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Estudio-vida de Apocalipsispor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1446-6
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Actualmente disponible en: Capítulo 8 de 68 Sección 2 de 3

I. EL CANDELERO EN LA EDIFICACION
DEL TABERNACULO (EL TEMPLO)

Vimos que el candelero es necesario para el edificio de Dios. El candelero de Exodo 25 tiene como fin la edificación del tabernáculo; el fin del candelero de Zacarías 4 era la restauración del edificio de Dios, y los candeleros de Apocalipsis 1 tienen como fin la edificación de la iglesia. Esto indica que el objetivo del Dios Triuno es obtener Su edificio. Aunque los cristianos hablan mucho sobre la Trinidad, muy pocos han visto que el fin del Dios Triuno es Su edificio. El candelero mencionado en Exodo 25 tipifica a Cristo como la expresión de Dios, quien brilla en las siete lámparas, los siete Espíritus de Dios.

La manera en que la Biblia presenta los candeleros es muy interesante. Primeramente, la Biblia revela que para la edificación del tabernáculo era necesario que estuviera el candelero. Este también fue necesario para poder llevar a cabo el servicio del tabernáculo. El tabernáculo no tenía ventanas, y su entrada estaba completamente cubierta por una cortina. La luz de afuera no podía penetrar en su interior. Sin la luz del candelero dentro del tabernáculo, nadie habría podido llevar a cabo su oficio allí. Por consiguiente, el candelero no sólo era necesario en la edificación del tabernáculo sino también en su funcionamiento.

De igual manera, sin el candelero, no se puede edificar la iglesia, ni se puede funcionar en ella. El funcionamiento de la iglesia depende de la luz del candelero. Quienes estamos en la iglesia necesitamos el resplandor del candelero. Frecuentemente, cuando uno considera qué hacer o cómo hacerlo, se halla confuso. Cuanto más piensa, más densa se vuelve la obscuridad. Pero cuando uno viene a la reunión de la iglesia o a la comunión con los santos, es iluminado inmediatamente y dice: “Ahora veo el camino”. Nadie le dio a uno un mensaje diciendo qué hacer. Uno es esclarecido por la luz del candelero en la iglesia. El candelero nos ilumina en la iglesia.

El candelero no solamente tiene como fin el edificio de Dios, sino que también permite que se funcione en el edificio. Para poder funcionar necesitamos la luz. La luz brillante del candelero está en la iglesia. Por eso no podemos permitirnos el lujo de ausentarnos de la iglesia. No diga: “Si leo la Biblia y oro en mi casa, todo va a ser igual”. Si hace la prueba, regresará muy pronto a la iglesia. Por esta razón no nos gusta tomar vacaciones, a no ser que vayamos a un lugar donde haya una iglesia. La iglesia no solamente tiene el candelero, sino que también es el candelero.

II. EL CANDELERO EN LA EDIFICACION
DEL TEMPLO RECOBRADO

El candelero es aún más necesario para el recobro del edificio de Dios. Zacarías 4 revela que el candelero que representa el Espíritu, tiene como fin recobrar el edificio de Dios. En la actualidad el candelero es más necesario porque no estamos solamente en el edificio de Dios, sino también en el recobro de Su edificio. Necesitamos la luz del candelero sobre nosotros para ser fortalecidos.

A. Representa el mover del Espíritu de Dios

Para el recobro del templo de Dios, El le dio una visión a Zacarías por medio de la cual éste pudo fortalecer a Zorobabel. En esta visión, Zacarías vio un candelero con siete lámparas que eran abastecidas por el aceite que brotaba de dos olivos. Entonces el ángel dijo a Zacarías: “Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con poder, ni con fuerza, sino con Mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac. 4:6). Esto indica que el Espíritu de Dios lleva a cabo el mover de Dios en la tierra.

B. Las siete lámparas son los siete ojos

Las siete lámparas del candelero mencionado en Zacarías son los siete ojos. En primer lugar, estos siete ojos son los ojos de Cristo, la piedra con la cual se construye el edificio de Dios (Zac. 4:2, 10; 3:9). Apocalipsis 5:6 también habla de los siete ojos de Cristo, el Cordero, diciendo que son “los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra”. Los siete Espíritus son los siete ojos de Cristo. En Zacarías 3 y 4 Cristo es la piedra con la cual se construye el edificio de Dios, y en Apocalipsis 5 El es el Cordero que nos redime. Esto indica que Cristo el Redentor es la piedra de edificación. El Cordero y la piedra tienen los siete ojos que son los siete Espíritus de Dios. En Zacarías los siete ojos son los ojos de la piedra, mientras que en Apocalipsis son los ojos del Cordero.

Las siete lámparas, las cuales son los siete ojos de Cristo, también son los ojos de Dios, con los cuales se lleva a cabo Su mover (Zac. 4:10). Cristo tiene los siete ojos, los siete Espíritus de Dios, que llevan adelante el mover de Dios. Primeramente Cristo es el Cordero Redentor, y al final El es la piedra de edificación. Esto tiene como fin que, por medio de la redención, el mover de Dios en la tierra avance hacia la meta, la edificación. Hoy disfrutamos la redención para participar en la edificación. Disfrutamos a Cristo no solamente como el Cordero Redentor, sino también como la piedra con la cual edificamos. La redención se efectuó con el fin de producir la edificación. En Cristo somos redimidos, y en El somos edificados. El cumple esto por medio de los siete Espíritus de Dios, con los cuales el mover de Dios avanza hoy.


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