CAPÍTULO SEIS

LA EDIFICACIÓN QUE DIOS REALIZA ES
LA VERDADERA NECESIDAD DE LA IGLESIA

Lectura bíblica: 1 Co. 1:2, 10-13; 3:3-12, 16-17; 12:18-27; 14:12

VER LA NECESIDAD DE QUE LA IGLESIA
SEA EDIFICADA

En el capítulo anterior dijimos que la iglesia no sólo necesita la edificación individual, sino también la edificación corporativa, que es un paso más allá de la edificación individual. En este capítulo siento que debo hablarles de este asunto de una manera más firme y categórica. Realmente espero que después de estos mensajes todos los hijos de Dios puedan ver la necesidad de que la iglesia sea edificada y que en lo profundo de su ser sientan que por mucha edificación personal que hayan recibido en el pasado, no podrán ser la morada que satisface la necesidad de Dios y el hombre, a menos que sean edificados con otros.

Entre las Epístolas escritas por los apóstoles en el Nuevo Testamento, hay dos que tratan específicamente acerca de la edificación de la iglesia. Estas dos son Efesios y 1 Corintios. Varios pasajes que hemos incluido al comienzo de este capítulo provienen de 1 Corintios, un libro que habla mucho acerca de la edificación de la iglesia. Esto mismo se aplica al libro de Efesios. El tema de la edificación se menciona de manera específica en los capítulos 2 y 4. Por ejemplo, el capítulo 2 dice que nosotros fuimos redimidos y luego señala que estamos siendo edificados en el Señor para morada de Dios en el espíritu (v. 22). Esto muestra que la razón por la que fuimos salvos por Dios es que Él pueda edificarnos como Su morada. El capítulo 4 dice a continuación que Cristo, después de Su ascensión, dio diversos dones para la edificación del Cuerpo de Cristo (vs. 8, 11-12), el cual es la morada de Dios mencionada en el capítulo 2. Con respecto a Cristo, la iglesia está siendo edificada para ser Su Cuerpo, porque Cristo está comprometido con el Cuerpo. Y con respecto a Dios, la iglesia está siendo edificada para ser la morada de Dios, en la cual Dios mismo mora. Por consiguiente, a fin de ser tanto el Cuerpo de Cristo como la morada de Dios, la iglesia primeramente tiene que ser edificada. Por lo tanto, los que hemos sido salvos necesitamos ser edificados a fin de llegar a ser la morada de Dios. Además, todas las personas dotadas que laboran para Dios deben ver que los dones que Dios ha dado tienen como propósito la edificación del Cuerpo de Cristo, por lo cual deben realizar siempre una obra de edificación corporativa, y no simplemente una obra de edificación individual.

LOS HIJOS DE DIOS HOY
NO TIENEN LA VISIÓN DE LA EDIFICACIÓN

Sin embargo, hoy en día los hijos de Dios carecen de la visión de la edificación corporativa. Casi todos los que fervorosamente buscan al Señor piensan que mientras amen al Señor, se abstengan de pecar, renuncien al mundo, tengan comunión con el Señor y aprendan a vivir delante del Señor, están bien. También creen que es suficiente con que lleven una vida santificada y victoriosa que agrade al Señor. Recuerden que esto es completamente conforme a los conceptos de la espiritualidad y edificación individual. Hermanos y hermanas, les ruego que examinen su vida cristiana. ¿No es ésa su condición? Ustedes tienen sed de Cristo, le buscan y aprenden a recibir la disciplina divina en sus experiencias prácticas. Sin embargo, si cuestionan seriamente cuál es la meta de su búsqueda, me temo que de principio a fin ésta sea su propia edificación. Me temo que nunca haya tenido el pensamiento de que necesita ser edificado con sus hermanos y hermanas. Sin lugar a dudas, a veces puede sentir que necesita ser humilde, suave, amable, paciente y considerado cuando está con los hermanos y hermanas. Sin embargo, la razón por la que tiene esta clase de concepto es simplemente que usted cree que si no se porta de esa manera, tendrá dificultades para llevarse bien con ellos. Probablemente nunca se le haya ocurrido que necesita ser edificado con todos los santos.

No solamente los hijos de Dios son así en términos generales, sino que también los que laboran para el Señor hoy ven muy poco el asunto de la edificación de la iglesia. A menudo piensan que es suficiente predicar el evangelio y salvar algunas almas, y no piensan que también deben prestar atención a si la iglesia ha sido edificada o no. Asimismo piensan que con tal de que guíen a las personas a amar al Señor y a buscarle, todo está bien, y que no tienen que molestarse en absoluto respecto a si la iglesia ha sido edificada. Por consiguiente, la meta de su obra es simplemente guiar a las personas a que sean salvas y a que sean espirituales. Su única preocupación es cómo ayudarlas a conocer al Señor, a procurar la espiritualidad, a servir al Señor y a vivir para el Señor. Nunca consideran el asunto de la edificación de la iglesia ni el deseo que Dios tiene de obtener una casa entre los santos. Tales creyentes carecen de la visión de la edificación.