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Vida cristiana normal de la iglesia, Lapor Watchman Nee

ISBN: 978-0-87083-495-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 9 Sección 2 de 6

RESPONSABILIDAD ESPIRITUAL Y OFICIAL

De la misma manera que los apóstoles tienen responsabilidad espiritual pero no oficial en cuanto a la iglesia, así los ancianos, y toda la iglesia, tienen responsabilidad espiritual pero no oficial respecto a la obra. Es de encomiarse que una iglesia local procure ayudar en la obra; pero no tiene ninguna obligación oficial de hacerlo. Si los miembros de la iglesia son espirituales, no pueden evitar considerar la obra de Dios como su obra; en tal caso, considerarán que es un gozo ayudar en cualquier modo. Reconocerán que mientras la responsabilidad oficial de la obra recae sobre los apóstoles, la responsabilidad espiritual es compartida por todos los hijos de Dios, y en consecuencia por ellos también. Hay una gran diferencia entre la responsabilidad espiritual y la oficial. En la cuestión de responsabilidad oficial hay ciertos deberes prescritos, y uno está equivocado si falla en cumplirlos. Pero en el asunto de responsabilidad espiritual no hay obligaciones legales. Por tanto, cualquier negligencia de responsabilidad no se registra como una falla oficial, pero sí marca un bajo nivel espiritual. Desde un punto de vista oficial, la responsabilidad de la obra recae sobre los apóstoles. Si carecen de la ayuda necesaria, no pueden ellos demandarla; pero si la iglesia es espiritual, sus miembros verán el significado del Cuerpo y ayudarán de buena gana en la obra y darán hacia la obra. Si la iglesia falla en la responsabilidad espiritual, los apóstoles podrán tener dificultades que no deberían tener, y la iglesia sufrirá espiritualmente. Por otra parte, la responsabilidad de la iglesia recae oficialmente sobre los ancianos; por tanto, los apóstoles no deberían tomar sobre sí el hacer algo directamente allí. Ellos pueden y deben ayudar a la iglesia por medio de sus consejos y exhortaciones. Si los creyentes locales son espirituales, ellos de buena voluntad recibirán dicha ayuda, pero si no son espirituales, y en consecuencia, rechazan la ayuda propuesta por los apóstoles, su falta es espiritual y no oficial, y los apóstoles no tienen opción alguna sino dejarlos a sus propios recursos. La iglesia no está incluida en la esfera de la obra, por lo tanto está fuera de la esfera de su autoridad. De nuevo repetimos, las iglesias son locales, intensamente locales; la obra es extra-local, y siempre extra-local.

REPRESENTANTES DEL MINISTERIO DEL CUERPO: INDIVIDUOS, NO IGLESIAS

Hay una razón divina definitiva del hecho de que la obra es encomendada a apóstoles individuales y no a las iglesias locales. Pero antes de entrar en ese aspecto, examinemos la diferencia fundamental entre las actividades de una iglesia como un cuerpo y las actividades de un hermano como individuo. Puede ser correcto que un hermano (o varios hermanos) establezca un negocio, pero estaría muy mal que una iglesia lo hiciera. Sería perfectamente aceptable que uno o varios hermanos abrieran un restaurante o un hotel, pero en ninguna forma sería eso propio de una iglesia. Lo que puede ser perfectamente permisible en el caso de hermanos como individuos, no lo es necesariamente en el caso de una iglesia como una compañía. La tarea de las iglesias consiste en el cuidado mutuo de sus respectivos miembros, tales como la celebración de reuniones para partir el pan, para el ejercicio de dones espirituales, para el estudio de la Palabra, para la oración, para la comunión y para la predicación del evangelio. La obra está más allá de la esfera de cualquier iglesia como organismo corporativo; la obra es la responsabilidad de individuos, aunque no de individuos como tales.

No hay precedente bíblico para que una iglesia se encargue de obras, tales como hospitales o escuelas, ni aun para cosas sobre un plano espiritual más definido, como misiones en el extranjero. Está perfectamente bien que uno o más miembros de una iglesia administren un hospital o una escuela, o que sean responsables del trabajo misionero; pero no que una iglesia en conjunto lo haga. Una iglesia existe con el propósito de proveer ayuda mutua en un lugar dado, no con el propósito de llevar la responsabilidad de la obra en sitios diferentes. En conformidad con la Palabra de Dios, toda la obra es la ocupación personal de hermanos individuales que han sido llamados y comisionados por Dios, como miembros del Cuerpo, y no es la preocupación de ninguna iglesia como un cuerpo. La responsabilidad de la obra siempre es llevada por uno o más individuos.

El punto importante a notar es que el Cuerpo de Cristo en su aspecto ministerial no está representado por iglesias locales sino por individuos que son los dones que Dios ha dado a Su iglesia. La iglesia local no ha sido escogida por Dios para que represente al Cuerpo en cuanto al ministerio. Cuando Dios quiere que algunos representantes del Cuerpo expresen su ministerio, El escoge a ciertos individuos, miembros que funcionan, para que representen a ese Cuerpo. Todo el asunto queda aclarado en la última parte de 1 Corintios 12.

Nunca ha sido la intención de Dios que Su obra se efectúe sobre otra base que no sea la del Cuerpo, porque en realidad es el funcionamiento natural del Cuerpo de Cristo. Es la actividad, bajo la dirección de la Cabeza, de aquellos miembros que poseen facultades especiales. Ya hemos señalado que la iglesia local representa al Cuerpo en el aspecto de vida, y los miembros que funcionan representan al Cuerpo en el aspecto de ministerio. La iglesia local está llamada a manifestar más la vida del Cuerpo, que su servicio, mientras que los apóstoles, los profetas y los maestros, como tales, están llamados a manifestar más el servicio del Cuerpo que la vida de éste. Esa es la razón por la cual Dios no encomendó la obra a ninguna iglesia local en conjunto, sino a individuos. Pero son éstos, no aquélla, quienes representan el Cuerpo, si éstos son miembros del Cuerpo que funcionan.

Por lo tanto, hallamos que los dos apóstoles que salieron de Antioquía no fueron enviados a la obra por toda la iglesia sino por varios ministros en la iglesia, porque en cuanto al servicio y la obra son éstos, no aquélla, quienes representan al Cuerpo. Así que la obra es la responsabilidad de individuos que son llamados y comisionados por Dios, y no la responsabilidad de toda la iglesia.

Pero entiéndase claramente que por individuos, no queremos decir individuos como tales, sino como miembros que funcionan y representan al Cuerpo. Dios nunca ha autorizado que alguien siga una línea individualista en Su obra. La contratación libre, sin la debida coordinación con otros miembros del Cuerpo, nunca ha sido una manera divina de obrar. Esto no puede enfatizarse lo suficiente; y tampoco puede hacerse el suficiente hincapié en el hecho de que en Su obra Dios utiliza a los individuos, no a las iglesias locales, para representar al Cuerpo. Por tanto, mientras que la obra es la responsabilidad de individuos, no es la tarea de un individuo cualquiera que se le ocurra ocuparse en ella, sino únicamente de aquellos que son llamados y enviados por Dios, y son equipados con dones espirituales para la tarea. Solamente aquellos que representan el ministerio del Cuerpo pueden llevar la responsabilidad oficial de la obra. La obra es emprendida por individuos, pero sólo por aquellos que representan al Cuerpo en su aspecto ministerial, porque ellos, no la iglesia en su totalidad, son responsables de la obra. No son individuos como individuos los que emprenden la obra, sino individuos como representantes del Cuerpo de Cristo.

Si nuestra obra es la de un apóstol, debe distinguirse claramente de la iglesia local. Puede ser que a algunas personas les parezca sin importancia que se haga distinción entre la obra y la iglesia. Tal vez piensen que no tiene consecuencia alguna que la responsabilidad de la obra esté en manos de miembros individuales, no de toda la iglesia, y que los apóstoles sean responsables solamente de la obra, no de la iglesia; pero el principio es un principio bíblico, y su ejecución es de gran importancia y tiene efectos tremendos, como veremos dentro de poco.


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