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Línea central de la revelación divina, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8224-3
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La línea central de la revelación divina

LA ECONOMÍA DIVINA
Y LA IMPARTICIÓN DIVINA

MENSAJE DOS

DIOS

(2)

Lectura bíblica: Gn. 1:1, 26; 2:4; Éx. 3:14-15; Gn. 15:2, 8; Mt. 1:1, 16, 18, 20-23; Hch. 2:36; 10:36; Jn. 7:38-39; Ap. 22:17; Mt. 28:19; Ap. 1:4, 8; 11:15; 20:6

En este mensaje llegamos al punto más difícil de la Biblia: la persona de Dios. En cierto sentido, no es muy difícil conocer los nombres de Dios, los títulos de Dios. Estos títulos no sólo están revelados en la Biblia, sino también impresos en ella. Pero muchos cristianos son ignorantes con respecto a la persona de Dios. En el mensaje anterior señalamos que toda la Escritura es la revelación de Dios como la Deidad única, principalmente en Sus títulos divinos y Su persona divina. Por los títulos de Dios y Su persona sabemos que Él es único.

La primera vez que la Biblia menciona a Dios se halla en Génesis 1:1, donde leemos: “En el principio creó Dios”. La palabra que se traduce “Dios” aquí es Elohim en hebreo. Elohim es una palabra compuesta, y es un sustantivo uniplural. En Génesis 1:26 Dios habla de Sí mismo en el plural, diciendo: “Hagamos al hombre a Nuestra imagen”. Dios dijo: “Hagamos”, y no “Hago”. Hagamos y Nuestra son plurales. Dios es uno y también es plural.

La pluralidad de la palabra Elohim alude a la Trinidad Divina. Génesis 1:26a, 3:22a y 11:7a mencionan a Dios usando el plural. En Isaías 6:8 Dios dijo: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá por Nosotros?”. Enviaré es singular, pero Nosotros es plural, lo cual muestra que Dios es uniplural. En Juan 17 el Señor Jesús oró al Padre, diciendo: “Para que sean uno, así como Nosotros somos uno” (vs. 22b, 11b). También oró, diciendo: “Que también ellos estén en Nosotros” (v. 21). Dios el Padre y Dios el Hijo son “Nosotros”. Son plurales y, sin embargo, uno.

Hemos escrito algunos folletos útiles acerca de la Trinidad Divina, los cuales sugiero que lean. Éstos son: La revelación del Dios Triuno según la palabra pura de la Biblia; What a Heresy: Two Divine Fathers, Two Life-giving Spirits, and Three Gods!; y The Biblical Trinity. La verdad que se encuentra en estos folletos puede ayudarnos en gran manera a ver la revelación bíblica del Dios Triuno. Ahora queremos ver algo sobre la persona de Dios.

III. LA PERSONA DE DIOS

A. Dios, que denota que Dios es
una persona viviente,
quien es divina desde la eternidad
hasta la eternidad,
y, por tanto, el Dios eterno

Dios (Gn. 1:1; 1 Ti. 2:5) es una persona viviente, quien es divina desde la eternidad hasta la eternidad (Sal. 90:2b). Así que, Él es el Dios eterno (Ro. 16:26). Dios es uno solo y único desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura. Esto significa que Dios es eterno y eternamente único. Él es eternamente uno.

B. Las personas divinas
de la Trinidad Divina

Ahora queremos ver las personas divinas de la Trinidad Divina. Mateo 28:19 dice que necesitamos bautizar a las naciones en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Aquí se usa un solo nombre para los tres de la Deidad. Una persona puede tener su primer nombre, su segundo nombre y su apellido, pero en realidad éstos son un solo nombre para una sola persona. El Padre, el Hijo y el Espíritu no son tres nombres, sino el nombre del único Dios Triuno. Mateo habla de una persona maravillosa que tiene un nombre compuesto: Padre, Hijo y Espíritu.

1. El Padre es la fuente de la Trinidad

El Padre es la fuente de la Trinidad (Jn. 8:18; 16:27-28).

2. El Hijo es el curso de la Trinidad,
la corporificación del Padre para Su expresión

El Hijo es el curso de la Trinidad, la corporificación del Padre para Su expresión (14:9-11; Col. 1:19; 2:9). Esto se revela en particular en Juan 14. Juan 14 puede considerarse como el capítulo más notable de la Biblia. En este capítulo Felipe dijo: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta” (v. 8). Esto indica que probablemente antes de aquel momento, los discípulos habían hablado entre sí acerca del Padre porque el Señor Jesús lo había mencionado muchas veces. Ahora en Juan 14 Felipe aprovechó la oportunidad para pedir al Señor que les mostrara el Padre. El Señor Jesús le dijo a Felipe: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (v. 9). Cuando el Señor le dijo esto a Felipe a fines de Su ministerio terrenal, ya había estado con los discípulos mucho tiempo, casi tres años y medio. El Señor pasó a decirle que Él estaba en el Padre y el Padre en Él. Dijo: “Las palabras que Yo os hablo, no las hablo por Mi propia cuenta, sino que el Padre que permanece en Mí, Él hace Sus obras” (v. 10). Cuando el Señor hablaba, el Padre obraba, porque Él y el Padre eran uno.

Si nosotros hubiéramos estado allí, tal vez habríamos dicho: “Señor Jesús, Tú y el Padre son uno, pero Tú y el Padre todavía son dos. Hay una distinción”. El Señor también les dijo a los discípulos que Él oraría al Padre. Si Él y el Padre eran uno, ¿cómo podría orar a Sí mismo? Él dijo: “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador” (v. 16). El Consolador que fue dado a los discípulos es el Espíritu de realidad (v. 17). Esto indica que además del Hijo y del Padre, habría un Tercero, el Espíritu.

En Juan 14 el Señor indicó que Dios es tres y, sin embargo, uno. Nos dijo que Él y el Padre son uno. Luego, pasó a decir que el Espíritu de realidad “permanece con vosotros, y estará en vosotros” (v. 17). Entonces dijo: “No os dejaré huérfanos; vengo a vosotros [...] En aquel día vosotros conoceréis que Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros” (vs. 18, 20). Finalmente, esta porción de la Palabra muestra que cuando el Espíritu está en nosotros, esto equivale a que el Hijo está en nosotros. Cuando el Hijo estaba entre los discípulos, era el Padre. Luego, cuando el Espíritu vino y entró en los discípulos, era el Hijo.

Esto no significa que el Padre existió primero, luego el Hijo y después les siguió el Espíritu en calidad del Tercero que había de existir. La herejía del modalismo dice que los tres de la Deidad no coexisten eternamente. Necesitamos entender claramente que los tres de la Trinidad Divina existen al mismo tiempo desde la eternidad hasta la eternidad. Además, los tres no sólo coexisten, sino que también son coinherentes. El hecho de que son coinherentes significa que existen el uno en el otro. El Padre, el Hijo y el Espíritu existen el uno en el otro. Mutuamente moran el uno en el otro. Los tres de la Trinidad Divina existen juntamente, y también son coinherentes, desde la eternidad hasta la eternidad.


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