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Estudio-vida de Ezequielpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6480-5
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Actualmente disponible en: Capítulo 19 de 27 Sección 2 de 5

EL LUGAR PARA VER LA VISIÓN

Ahora debemos considerar el lugar para ver la visión. Ezequiel no vio la visión con respecto al edificio de Dios estando en la tierra del cautiverio, sino que él fue traído a la Tierra Santa, a la tierra de Israel (Ez. 40:2). Puesto que esta tierra representa a Cristo, ser traído de regreso a la tierra de Israel equivale a ser traído de regreso a Cristo. Además de ser traído de regreso a la tierra de Israel, Ezequiel fue puesto sobre un monte alto, que representa un lugar de resurrección y ascensión. Cuando regresamos a Cristo, quizás percibamos en nuestro espíritu que estamos en un lugar elevado, esto es, en el Cristo resucitado y ascendido. Además, Ezequiel fue traído de regreso a Jerusalén. Muchos podemos testificar que mientras estábamos en cautiverio en las denominaciones, no podíamos ver la visión de la edificación de la iglesia. Pero cuando regresamos a la Tierra Santa, a la vida de iglesia, pudimos ver la visión de la edificación de la iglesia.

A fin de ver algo apropiadamente se requiere que tengamos la posición, la base y el ángulo correctos. Si estamos errados ya sea en cuanto a nuestra posición o base, no podremos ver. Por ejemplo, si queremos contemplar la ciudad de Los Ángeles, tenemos que estar en la posición y base correctas. Si queremos ver el edificio de Dios, debemos estar sobre el monte en Jerusalén.

Ezequiel no fue el único que vio la visión del edificio de Dios. En el libro de Apocalipsis, el apóstol Juan nos dijo que él fue llevado en espíritu a un monte alto para ver la ciudad santa, la Nueva Jerusalén (21:10). La razón por la que debemos estar sobre un monte (que representa la resurrección y ascensión) es que el edificio de Dios está en la resurrección y ascensión de Cristo, por lo cual debemos estar en tal posición elevada para ver la visión del edificio de Dios.

Cuando he ministrado acerca del edificio de Dios, algunos se han ofendido. La razón por la cual se han ofendido es que, con respecto a asuntos espirituales, tales personas son como niños entretenidos con sus juguetes. Si alguien toca sus “juguetes”, ellos se sentirán ofendidos. Si usted les dice que deben crecer en la vida espiritual y renunciar a sus juguetes, se sentirán muy molestos. Que el Señor tenga misericordia de nosotros a fin de que crezcamos y también ascendamos. No solamente necesitamos crecer, sino también ascender a la posición más elevada con la base más elevada y el mejor ángulo a fin de ver el edificio de Dios.

Si Ezequiel hubiera permanecido en Babilonia en el cautiverio, no podría haber visto el edificio. Asimismo, si él hubiera permanecido en la llanura y no hubiera estado en la cima del monte, no podría haber visto la visión del edificio de Dios. Por tanto, si hemos de ver la visión, debemos crecer y ascender. Esto significa que tenemos necesidad de la madurez en vida y debemos estar sobre un monte alto; entonces podremos ver el edificio de Dios.

LA VISIÓN DE UN VARÓN

Antes que Ezequiel viera la visión del edificio, él vio la visión de un varón. A diferencia del varón revelado en el capítulo 1, este varón no tenía la apariencia del electro sino que tenía la apariencia de bronce (Ez. 40:3). En el capítulo 1, en la visión de la gloria del Señor, el Señor Jesús estaba sentado en el trono como hombre que tenía la apariencia del electro. Pero en el capítulo 40, Él no está en el trono sino en la puerta del edificio, midiendo. En la Biblia, medir significa juzgar y tomar posesión. Cuando una hermana compra tela, primero la mide. Mientras mide la tela, ella juzga la calidad de dicha tela. Al medir la tela, la juzga. Asimismo, en el capítulo 40, medir se relaciona con juzgar. Aquí el Señor Jesús no está en el trono, sino que está en la puerta del edificio y tiene la apariencia de bronce para medir y tomar posesión.

Cuando el Señor viene a medir algo, Él primero lo juzga. En tipología, el bronce o cobre representa juicio. Cuando el Señor Jesús estaba en la cruz, Él fue comparado a la serpiente de bronce (Nm. 4:9; Jn. 3:14). En el Antiguo Testamento, el altar del holocausto estaba recubierto de bronce. Estos dos ejemplos muestran que el bronce representa juicio.

Una vez que algo ha sido juzgado, puede permanecer firme. Después que cierta cosa ha sido juzgada, podrá pasar por cualquier clase de prueba o examen; también puede soportar el juicio adicional. El Señor Jesús es tal clase de persona. Él pasó por el juicio de Dios y ahora se ha convertido en una prueba para otros. Debido a que Él pudo pasar toda clase de pruebas, exámenes y juicios, ahora Él es plenamente apto para medir todas las cosas, incluyendo el edificio de Dios. Mediante Su juicio Él mide todo cuanto pertenece al edificio de Dios.


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