Manera ordenada por Dios de practicar la economía neotestamentaria, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-329-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En el Nuevo Testamento hay un solo ministerio, y un solo liderato dentro de ese ministerio. Aunque existe la verdad del liderato en el ministerio del Nuevo Testamento, el Señor no nombró oficialmente a nadie como líder. La primera parte de Hechos nos muestra que Pedro llevaba la dirección entre los apóstoles (comp. Hch. 1:15; 2:14). Sin embargo, el Señor Jesús no nombró a Pedro como líder oficial. El liderato era algo espontáneo conforme a la vida, conforme a la verdadera necesidad y conforme a la situación. Un liderato es formado por el crecimiento en vida y resulta de la necesidad. Si no hay necesidad, no ha de manifestarse un liderato. El ambiente forma y constituye el liderato.
Hay un solo liderato porque el ministerio es uno (Hch. 1:17, 25). Debido a que el ministerio es uno, nunca debe haber más que un liderato. Hay un solo liderato también porque Dios, el Señor y el Espíritu, todos son uno (Ef. 4:4-6). Puesto que hay un Dios, un Señor y un Espíritu, ¿cómo podría haber más de un liderato? El liderato único es para guardar la unidad del Espíritu para el Cuerpo de Cristo (Ef. 4:3). El cristianismo de hoy está dividido porque hay demasiados lideratos. Cada líder tiene un grupo que es la esfera de su liderato, y esa esfera resulta ser una división. Por eso, si el asunto del liderato no se aplica ni se considera correctamente, hará división.
El liderato es producido, fortalecido y también limitado, restringido, en la enseñanza de los apóstoles. En 1 Timoteo 1:3-4 Pablo mandó a Timoteo que se quedara en Efeso para cumplir cierta cosa con un propósito definido. Estaba allí para mandar a los disidentes que no enseñaran cosas diferentes a la economía de Dios en fe. El tenía que mandar a éstos que no enseñaran cosas diferentes a la enseñanza de los apóstoles, la cual trata de la economía neotestamentaria de Dios de impartir al Dios Triuno procesado en Su pueblo escogido y redimido a fin de que Cristo tenga un Cuerpo para expresarse y que el Dios Triuno tenga una expresión completa y eterna en la Nueva Jerusalén. Cualquier ministro que predica o enseña debe llevar a cabo tal ministerio. Si no, ese predicador o ese ministro debe ser limitado. Pablo tenía la autoridad de mandar a las personas que no enseñaran de manera diferente a la economía de Dios. Timoteo había de decir a todos esos disidentes que su manera de enseñar tenía que ser restringida y corregida. Primera de Timoteo nos muestra que existía cierto liderato que encargaba a la gente a enseñar lo correcto.
Podemos ver el liderato también en la enseñanza de los apóstoles en 2 Juan 9-11, donde Juan encarga a los creyentes a no recibir a los que se extravían de la enseñanza de Cristo. Extraviarse, o sea, ir más allá de la enseñanza de Cristo es ir más allá de la enseñanza de los apóstoles. Segunda de Juan 10-11 dice: “Si alguien viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Regocíjate! Porque el que le dice: ¡Regocíjate! participa en sus malas obras” (gr.). El mandamiento de Juan prohíbe que los creyentes reciban estas clases de ministros. Decirle a alguien “Regocíjate!” se usaba como saludo. Ni siquiera se les permitía a los creyentes saludar a aquellos que venían a ellos y que no traían la enseñanza de Cristo. Un mandato tan fuerte indica el liderato en el ministerio neotestamentario.
Pablo, en su obra en el ministerio neotestamentario, ejerció el liderato para corregir a los que enseñaban erróneamente, y Juan ejerció su liderato para encargar a los creyentes a no recibir a los que enseñaban herejía, lo cual no estaba de acuerdo con la enseñanza de los apóstoles. Los apóstoles que participaban en el ministerio de la economía neotestamentaria sí ejercían cierto liderato.
Un liderato tal como el que Pablo y Juan ejercían no era el liderato en organización. Los doce primeros apóstoles fueron nombrados por el Señor Jesús, pero no fueron organizados. El nombramiento por el Señor Jesús fue igual entre los doce. En el Nuevo Testamento no podemos ver una organización con miembros de una junta directiva, un presidente, un secretario y algunos funcionarios. Todas las denominaciones principales tienen miembros de una junta directiva y un presidente. La Iglesia Católica tiene al papa como la cabeza de su organización jerárquica. Pero el liderato en el ministerio neotestamentario no es el liderato en el sentido mundano de controlar a otros. En el recobro del Señor no tenemos miembros de una junta directiva con un director o presidente.
Además, este liderato no es el liderato en los hechos de los ministros, sino en su enseñanza para restringirles de ser divisivos. A veces en el Nuevo Testamento Pablo dijo a algunos de sus colaboradores que fueran a ciertos lugares (1 Co. 4:17) o que se quedaran en otros lugares (Tito 1:5). Pero hablando en términos básicos, el liderato no se ejerce sobre los hechos de los ministros. Nadie debe ejercer control sobre la obra del Señor. Si alguien tiene la carga de ir a Alaska, debe estar seguro de que eso es del Señor. Nadie controla el hecho de que él vaya o no se vaya, sin embargo, él necesita tener la seguridad de que su decisión es del Señor por medio de la comunión con el Señor y con el Cuerpo. No se ejerce restricción en los movimientos de los obreros, pero si alguien se levanta a enseñar algo más allá de la enseñanza de los apóstoles, el liderato puede levantarse para decir a éste que no enseñe diferentemente. El liderato que se muestra en el Nuevo Testamento es principalmente en las enseñanzas de los ministros, y no en los hechos de los colaboradores.
Mientras el recobro del Señor va extendiéndose por todo el mundo, ¿quién puede dirigir las acciones de tantos colaboradores y de tantos hermanos que sirven? No tenemos una junta directiva ni una misión para dirigir las acciones de los colaboradores. Nadie está en una posición para dirigir las acciones de los ministros. Ellos deben orar y buscar la dirección del Señor y la comunión con los queridos santos a quienes les interesa mucho el mover del Señor sobre la tierra hoy. Por medio de la comunión y la oración con los santos, sabrán claramente si deben quedarse donde están o ir a otro lugar. Sabrán con claridad si deben ir solos o con algunos otros. Lo que enseñan o predican los obreros, sin embargo, debe ser restringido. A este respecto se necesita mucho el liderato.
En el recobro en el ministerio de Dios, no hay libertad de predicar lo que nos guste predicar ni de enseñar lo que nos guste enseñar. Nuestra predicación y nuestra enseñanza tienen que ser restringidas bajo el liderato y por la revelación de la economía neotestamentaria de Dios. Si alguien en el recobro del Señor empezara a enseñar, a enfatizar o a promover algo contrario o diferente a la economía neotestamentaria de Dios, sería necesario que cierto liderato restringiera eso. Entonces no habría confusión. Nunca habría confusión en el recobro del Señor si todos nosotros tuviéramos una revelación clara del ministerio en la economía neotestamentaria de Dios.
Anteriormente, el recobro del Señor fue perturbado por unos que dieron énfasis al asunto de hablar en lenguas. La mayoría de los cristianos todavía no han aceptado el asunto de hablar en lenguas, y en realidad ese asunto ha dañado al mover del Señor en la tierra. Con el asunto de hablar en lenguas, el débito es mucho más grande que el crédito. En los primeros años del recobro del Señor en la China continental nosotros sufrimos una gran pérdida cuando tratamos de practicar el hablar en lenguas. Por fin los colaboradores de allá espontáneamente concluyeron que el hablar en lenguas no era un provecho para el mover del Señor sobre la tierra.
Cierto periódico carismático publicó un artículo en el cual el escritor dijo que se había puesto en contacto con doscientas personas que afirmaban que hablaban en lenguas. Sin excepción, todos los doscientos dudaban que la lengua que hablaban fuera auténtica. Sin embargo, el escritor les animó a todos a seguir hablando en lenguas a pesar de sus dudas sobre la autenticidad de lo que estaban expresando. Leímos ese artículo públicamente en el entrenamiento de 1963. Luego yo pregunté a los entrenantes si Pedro y los otros en el día de Pentecostés tenían duda alguna de la autenticidad de las lenguas que hablaron. Ciertamente Pedro y los otros no tenían tales dudas. Sin embargo, estos doscientos hablantes en lenguas sí tenían dudas porque las lenguas que hablaban no eran auténticas.
Además, en 1963 y 1964 había reportajes de periódico acerca de algunas profecías pentecosteses de que un terremoto sobrevendría a la ciudad de Los Angeles y que la ciudad caería en el mar. No obstante, la fecha del terremoto predicho pasó, y nada sucedió. Ciertamente, esta falta de cumplimiento es suficiente para probar que esa profecía era una falsedad. Por varios años, nosotros en el recobro del Señor en la China estuvimos bajo la influencia de las cosas pentecosteses. Por nuestra experiencia podemos dar testimonio de que nuestra participación en el pentecostalismo resultó en más pérdida que provecho. El daño más grande del pentecostalismo es que se les hace difícil a los creyentes apreciar la unión orgánica interior con el Dios Triuno. Muchos creyentes se interesan por el hablar en lenguas, la sanidad y los milagros, pero no por el desarrollo y la cultivación de la unión orgánica con el Dios Triuno.
Desde el principio del recobro del Señor en los Estados Unidos, dije a los santos que yo creía que existía el asunto de hablar en lenguas en la Biblia, pero que conforme a nuestra observación y experiencia, el hablar en lenguas del movimiento carismático de hoy no es auténtico, sino que es fabricado por el hombre. Unos dicen que pueden enseñar a otros a hablar en lenguas. Hacen esto aconsejando a otros a hablar en sílabas sin sentido. Obviamente, este “hablar en lenguas” no es un dialecto auténtico. Hablar en lenguas de esta manera no ministra vida ni edifica a los creyentes. Cuando algunos andaban enfatizando el hablar en lenguas en el recobro del Señor, esto causó un problema. No ordené que se prohibiera esto, pero hice todo lo posible para tener una comunión a fondo con los santos para decirles que el hablar en lenguas no ministra vida ni ayuda al recobro del Señor de ninguna manera.
Existe el peligro de que se introduzcan entre nosotros enseñanzas que den énfasis a otras cosas aparte de la economía neotestamentaria de Dios. No necesitamos ejercer demasiado el liderato con respecto a tales asuntos, pero necesitamos enseñar a los santos en el recobro del Señor a aprender la economía neotestamentaria. Aprendiendo la economía de Dios, tendrán los santos la capacidad de discernir lo que es necesario y lo que no es necesario. A los santos que tienen una visión de la economía neotestamentaria de Dios no les importarían las enseñanzas que subrayaran y dieran énfasis a otras cosas. A causa de la nueva manera del Señor, la puerta está muy abierta para que todos hablen y actúen. Por lo tanto, debemos ser restringidos por la visión celestial, por la revelación de la economía neotestamentaria.
El liderato en el ministerio neotestamentario en realidad no es el liderato de cierta persona que controle. En el recobro del Señor nosotros rechazamos la idea de que una persona controle a la gente y los asuntos. Es verdad que tenemos cierto liderato, pero no tenemos el liderato de una sola persona que controla. En lugar de eso, tenemos el liderato de una sola revelación que controla en el ministerio único por medio de aquellos que traen la revelación del ministerio. La revelación controla, y lo hace por medio de los que traen la revelación. La revelación en el recobro del Señor nos controla y nos restringe.
El ministerio entre nosotros no es el ministerio de una sola persona, sino el ministerio único del Nuevo Testamento, el ministerio del mover del Señor sobre la tierra en la dispensación de la iglesia. El mover del Señor sobre la tierra es por medio de Su ministerio único, y todos nosotros participamos en este ministerio único. Aun nuestro salir a visitar a la gente al tocar sus puertas es parte de este ministerio único. El liderato no es el liderato de ningún individuo que controle a la gente en el recobro del Señor. El liderato en el recobro del Señor es el liderato de la revelación dada por Dios la cual nos restringe, nos dirige y nos controla para poder evitar confusión y división.
Damos gracias al Señor por el ministerio único y por el liderato único en este ministerio. Me alegra mucho que todos recibimos una sola revelación bajo un solo liderato, tomando un solo camino y alcanzando una sola meta. Si todos los santos en el recobro del Señor se levantaran para tomar la manera ordenada por Dios de practicar la economía neotestamentaria, ¡qué impacto tendríamos! En la nueva manera ordenada por el Señor, todos los santos tienen muchas oportunidades de servir al Señor al tocar puertas, bautizar a la gente, establecer reuniones en casa, enseñar la verdad y ayudar a la gente a crecer en vida. Nosotros debemos cooperar con el Señor para adquirir la nueva manera, la forma ordenada por Dios de practicar la economía neotestamentaria. Yo sí creo que esto hará regresar al Señor Jesús.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.