Esfera divina y mistica, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-1-57593-317-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-1-57593-317-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Efesios 4:3-6 muestra la unidad única del Cuerpo universal de Cristo.
La unidad única del Cuerpo universal de Cristo proviene del Espíritu. Efesios 4:3 dice que debemos guardar diligentemente la unidad del Espíritu. Esta es una exhortación firme para nosotros. Nosotras las personas carnales debemos guardar la unidad del Espíritu. Para esto se nos debe aplicar la cruz. La cruz de Cristo se debe aplicar a nuestra carne, nuestra naturaleza, nuestro yo. Luego debemos seguir al Espíritu. Entonces podremos tener la unidad del Espíritu para que se imparta Cristo y para que se edifique Su Cuerpo. No debemos quebrantar esta unidad, sino que la debemos guardar diligentemente en el vínculo de la paz.
En todo el universo existe un solo Cuerpo, el de Cristo. No hay un Cuerpo de Cristo en los Estados Unidos y otro en Japón. En todos los lugares existe el único Cuerpo de Cristo, cuyo contenido es el Dios Triuno (Ef. 4:4-6). La esencia de su contenido es un solo Espíritu. El elemento de su contenido es un solo Señor. Además, la fuente de su contenido es Dios el Padre, quien es sobre todos y por todos y en todos, de modo triuno. La esencia pertenece al elemento, y el elemento viene de la fuente. Incluso Dios el Padre mismo, en cierto sentido, es triuno porque es sobre nosotros, por nosotros y en nosotros, en tres direcciones. En el Cuerpo de Cristo el Dios Triuno es el contenido: el Padre es la fuente, el Hijo es el elemento, y el Espíritu es la esencia.
Dios concertó el Cuerpo (1 Co. 12:24). La palabra concertó también significa enmendó, armonizó, templó y mezcló. Dios concertó el Cuerpo, lo enmendó, lo armonizó, lo templó y lo mezcló. La palabra griega traducida concertó implica que se perdieron distinciones. La distinción de cierto hermano tal vez sea su rapidez, y la de otro quizás sea su lentitud. Pero en la vida del Cuerpo la lentitud desaparece, y se elimina la rapidez. Todas estas distinciones desaparecen. Dios concertó a todos los creyentes de todas las diferentes razas y colores. ¿Quién puede hacer que los negros y los blancos pierdan sus distinciones? Sólo Dios puede hacer esto. Un esposo y una esposa pueden tener armonía en su vida matrimonial sólo al perder sus distinciones.
Para ser armonizados, concertados, enmendados, mezclados y templados en la vida del Cuerpo, tenemos que pasar por la cruz y expresarnos por el Espíritu, impartiendo a Cristo en los demás por el bien del Cuerpo de Cristo. Los colaboradores y los ancianos deben aprender a aplicarse la cruz. Todo lo que hacemos lo debemos hacer por el Espíritu para impartir a Cristo. Además, lo que hacemos no lo debemos hacer por nuestros propios intereses ni conforme a nuestras preferencias, sino por el bien de la iglesia. Si ponemos en práctica estos puntos, tendremos la debida compenetración.
Todos estos puntos significan que debemos tener comunión. Cuando un colaborador hace algo, debe tener comunión con los demás colaboradores. Un anciano debe tener comunión con los demás ancianos. La comunión nos templa, nos corrige, nos armoniza y nos mezcla. Debemos olvidarnos de nuestra lentitud o rapidez y simplemente tener comunión con los demás. No debemos hacer nada sin tener comunión con los otros santos que coordinan con nosotros. La comunión requiere que nos detengamos cuando estamos a punto de hacer algo. En nuestra coordinación en la vida de iglesia, en la obra del Señor, todos debemos aprender a no hacer nada sin tener comunión.
Entre nosotros debemos tener la compenetración de todos los miembros del Cuerpo de Cristo, la compenetración de todas las iglesias en los distritos, la compenetración de todos los colaboradores y la compenetración de todos los ancianos. La compenetración significa que siempre debemos detenernos para tener comunión con los demás. Entonces recibiremos muchos beneficios. Si nos aislamos y nos apartamos, perderemos mucho provecho espiritual. Aprendan a tener comunión. Aprendan a compenetrarse. De ahora en adelante, las iglesias se deben reunir frecuentemente para compenetrarse. Tal vez no estemos acostumbrados a esto, pero después de empezar a practicar la compenetración unas cuantas veces, nos gustará. Esto es lo que más ayuda para guardar la unidad del Cuerpo universal de Cristo. Hoy es muy fácil compenetrarse por esta era moderna con sus comodidades modernas.
Cuando nos compenetramos, tenemos la cruz y el Espíritu. Sin la cruz y sin el Espíritu, sólo tenemos la carne y las divisiones. No es fácil ser crucificados ni actuar por el Espíritu en nosotros mismos. Por eso debemos aprender a compenetrarnos. La compenetración requiere la aplicación de la cruz. La compenetración requiere que nos expresemos por el Espíritu para impartir a Cristo y para hacerlo todo por el bien de Su Cuerpo.
Tal vez nos reunamos sin mucha compenetración porque todos se quedan en sí mismos. Tienen miedo de ofender a los demás y de equivocarse, así que se quedan callados. Esto es actuar conforme al hombre, conforme a la carne. Cuando nos reunimos, debemos experimentar la obra aniquiladora de la cruz. Luego debemos aprender a seguir al Espíritu, a impartir a Cristo y a expresar algo y actuar por el bien del Cuerpo. Esto cambiará todo el ambiente de la reunión, y templará el ambiente. La compenetración no consiste en estar en silencio ni en hablar mucho sino en ser equilibrados. Podemos estar en armonía, porque hemos sido templados. Con el tiempo, todas las distinciones desaparecerán. Todos tenemos que pagar un precio para poner en práctica la compenetración.
Un grupo de ancianos tal vez se reúna a menudo sin compenetrarse. Compenetrarse significa que usted es afectado por otros y que otros le afectan a usted. Pero debe tocar a los demás de modo compenetrado. Pase por la cruz, actúe por el Espíritu, y hágalo todo para impartir a Cristo por el bien de Su Cuerpo. No debemos asistir a una reunión de compenetración para estar en silencio. Debemos prepararnos para hablar por el Señor. El Señor tal vez lo use a usted, pero usted necesita ser equilibrado y recibir la aplicación de la cruz, y aprender a seguir al Espíritu para impartir a Cristo por el bien del Cuerpo.
Cuando yo apenas tenía veintisiete años de edad, se levantó una iglesia en mi pueblo natal. Aprendí a hacerlo todo por medio de la cruz y por el Espíritu para ministrar a Cristo por el bien de Su Cuerpo. Puesto que estaba joven, hice la oración de Salomón: “Señor, dame la sabiduría para que pueda salir y entrar entre Tu pueblo” (2 Cr. 1:10), y el Señor me respondió. A través de los años, he aprendido a compenetrarme con los santos.
Esta compenetración no es algo social, sino la compenetración del propio Cristo a quien los miembros, las iglesias en los distritos, los colaboradores y los ancianos disfrutan, experimentan y de quien participan.
La compenetración tiene como fin que sea edificado el Cuerpo universal de Cristo (Ef. 1:23), el cual tendrá su consumación en la Nueva Jerusalén (Ap. 21:2), la meta final de la economía de Dios conforme a Su beneplácito (Ef. 3:8-10; 1:9-10).
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.