Espíritu.
¿Cuál es el origen de la manera humana de tocar a Dios? La fuente es la conflictiva mente del hombre, la cual no puede producir más que conocimiento. Por consiguiente, los hombres tienen contacto con Dios por medio del conocimiento, y no por la vida. Sin embargo, Abel se relacionó con Dios de la manera que Dios deseaba. Como lo veremos en el mensaje siguiente, Caín, su hermano mayor, tenía contacto con Dios, pero según su propio camino. El camino de Dios es la vida; el camino de Caín fue el conocimiento. Todos debemos tener cuidado. Aunque usted diga que está entregado absolutamente a Dios, quizás lo esté según su propio camino. Usted se acerca a Dios de la manera que usted se inventa, y esa manera no es más que conocimiento. No siga ese camino. Debemos observar el ejemplo de Abel y relacionarnos con Dios desechando nuestros pensamientos, nuestras opiniones y nuestros conceptos; debemos decir: “Señor, me relaciono contigo según Tu camino. No te toco a Ti por mis pensamientos, conceptos o conocimiento. Señor, Tú eres mi camino”. Si hacemos eso, disfrutaremos a Dios como el árbol de la vida. Abel participó de Dios como el árbol de la vida. El comió verdaderamente del fruto de ese árbol.
Quizás usted desconozca los nombres de Set y Enós. Set y Enós fueron parte de la tercera y la cuarta generaciones de la humanidad respectivamente, aunque la Biblia los considera como una sola. Después de habérsele dado muerte a Abel, la línea de la vida parecía haber terminado. No obstante, Set y Enós fueron levantados para continuarla. Estas dos generaciones tienen una característica extraordinaria: empezaron a invocar el nombre del Señor (Gn. 4:26). No sólo oraron, sino que invocaron el nombre del Señor. Si usted lee el texto original del hebreo y del griego, verá que la palabra invocar significa gritar, y no solamente orar. Aunque todos los cristianos oran, pocos oran invocando. La mayoría oran calladamente, incluso en silencio. No obstante, la tercera y la cuarta generaciones de la humanidad aprendieron que para tocar a Dios, necesitaban clamar a El a gran voz e invocarle. No argumente diciendo que Dios no es sordo, que El puede oírnos de todos modos. Aun el Señor Jesús oró con un gran clamor en el huerto (He. 5:7). En la época de Set y Enós, los hombres aprendieron a orar a Dios invocándole. Si usted lo invoca, descubrirá que eso hace una gran diferencia. El apóstol Pablo dijo que el Señor es rico para con todos los que le invocan (Ro. 10:12). Si usted quiere disfrutar de las riquezas del Señor, debe invocar Su nombre.
Suponga que usted ayuda a un nuevo converso a tocar al Señor en oración. El ora: “Jesús, Tú eres el Hijo de Dios. Moriste por mí. Te tomo como mi Salvador. Gracias”. Aunque ésta es una buena oración, le resultaría mejor invocar al Señor a gran voz. Si él dice: “Oh Señor Jesús, gracias por morir por mí”, su espíritu será avivado y tocará al Señor de una manera viva.
Aunque la tercera y la cuarta generaciones de la humanidad descubrieron la manera de invocar el nombre del Señor, esta manera de invocarle se perdió gradualmente. Hoy en día, muchos cristianos la descuidan y hasta la menosprecian. Sin embargo, ningún cristiano puede evitar invocar el nombre del Señor. En los períodos de paz y de tranquilidad, usted puede guardar la compostura, y no estar dispuesto a quedar mal invocando al Señor. No obstante, en tiempo de dificultades, quizás después de un accidente automovilístico o en tiempo de enfermedad repentina, le invocará espontáneamente, diciendo: “Oh Señor”. No es necesario enseñar a otros a invocar al Señor. Un día lo invocarán. Cuando pasen por problemas, necesitarán invocar el nombre del Señor. Invocar el nombre del Señor consiste simplemente en disfrutarle y en comerle como el árbol de la vida.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.