Servicio neotestamentario, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7392-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-7392-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Ahora consideremos lo que hicieron los magos: ellos vieron a la estrella celestial y la siguieron, pero cometieron un gran error. Ellos recibieron la visión, pero poco después volvieron a su concepto humano y usaron su entendimiento natural. Ellos sabían que esta estrella representaba al Rey de los judíos; por tanto, dedujeron que tenían que ir a Jerusalén y preguntarle a aquellos que sabían acerca de esos asuntos. Como ya sabemos, el hecho de ir allá causó muchos problemas. Creo que si no se hubieran vuelto a su concepto natural, sino que hubieran mirado continuamente a la estrella en el cielo, la estrella habría ido delante de ellos todo el tiempo y los habría guiado directamente al lugar donde estaba Jesús. No debían haber ido a Jerusalén. Se habían equivocado por completo y causaron que muchas vidas pequeñas e inocentes se perdieran. Los líderes religiosos judíos tenían el conocimiento, y los magos tenían la visión. No obstante, los que recibieron la visión cometieron un gran error y, de no haber sido por la intervención divina, habrían causado la muerte del pequeño niño Jesús.
Cuando los magos llegaron a Jerusalén, Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él (Mt. 2:3). Herodes con razón, pero ¿por qué toda Jerusalén? ¿Acaso aquellos que estaban en Jerusalén no estaban a favor de Cristo? ¿Por qué estaba toda Jerusalén turbada debido al nacimiento de Aquel que esperaban? Así es la religión. Temo que muchas personas que aparentemente quieren que regrese el Señor, serán turbadas con Su venida.
Entonces Herodes convocó a los principales sacerdotes y a los escribas e inquirió de ellos dónde había de nacer el Cristo (v. 4). Los escribas eran aquellos entre el pueblo que eran los doctores en teología. Inmediatamente contestaron: “Belén”, y le citaron el libro correcto, el capítulo correcto y el versículo correcto. Le citaron Miqueas 5:2, pero ¿alguno de ellos fue a Belén? ¡Ni uno! Ellos se turbaron con la noticia, pero a nadie le importó ir a ver lo que había ocurrido.
Entonces, los magos dejaron Jerusalén, y: “He aquí la estrella que habían visto aparecer les guiaba [...] Y al ver la estrella, se regocijaron sobremanera con gran gozo” (Mt. 2:9-10). Cuando los magos entraron a la religión, perdieron la estrella; pero cuando dejaron la religión, la estrella se les apareció. No pudieron encontrar la dirección viva en Jerusalén. No recibieron la visión celestial en la religión; tuvieron que irse. Cuando dejaron Jerusalén, he aquí, la estrella los guió. En principio, pasa lo mismo hoy.
Miqueas 5:2 era los escritos santos, la Santa Escritura, y como tal, profetizaba que Jesús iba a nacer en Belén. Sin embargo, solamente con ese versículo no se podía encontrar a Jesús. Se podía saber en qué ciudad iba a nacer Jesús, pero no sabría en qué calle ni en qué casa. No creo que el cartero hoy podría entregar una carta dirigida a John Smith, Los Ángeles, California. Incluso si conocemos las Escrituras, aún necesitamos la estrella viva, instantánea y actualizada que nos guiaría a la misma calle y a la misma casa donde está Jesús. Quizás tengamos el conocimiento bíblico, pero aún necesitamos la dirección viva. Las Escrituras nunca podrán reemplazar eso. Es fácil acumular conocimiento bíblico, pero si hemos de seguir la dirección viva, es necesario vivir en una relación íntima con el Señor; es necesario ser uno con Él.
La Palabra dice que la estrella “les guiaba hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño” (Mt. 2:9). La estrella celestial guió los magos hasta el lugar exacto. Esto es todo lo que necesitamos. Creo que si no hubieran conocido Miqueas 5:2, y simplemente hubieran seguido la estrella, habrían podido llegar a ese lugar. ¿Cómo podemos encontrar a Cristo y servirle? No con el mero conocimiento bíblico, sino con la estrella viva. Ninguno de ellos encontró a Cristo solamente con el conocimiento bíblico; aquellos que siguieron la estrella celestial le encontraron y le adoraron.
¿Necesitamos conocer las Escrituras? Por supuesto que sí. Tal conocimiento nos ayuda, pero hay una condición: es indispensable tener la dirección instantánea y viva, la dirección en este mismo momento para guiarnos al lugar exacto donde está Jesús. Sin esta dirección viva, quizás conozcamos la Biblia, pero puede ser que no lleguemos al lugar donde está Jesús. La dirección viva es la que nos lleva a Jesús a fin de que le adoremos y le ofrezcamos nuestros presentes.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.