Información del libro

Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4916-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 24 Sección 2 de 4

CAPÍTULO NUEVE

EL CRISTO QUE MORA
EN LOS CREYENTES
SEGÚN SE VE EN 2 CORINTIOS

(1)

Lectura bíblica: 2 Co. 1:8-9, 12; 4:9, 16; 5:17; 10:1a; 11:10; 12:9; 13:5, 14

LA AUTOBIOGRAFÍA DE PABLO

El libro de 2 Corintios es mucho más profundo que 1 Corintios. Incluso yo diría que éste es el libro más profundo, pues nos habla de cómo una persona vivió por Cristo. Además, sabemos que esta persona que vivió por Cristo era el apóstol Pablo.

Pablo nos enseñó muy detalladamente en Romanos y en 1 Corintios que la intención de Dios es forjar a Cristo en nuestro ser, a fin de que lo experimentemos como nuestra vida, nuestra persona y nuestro todo. Esto producirá la vida de iglesia, y entonces el Cristo individual llegará a ser el Cristo corporativo, el Cuerpo-Cristo. Después de estos dos libros, tenemos otro libro que ya no nos imparte enseñanzas, sino que nos presenta una historia. Aunque Pablo nunca escribió una autobiografía, podemos considerar que 2 Corintios es en cierto modo una autobiografía que Pablo mismo escribió. Éste no es un libro de doctrinas, sino la historia de la vida de una persona.

ABRUMADOS SOBREMANERA

El primer capítulo empieza de esta manera. Éste nos dice que Pablo fue abrumado sobremanera, más allá de sus fuerzas. “Hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de vivir” (2 Co. 1:8). ¿Qué clase de doctrina es ésta? Además, él dice que esta situación de presión le sobrevino para que no viviera con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios. “Nuestra gloria es ésta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros” (v. 12).

LA GRACIA DE DIOS

A medida que Pablo prosigue, él nos dice lo que es la gracia de Dios. La gracia de Dios es nada menos que Cristo mismo, a quien experimentamos y disfrutamos. Pablo empieza este libro hablándonos sobre la gracia, y concluye hablándonos de la gracia del Señor Jesucristo. En el capítulo 12, Pablo testifica cómo el Señor Jesús contestó a su ruego, asegurándole que Su gracia era suficiente. Ésta no es una enseñanza, sino un testimonio. Pablo testifica que después de que llegó a ser apóstol no vivía por sí mismo. Él no se conducía, o sea, no vivía ni andaba, de una manera humana. Él no vivía con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios.

CONCEPTOS RELIGIOSOS

Aprender esta doctrina es fácil, pero para llegar a tener esta experiencia se requiere mucha presión. Nunca debemos pensar que debido a que somos tan malos y perversos Dios tiene que mandarnos tantos problemas, tribulaciones y pruebas. Si eso fuera cierto, ¿qué diríamos del apóstol Pablo? ¿Era él una persona tan mala? Creo que él era una persona bastante buena; él era muy fiel a Dios e íntegro con aquellos con quienes se relacionaba. Sin embargo, ¿por qué Dios le mandó tantos problemas y tribulaciones?

Todos los cristianos tienen cierta clase de concepto religioso. Si a alguien le sobrevienen problemas o experimenta un quebranto de salud, sus amigos de inmediato empiezan a pensar que ha cometido algún pecado. De lo contrario, ¿cómo permitiría Dios que sufriera tanto? Supongamos que después de dos semanas, yo me enfermara gravemente. Al menos el cincuenta por ciento de los que están aquí escuchando este mensaje pensarían que yo debí haber cometido alguna falta. De lo contrario, ¿cómo podría un siervo del Señor enfermarse tan gravemente? O si me sobreviniera cierto problema, muchos pensarían que Dios me está disciplinando por una falta cometida.

Esta clase de concepto es religioso y tradicional. Todos hemos heredado esta clase de concepto de nuestros padres. Pero ¿qué mal había cometido Pablo? Casi todos los maestros de la Biblia estarían de acuerdo con que Pablo tenía cierta debilidad física (2 Co. 12:9). Algunos piensan que esta debilidad era la pérdida de la vista. En Gálatas él dice que los creyentes estaban dispuestos a darle sus propios ojos (Gá. 4:15), y habla de las grades letras con que escribía (6:11). Además, varias de sus epístolas no fueron escritas por él, sino por otra persona a quien él se las dictó (Ro. 16:22). Debido a estos indicios, algunos piensan que Pablo tenía una vista muy débil. En cualquier caso, había cierta debilidad o aflicción en su cuerpo físico. Debido a esto, él oró al Señor tres veces, pidiéndole que lo sanara. Sabemos que Pablo mismo sanó a otros de forma milagrosa; pero ahora él no podía sanarse a sí mismo. Él le oró al Señor, y el Señor le respondió. Ahora bien, el hecho de que el Señor nos responda no significa que Él nos conceda lo que le pedimos. “Me ha dicho: Bástate Mi gracia; porque Mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo extienda tabernáculo sobre mí” (2 Co. 12:9).

Pablo oró tres veces al Señor, pidiéndole que le quitara esta debilidad física. Sin embargo, el Señor le respondió: “No. No te quitaré esa debilidad. Si lo hiciera, no tendrías la oportunidad de experimentar mi gracia, la cual es suficiente. Mi gracia no se perfecciona en tu fuerza, sino en tu debilidad”.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top