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Economía neotestamentaria de Dios, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-252-9
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CAPITULO CINCO

LA RESURRECCION DEL HIJO
EN SU DIVINIDAD CON SU HUMANIDAD

(2)

Lectura bíblica: Ro. 1:4; 1 P. 3:18; 1 Co. 15:44a; Jn. 10:17-18; 1 Ts. 4:14; Ro. 10:9; 8:11; Hch. 13:33; Ro. 8:29; 1 P. 1:3; He. 2:11-12; Jn. 12:24; 1 Co. 15:45b

En el capítulo anterior vimos algo con respecto a la resurrección del Hijo en Su divinidad (Ro. 1:4; 1 P. 3:18) con Su humanidad (1 Co. 15:44a). En este capítulo veremos cuatro puntos principales con respecto a Su resurrección: que el Hijo puso Su vida para volverla a tomar en resurrección, que Dios le levantó de entre los muertos, el Espíritu de Aquel que levantó a Jesús de entre los muertos, y el resultado maravilloso de la resurrección del Hijo.

PUSO SU VIDA PARA VOLVERLA
A TOMAR EN RESURRECCION

El Hijo puso Su vida para volverla a tomar en resurrección (Jn. 10:17-18). El murió y resucitó (1 Ts. 4:14). Para Cristo, la resurrección era algo subjetivo. Cristo mismo inició la resurrección. En Juan 11:25 dijo que El era no sólo la vida sino también la resurrección. La resurrección es algo vivo y que resucita. Si se suprime la resurrección, ella resucita. Cristo no solamente es la vida, sino también la resurrección. El está vivo todo el tiempo; El está resucitando todo el tiempo. El Nuevo Testamento nos dice que los soldados romanos le mataron, pero nos dice también que El mismo puso Su vida. Cuando los soldados vinieron para arrestarle, El les preguntó a quién buscaban. Cuando dijeron que buscaban a Jesús de Nazaret, El respondió: “Yo soy”, indicando que El era Jehová (Jn. 18:3-6; cfr. Ex. 3:13-15). El era Jehová y si no hubiera querido entregarse a ellos, ¿quién hubiera sido capaz de arrestarle? Si El no hubiera querido poner Su vida, ¿quién le pudiera haber matado? Aun todo el ejército romano no hubiera sido capaz de matarle (cfr. Mt. 26:53). Aparentemente los soldados romanos le mataron. En realidad, El puso Su vida, lo cual significa que El murió.

Durante los tres días después de Su muerte El volvió a tomar Su vida. El tenía la capacidad de poner Su vida y también tenía la capacidad de volver a tomar Su vida porque El era la resurrección, y la resurrección siempre resucita. Cuando los soldados le estaban matando, la vida dentro de El, la resurrección dentro de El, estaba resucitando. Su espíritu fue hecho poderoso con Su divinidad por medio de que resucitara la resurrección que estaba dentro de El. Le dio poder a Su espíritu y fortaleció a Su espíritu. Después de que Su cuerpo fue sepultado, Su espíritu con Su divinidad fue al abismo para proclamar a los espíritus desobedientes la victoria de Dios sobre Satanás. Después de esa proclamación, El regresó a Su cuerpo muerto y sepultado, y Su resurrección invadió y levantó Su cuerpo. Esto fue el proceso de Su resurrección.

DIOS LO LEVANTÓ
DE ENTRE LOS MUERTOS

Dios ha levantado a Jesús de entre los muertos (Ro. 10:9). El Nuevo Testamento nos dice que Jesús mismo resucitó de entre los muertos, y también nos dice que Dios lo levantó. Jesús y Dios son uno. Cuando Jesús resucitó, era Dios dentro de El quien estaba resucitando. El Dios Triuno participó completamente en la resurrección de Jesús. Mientras Jesús resucitaba, Dios estaba dentro de El. Debido a que Jesús nació intrínsecamente de la esencia divina, Dios estaba en Su naturaleza. En la concepción de Jesús, Dios se hizo la misma esencia de Jesús. Por lo tanto, cuando estaba en el pesebre como bebé El era el Dios poderoso (Is. 9:6). El Dios poderoso era Su esencia intrínseca. Cuando tenía doce años, era el Dios poderoso; Dios era Su esencia. Cuando estaba de pie en el agua después del bautismo, El era el Dios poderoso; el Dios poderoso era la esencia de Su ser. Cuando fue clavado a la cruz, era el Dios poderoso a quien se le daba muerte porque Dios era Su esencia intrínseca. Cuando estaba siendo resucitado de entre los muertos, El era Dios mismo resucitando; el propio Dios mismo era la esencia intrínseca de esta Persona que resucita. Por lo tanto, Su resurrección fue la resurrección de Dios.

Jesús nunca podía ser separado de Dios debido a que Dios era Su esencia intrínseca. La muerte no lo pudo retener porque El era la resurrección. Esta resurrección es el Dios Triuno mismo, el Padre, el Hijo y el Espíritu. La vida es el Dios Triuno y la resurrección es el Dios Triuno. Puesto que el Dios Triuno era la esencia intrínseca de Jesús, la esencia intrínseca de Jesús era también la resurrección misma. La muerte no puede vencer a la resurrección, pero es muy fácil que la resurrección venza a la muerte. ¡Aleluya, El resucitó! El resucitó porque era Dios intrínsecamente, esencialmente, y era la resurrección misma.


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