Llevar fruto que permanece, tomo 2por Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6315-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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A menudo los nuevos creyentes vienen a las reuniones llenos de gozo, pero parece que todos nosotros nos olvidamos de nuestro deber. Como resultado, los nuevos creyentes no son satisfechos, y se van de la reunión decepcionados. En otras palabras, los que asisten a las reuniones con regularidad no están bien preparados, así que las reuniones no tienen la debida cantidad de suministro y riquezas. Cuando hablamos de riquezas no estamos hablando simplemente de gritar o de cantar a voz en cuello. En vez de ello, nos referimos a una reunión en la que se hacen oraciones de peso espiritual, oraciones que están llenas de luz, de vida, de verdad, de experiencia y de suministro. El simple hecho de entusiasmarnos en la reunión y de cantar con gritos de júbilo no es la adoración apropiada a Dios ni la manera apropiada de hacer memoria del Señor; al contrario, todo esto puede ser acciones vanas y sin sentido. Esto revela que no hemos recibido un entrenamiento adecuado en cuanto al contenido de las reuniones.
Una reunión debe tener contenido, pero el contenido no debe depender de un programa rígido, que ha sido previamente establecido. En una reunión grande, como por ejemplo, una reunión donde están congregadas diez mil personas, el número de personas nos obliga a tener cierto programa y a dejar que varios hermanos dirijan la reunión. Sin embargo, en realidad una reunión no tiene un programa previamente establecido, pero sí un fluir y ciertos factores. Los factores de una reunión son nada menos que el espíritu, la Palabra, la oración y la lectura. El espíritu es Dios el Espíritu con nuestro espíritu. La Palabra es la Palabra de Dios, o sea, la Biblia. La oración incluye las alabanzas, y la lectura de la Palabra de Dios incluye la oración. Estos cuatro elementos forman el contenido de una reunión. Así como una deliciosa comida tiene sus ingredientes principales —como arroz, fideo, pollo, pato, pescado y carne, junto con las verduras y la fruta— nuestras reuniones deben tener el espíritu, la Palabra, la oración con alabanzas y la lectura y proclamación de la palabra de Dios. Todos estos elementos son necesarios en una reunión.
En algunas de nuestras reuniones de la mesa del Señor cantamos demasiado. Siendo aún más franco, diría que a veces los santos cantan himnos de tal manera que simplemente están jugando o entreteniéndose sin ningún control. Esto no está bien, pues hará que quienes vengan por primera vez se sientan desconcertados acerca de un lugar tan extraño, y se pregunten si están en un estadio deportivo o en un salón de adoración. En efecto, es un salón de adoración, pero es posible que no se ofrezca allí ninguna adoración. Aunque se cantan canciones sagradas, no se percibe que se estén cantando canciones sagradas. ¿Qué debemos hacer entonces? Simplemente orar inmediatamente, y con una oración apropiada llevar a todos a la presencia de Dios. Los asuntos mencionados anteriormente nos muestran que si en los diferentes lugares únicamente salimos a tocar a las puertas, guiando a las personas a que sean bautizadas y estableciendo reuniones de hogar, pero no tenemos el debido contenido espiritual en las reuniones, habrá una gran deficiencia.
Además de los ancianos, cada persona debe compartir las responsabilidades importantes en las reuniones, ejercitándose para orar, de modo que las reuniones tengan un rico contenido del espíritu, de la Palabra, de las oraciones y de la lectura y proclamación de la palabra de Dios. En lo que se refiere a la oración, no hay diferencia entre hermanos y hermanas. Cuando estamos delante de Dios, no hay distinción. Quizás la oración de una hermana no logre inmediatamente “mover el timón” de la reunión en la dirección correcta. La razón por la cual el timón no se mueve probablemente sea que una sola persona está tratando de moverlo. En ese momento, otra hermana debe añadir otra oración. Luego, si aún no se logra cambiar el rumbo, un hermano debe añadir otra oración y, de ser necesario, otro hermano debe continuar con otra oración. De este modo, todos estarán unánimes y el timón se moverá. Si una, dos o tres oraciones no bastan, es necesario que se añada una cuarta o una quinta oración hasta que la dirección cambie. Esto alejará la reunión de una atmósfera lúdica, y llevará a todos a un espíritu de oración. Más aún, nuestras oraciones deben tener como contenido la vida, la luz, la verdad, algunas experiencias y el suministro.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.