Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7101-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Una persona que sigue al Señor debe ser un perseguidor, un buscador, y debe ir en pos de por lo menos algunas cosas a lo largo de toda su vida: la vida, la verdad, el ser lleno del Espíritu Santo, el adiestramiento del carácter y el conocimiento de la economía eterna de Dios.
En primer lugar, alguien que sigue al Señor debe ir en pos del crecimiento en la vida divina pasando por los procesos de santificación, renovación, transformación y conformación hasta que llegue a las etapas de la madurez y la glorificación.
En segundo lugar, alguien que sigue al Señor debe ir en pos del pleno conocimiento de la verdad. En los seis mil años de historia humana, ha habido incontables escritos de valor significativo en diferentes campos, tales como la filosofía, la ciencia y la religión. Sin embargo, hasta el día de hoy en todo el mundo toda persona que sea íntegra e imparcial —independientemente de si es alguien que teme a Dios o es un ateo, un cristiano o no— reconoce que la Biblia es el libro más sobresaliente y más profundo de la cultura humana. La Biblia, compuesta de sesenta y seis libros, fue escrita en diferentes lugares (tanto en tierras judías como gentiles) por más de cuarenta autores en un período de mil seiscientos años. No obstante, a pesar de ello, la Biblia es un libro completo con un comienzo y con un final. Empieza con la obra creadora de Dios y concluye con la Nueva Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva. Más aún, contiene una advertencia final que dice que nadie debe añadir ni quitar nada de lo que está escrito en la Palabra de Dios (Ap. 22:18-19). Si alguno quita de las palabras de la Biblia, perderá las bendiciones de la vida eterna de Dios; tal persona no podrá participar del árbol de la vida, ni del río de agua de vida, ni tendrá parte en la ciudad santa. Este castigo le será administrado a los que quiten algo de las palabras de la Biblia. Quienes añadan algo a las palabras de la Biblia también sufrirán el castigo del juicio eterno de Dios, que principalmente consiste en perecer en el lago de fuego. Por consiguiente, la Biblia tiene un comienzo eterno y un final eterno.
A lo largo de los siglos un sinnúmero de eruditos de la Biblia ha estudiado la Biblia conforme al hebreo del Antiguo Testamento y al griego del Nuevo Testamento, gastando todas sus energías en ello a lo largo de toda su vida y empleando todos los métodos de su sabiduría. Sin embargo, hasta ahora ninguno de ellos ha podido decir que ha estudiado la Biblia de forma exhaustiva. Esto nos muestra que la Biblia es verdaderamente misteriosa. Por consiguiente, además de los que sirven a Dios a tiempo completo por el resto de su vida, aun los que simplemente tienen el deseo de seguir al Señor fielmente deben hacer lo posible por estudiar la Biblia y conocerla.
Cuando estudiamos en la escuela, invertimos gran parte de nuestro esfuerzo estudiando a fondo todas las materias. Sin embargo, no logro encontrar las palabras apropiadas para describirles la clase de esfuerzo, energía, sabiduría, conocimiento y entendimiento que se requiere para estudiar la Biblia. Con base en lo que yo mismo he experimentado en este asunto, sólo puedo afirmar que no sé cómo describirles con lenguaje humano la clase de esfuerzo y la cantidad de tiempo que tenemos que dedicar al estudio de la Biblia.
La manera en que las secciones de la Biblia se dividen encierra un profundo significado, e incluso la secuencia de los libros de la Biblia despierta nuestra admiración. Por ejemplo, según el concepto natural de los chinos, quienes sienten un gran afecto por las máximas y los lemas, lo mejor sería haber puesto el libro de Proverbios al comienzo de la Biblia. Sin embargo, el primer libro de la Biblia no es Levítico, y mucho menos Proverbios, el libro favorito de los chinos, sino Génesis; más aún, el último libro de la Biblia no es ni Mateo ni Isaías sino Apocalipsis. Si la secuencia de los libros de la Biblia fuese conforme al concepto natural humano, entonces el significado apropiado se perdería. Es por ello que el orden de los libros de la Biblia tiene un profundo significado.
Los capítulos de cada libro de las Escrituras también han sido divinamente dispuestos. Las cosas que se afirman explícitamente son, por supuesto, muy significativas; sin embargo, algunas de las cosas que no se mencionan son aún más significativas. Por ejemplo, Génesis 14 nos dice que cuando Abraham regresó después de haber ganado la batalla, le salió al encuentro Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios altísimo, y le ministró pan y vino y lo bendijo (vs. 17-19). Sin embargo, es extraño que Génesis no nos diga nada acerca del origen de Melquisedec. Según el estilo en que se escribió Génesis, cuando se hace mención de alguien, por lo general se nos dice cuáles son sus orígenes. Por ejemplo, tenemos relatos muy claros acerca de los orígenes de personas como Adán y Noé, que nos dicen de quién nacieron, cuáles fueron sus principales logros y cuánto tiempo vivieron. Sin embargo, el relato en Génesis acerca de Melquisedec no nos revela nada de su comienzo ni de su final. Por lo tanto, no sabemos de dónde vino ni adónde fue.
Sin embargo, en Hebreos 7 Pablo nos dice que Melquisedec, quien era un tipo de Cristo, el Hijo eterno de Dios, no tenía ni padre, ni madre, ni genealogía, ni principio de días, ni fin de vida (v. 3). Esto nos explica por qué el relato de sus orígenes se omitió en Génesis. Por supuesto, en realidad Melquisedec no pudo haber sido una persona sin padres, como si simplemente hubiese bajado del cielo; pero estos datos se omitieron intencionalmente en Génesis. Incluso Moisés, cuando escribió Génesis, probablemente no supo por qué el Espíritu Santo no le reveló los orígenes de Melquisedec, incluyendo su nacimiento y su muerte. No creo que Moisés supiera que un día Pablo usaría a Melquisedec como un tipo de Cristo, quien no tiene principio ni fin, es decir, ni nacimiento ni muerte. Esto demuestra que Moisés escribió Génesis bajo la dirección del Espíritu Santo.
Tomemos los cuatro Evangelios como otro ejemplo. Los cuatro Evangelios nos presentan un retrato del Señor Jesús en cuatro diferentes aspectos. Sin embargo, es posible que se mencione un caso en un libro, pero no en los otros tres; mientras que otro aparezca en dos o tres libros, pero el énfasis en cada libro sea diferente. Por ejemplo, en el caso en que el Señor Jesús alimentó a los cinco mil con cinco panes y dos peces, el estilo con que se escribió Juan 6 es completamente diferente del estilo de los otros tres Evangelios. Por consiguiente, si queremos entender cabalmente el significado de cualquier caso escrito en los cuatro Evangelios, tenemos que estudiar los cuatro Evangelios como un conjunto y examinar cada aspecto de ese caso. Sólo entonces podremos tener un entendimiento y comprensión completos. Sin lugar a dudas, es muy significativo que cierto caso haya sido escrito en ciertos libros de la Biblia; pero es igualmente significativo, desde otro punto de vista, que se haya omitido en otros libros.
En Mateo 5:18 el Señor Jesús dice: “Porque de cierto os digo, que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”. Por lo tanto, los que amamos al Señor y le seguimos debemos dedicar una buena parte de nuestra vida al estudio de la Biblia. Es absolutamente imposible estudiar la Biblia de forma exhaustiva. Como sabemos, nuestra dieta es de suma importancia para nuestra salud. Debemos prestar atención no sólo a cuánto comemos, sino también a qué tan bien comemos. Los cantoneses, que se preocupan mucho por su alimentación, comen siete veces al día. Como aquellos que siguen al Señor, nosotros debemos leer la Biblia cada día y, de ser posible, siete veces al día. Usted nunca debe pensar que ya no necesita leer la Biblia porque ya la ha leído varias veces y de forma minuciosa. La Biblia es sumamente rica. Por consiguiente, no importa cuán minuciosamente la haya leído, todavía quedarán asuntos que usted todavía no ha descubierto. Espero que no sólo recuerden este punto, sino que también lo pongan en práctica. Si dedican tiempo a estudiar la Biblia diligentemente, es posible que gasten por completo una Biblia en siete u ocho años. Su Biblia se desgastará porque la han estudiado diligente y frecuentemente. Tal vez puedan considerar que han hecho un gran esfuerzo, sólo después que hayan gastado varias copias de la Biblia.
La cantidad de esfuerzo que inviertan en el estudio de la Biblia se podrá ver en dos cosas. La primera es qué tan vieja es su Biblia y qué tan gastada está. Si no la ha tocado mucho con sus manos y todavía se ve muy limpia, se conserva intacta y se mantiene en el mismo lugar, ello demostrará que usted no ha dedicado tiempo a estudiarla. Lo segundo es cuántos círculos, puntos y líneas hay en su Biblia, de cuántos diferentes colores son éstos, y cuántas anotaciones ha escrito en ella. Eso no significa que usted deba rayar o escribir en su Biblia indiscriminadamente; no, todos los círculos, puntos y líneas que haga, todos los colores que use y todas las palabras que escriba deben ser significativos, y cuanto más lo sean, mejor.
Algo que me ha preocupado y que siempre he lamentado profundamente es haber perdido mi primera Biblia. Realmente espero poder recuperarla porque significa mucho para mí. Si hoy alguien me ofreciera un alto precio por las Biblias viejas que tengo, definitivamente no se las vendería. Para mí, ellas son mis mejores ahorros, mis inestimables tesoros. Digo esto con la esperanza de que todos ustedes dediquen tiempo a estudiar la Biblia con diligencia.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.