Información del libro

Puente y canal de Dios, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3840-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 11 de 14 Sección 2 de 5

DIOS DESEA FORJARSE A SÍ MISMO EN EL HOMBRE

En los pasados dos mil años, aquellos que han prestado atención únicamente a la manera en que Dios obra, han sido destinados a fracasar o errar. El Nuevo Testamento nos muestra claramente que Dios desea forjarse a Sí mismo en nosotros; no obstante, este asunto sobrepasa todos nuestros pensamientos naturales. Nosotros pensamos únicamente en ser fervientes, en laborar para Dios, en ser espirituales, en recibir poder y en otras cosas semejantes. Éste es especialmente el caso de aquellos que están en el cristianismo. En cuanto una persona es salva, le vienen todos estos pensamientos naturales. Pero que Dios se pueda forjar en nosotros va mucho más allá de lo que jamás podríamos soñar. En nosotros no tenemos esta luz ni esta revelación. Aunque nos pusieran este asunto delante de nuestros ojos, no habría ninguna respuesta en nuestro ser; seríamos como las rocas, en las cuales no se puede sembrar semilla ni se puede escribir con tinta. Sencillamente no tenemos ningún concepto relacionado con la única obra que Dios realiza.

Incluso puede ser que los hermanos y hermanas que tienen muchos años de haber sido salvos y que han escuchado muchísimos mensajes en la iglesia, aún tengan el deseo de mejorar su condición delante de Dios cada vez que piensan en Él. Necesitamos que el Espíritu Santo abra nuestros ojos para ver que tratar de mejorarnos a nosotros mismos no es lo que Dios desea de nosotros. Aun cuando pudiésemos ser mil veces mejores personas que hoy, Dios no querría esto. Lo que Dios desea es forjarse a Sí mismo en nosotros. Esto es lo que Dios ha venido haciendo en cada era.

La naturaleza de la obra de Dios es la misma en cada era; el diseño, la medida y el plan de la obra de Dios no ha cambiado en absoluto, pues lo que Él desea es forjarse a Sí mismo en nosotros. La forma o la manera en que esta obra se manifiesta externamente es diferente en cada persona. Pero, si todos cooperáramos con Dios, sólo Dios sabe lo que sucedería en esta tierra en los próximos cinco años.

COOPERAR CON DIOS:
LA CONSAGRACIÓN, LA SUMISIÓN Y DEPENDER DE ÉL

El hecho de que Dios desea forjarse en nosotros es una luz que hemos visto claramente. Sin embargo, la pregunta es, ¿en realidad le permitimos a Dios que haga esto? ¿Permitimos que Dios avance en esta dirección? Ésta es nuestra responsabilidad. ¿Estamos dispuestos a permitir que Dios haga lo que Él desea hacer? Es aquí donde debemos considerar el asunto de la consagración. ¿Qué es la consagración? La consagración es permitir que Dios pase a través de nosotros. Aunque el deseo de Dios es forjarse a Sí mismo en nosotros, en los pasados seis mil años son muy pocas las personas que han estado dispuestas a permitir que Dios haga esto. Si nuestros ojos son abiertos, debemos decirle a Dios que estamos dispuestos a consagrarnos. No es correcto enseñar a las personas que se consagren a sí mismas con el propósito de convertirse en gigantes espirituales. Enseñar la consagración apropiada es ayudar a las personas a ver que el gran Dios desea pasar a través del hombre y salir del hombre. Si usted está dispuesto a permitirle a Dios obrar, debe decirle: “Oh Dios, puedes hacer lo que Tu desees”. Entonces, a partir de este día, lo que Dios le exigirá es que sea sumiso a Él. Cada vez que usted sienta que Dios lo está tocando acerca de algo, lo que debe hacer es someterse a Él. De este modo, obtendrá un poco más del elemento de Dios en su ser. Ésta es nuestra responsabilidad delante del Señor.

El cristianismo siempre enseña a las personas cómo hacer planes, cómo laborar y cómo ser fervientes. Sin embargo, aquellos que verdaderamente han sido iluminados y son guiados por Dios no enseñaran de esta manera. Dios está haciendo una sola cosa en el universo, y ésta es, forjarse a Sí mismo en el hombre. Lo que Dios le exige al hombre es su consentimiento y continua cooperación. Este consentimiento y continua cooperación involucra dos cosas: consagración y sumisión. La consagración es como pasar por la puerta; después debemos seguir adelante a la sumisión y luego ser dependientes de Él. Si usted está dispuesto a permitir que Dios obre, definitivamente llegará el día cuando Dios se manifestará por medio de usted. Es inútil que deseemos hacer algo para Él. Desear hacer algo para Dios es un concepto del cristianismo degradado. Una persona que ha recibido revelación ve que Dios desea forjarse a Sí mismo en él y luego manifestar Su obra por medio de él. Lo que se necesita es que cooperemos al permitir que Dios pase a través de nosotros.

Es una lástima que cientos y miles de personas dejen a Dios afuera de la puerta y no le permitan entrar. Es como si dijeran: “Esta vía está cerrada, por favor use el desvío”. En lugar de esto, debemos decir: “Señor, te doy permiso para que entres”. Ésta es nuestra responsabilidad hoy. Si alguien decide hacer esto, Dios tendrá la manera de actuar y podrá llevar a cabo Su obra. Algunos hermanos tienen en su corazón el deseo de consagrarse, pero no saben cómo hacerlo. La consagración no es simplemente algo de lo cual hablamos. ¿Cómo podemos consagrarnos? ¿Necesitamos recibir un llamamiento especial de parte de Dios? Éstas preguntas son importantes; si lográramos entender estos asuntos, muchos problemas serían resueltos.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top